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El Mundo 14 de agosto de 2020

El virus en las importaciones congeladas de Latinoamérica alerta a China

Casi todas las trazas del coronavirus detectadas fueron en los embalajes, no en el producto.

Un hombre observa un puesto de pescado y mariscos en un mercado de Pekín. Foto: EFE | Roman Pilipey.

por Javier García

PEKIN, China.- En al menos nueve lugares de China se detectaron en los últimos 40 días trazas de coronavirus en paquetes de mariscos, pescados o pollos congelados, la mayoría de ellos procedentes de Latinoamérica, lo que ha desatado las alarmas en el gigante asiático en torno a estos alimentos y su consumo.

Los expertos aseguran que el coronavirus puede sobrevivir hasta tres meses a muy bajas temperaturas y, aunque no hay hasta el momento evidencias de transmisión alimentaria, estas noticias preocupan mucho en un país que importa congelados de 105 naciones en el planeta.

Para alimentar a sus más de 1.400 millones de habitantes, China -que solo tiene un 12,6 por ciento de superficie cultivable- necesita importar comida, gran parte de ella llegada congelada desde países lejanos y cada vez más de Latinoamérica, en lo que respecta a carnes, mariscos o productos avícolas.

Casi todas las trazas del virus detectadas en congelados en las últimas seis semanas lo han sido en los embalajes, no en el producto, lo que ha llevado a China a reforzar los controles e imponer estrictos protocolos de manipulación y procesamiento de las importaciones.

Alitas de pollo brasileñas y camarones blancos ecuatorianos

El último caso fue el del jueves, cuando en la ciudad meridional de Shenzhen, en la provincia de Cantón, muestras de un lote de alitas de pollo congeladas importadas de Brasil dieron positivo en las pruebas de ácido nucleico.

El Centro local para la Prevención y Control de Enfermedades informó de que el virus se encontró en “la superficie” de una muestra de ese producto, mientras que el Ayuntamiento de Shenzhen indicó que las alitas eran de la empresa Aurora, el tercer mayor procesador de carne de pollo y cerdo del gigante latinoamericano.

Fuentes diplomáticas brasileñas informaron a la agencia EFE de que las autoridades chinas todavía no habían precisado el alcance de los análisis realizados y continuaban a la espera de mayores detalles.

Pero apenas un día antes, una inspección rutinaria en un restaurante de la ciudad oriental de Wuhu había detectado el virus en el empaquetado exterior de camarones blancos de Ecuador, lo que había sucedido ya el pasado 10 de julio con los embalajes de este marisco de tres empresas ecuatorianas: Industrial Pesquera Santa Priscila, Empacreci y Edpacif.

Y otras 24 horas antes, las muestras del envoltorio de pescados congelados en una ciudad portuaria de la provincia de Shandong, también en el este del país, habían resultado también positivas, aunque en este caso no se indicó el país de procedencia.

China había suspendido de inmediato en julio las importaciones de las tres compañías ecuatorianas, aunque dos de ellas, Pesquera Santa Priscila y Empacreci ya habían vuelto recientemente a ser autorizadas a exportar tras mejorar sus protocolos de control.

El propietario del restaurante de Wuhu dijo que los paquetes de camarones infectados detectados el jueves llevaban tiempo almacenados en sus frigoríficos, por lo que todo hace pensar que se trata de lotes antiguos no retirados en julio.

La Administración de Aduanas china demandó entonces la “retirada inmediata” de todos los camarones congelados de las tres empresas desde el 12 de marzo y exigido su eliminación.

También se han detectado paquetes de mariscos con positivos en pruebas del virus en ciudades tan alejadas unas de otras como Xiamen, Dalian, Pingxiang, Chongqing o en la provincia de Yunnan, en este último caso igualmente en productos procedentes de América Latina.

El virus puede sobrevivir tres meses en congelados

Los medios chinos han mostrado su preocupación por la gravedad de la pandemia en Latinoamérica, con más de 5,6 millones de casos confirmados, así como en Brasil y Ecuador y el riesgo de que el virus de los embalajes, más que el producto en sí, se pueda transmitir a los consumidores.

En declaraciones a los medios locales, el director del departamento de Medicina Respiratoria y Cuidados de la Universidad de Sichuan, Liang Zongan, relacionó la situación con “la gravedad de la pandemia en el exterior” y la “fácil contaminación” en el procesamiento de alimentos congelados.

“Cuanto más baja es la temperatura más tiempo se almacena el virus por lo que es fácil encontrar coronavirus en alimentos congelados o en su empaquetado”, dijo y precisó que el virus en el embalaje externo es diferente del que se pueda encontrar en el marisco.

Con todo, consideró que “no hay necesidad de entrar en pánico” y afirmó que “la probabilidad de que el alimento sea contaminado por el virus en el paquete es muy pequeña”, así como la de que se pueda transmitir a través del alimento.

En una entrevista con la televisión estatal, Wu Zunyou, epidemiólogo del Centro Chino para el Control y Prevención de Enfermedades aseguró que “el virus puede sobrevivir en las superficies de alimentos congelados durante 2 a 3 meses”.

Por su parte, Li Ning, subdirector del Centro Nacional de China para la Evaluación de Riesgos de Seguridad Alimentaria, dijo en rueda de prensa que las pruebas del virus realizadas en casi 60.000 alimentos desde el 7 de julio fueron negativas.

Evitar el contacto directo con las manos al comprarlos

Los expertos chinos recomiendan que al comprar un alimento congelado el consumidor evite el contacto directo con las manos, utilizando guantes y que, una vez en casa, el producto se desinfecte con un 75 por ciento de alcohol.

También aconsejan almacenarlos en envases cerrados independientes, tanto en el domicilio como en los restaurantes.

Li recordó las recomendaciones en este sentido de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de lavar cuidadosamente el producto una vez descongelado, evitando las salpicaduras de agua durante la limpieza.

También cocinar bien los alimentos, ya que una buena temperatura de cocción o de freído mata al virus.

Tras cocinarlos, conviene desinfectar las encimeras y los recipientes y utensilios de cocina empleados y mantener además una buena higiene: evitar tocarse la boca, los ojos y la nariz con las manos sucias durante la manipulación de alimentos.

“Trate de no comprar productos agrícolas importados o alimentos congelados, deben cocinarse y no comerse crudos. Y prestar atención a la higiene de las manos al manipularlos”, recalca el epidemiólogo Wu.

EFE.