En el primer día de la prueba piloto habilitada por el Municipio, gran parte de los gimnasios de la ciudad optaron por demorar unos días el regreso de los clientes y priorizar el proceso de adecuación a las nuevas exigencias que establecen los protocolos sanitarios.

Así pudo confirmarlo LA CAPITAL en una extensa recorrida por la ciudad, en la que referentes del sector aseguraron que, pese a la alegría y el entusiasmo por volver a estar en funcionamiento, la reapertura oficial recién podrá concretarse entre el jueves y el lunes próximo.

Si bien las razones de tal medida fueron variadas, la que más se repitió entre los diferentes establecimientos fue el poco tiempo que tuvieron los responsables para organizar el ingreso de los clientes por turnos, una de las obligaciones que establece la normativa que regula la prueba piloto.

Es que el documento aprobado por la Comisión de Reactivación Económica, y luego ratificado por el intendente Guillermo Montenegro, solo habilita el ingreso a grupos de entre 10 y 15 personas (el número puede variar en función del espacio disponible), los cuales podrán realizar únicamente actividad física de baja intensidad y por un periodo de tiempo de 45 minutos.

Pasado esos minutos y sin posibilidad de hacer uso de los vestuarios, todos los presentes deben retirarse del lugar para permitir el ingreso al personal de limpieza, quienes deberán higienizar el espacio y sanitizar los elementos que hayan sido utilizados, tales como mancuernas, pelotas o colchonetas. Recién ahí podrá ingresar el siguiente grupo. Atrás quedaron los días en los que no era necesario tener un horario específico para ir a hacer actividad física.  

“Nos estamos organizando, llamando a todos los clientes y estableciendo un sistema por turnos. También debemos recordarles que si son mayores de 65 años o tienen alguna patología considerada de riesgo en el marco de esta pandemia no podemos recibirlos. Todo eso lleva tiempo”, señaló Laureana, secretaria del gimnasio Clever Fit.

En el mismo establecimiento -ubicado en Libertad al 3.600- también hay un natatorio. En este caso, los referentes del sector destacan que la demora también se dará por los tiempos requeridos para llenar las piletas, vacías desde hace más de cuatro meses, y acondicionar la temperatura del agua.

Además de la necesidad de organizar la agenda, muchos gimnasios también debieron adecuar sus instalaciones al contexto actual. Con las cintas de correr y las bicicletas para spinning fuera del mapa, los gimnasios reorganizaron los salones con el objetivo de optimizar la circulación de aire y garantizar la distancia social entre los clientes.

“Entre hoy y mañana pensamos hacer una limpieza profunda en todo el edificio. Quizás el jueves ya estamos listos para arrancar, pero preferimos hacerlo el lunes con todo organizado”, señaló Alcides Merodio, integrante de la Cámara de Gimnasios de Mar del Plata y dueño del establecimiento homónimo ubicado sobre la avenida Independencia.

Daniel García, responsable de la cadena de Flex, compartió con sus colegas las decisión de reabrir oficialmente en los próximos días. “Estamos tomando los turnos y que yo sepa, ningún gimnasio que forme parte de la Cámara pudo tener todo listo para empezar hoy”, señaló.

Recepción y aumento de cuota

Pese al aplazamiento de las aperturas en algunos gimnasios, los propietarios consultados aseguraron que la recepción fue, hasta el momento, “buena”.

“Está llamando gente para consultar, lo que es positivo. No nos olvidemos que no solo venimos de estar 4 meses cerrados, sino que la pandemia nos agarró justo después del peor periodo del año para nosotros, el verano, que baja mucho la actividad”, indicó Laureana, de Clever Fit.

En la misma línea se pronunció Marodio, aunque prefirió dejar para los próximos días cualquier posible análisis. “Expectativas hay, pero acá es una de dos: o explotamos o nos fundimos”, dijo el empresario y aseguró que el contexto es difícil: “La gente tiene miedo y no tiene plata”.

En este sentido, diferentes integrantes de la Cámara consultados por LA CAPITAL, aseguraron que la difícil situación que atraviesa el sector indefectiblemente se verá reflejada en los valores.

Según indicaron, hay fuertes acuerdos entre las grandes cadenas de establecer montos mínimos para los pases de ingreso. Por el momento, todo está en discusión pero analizan colocar como piso una cuota mínima cercana a los $2.000, cifra que puede variar mientras más alejado del centro se esté.

“Con un pase libre de $2.800 estamos hablando de $80 por día. Ni siquiera una botella de agua”, señaló Fernando, propietario de un espacio de cross fit de la ciudad, quien también destacó que cuando cerraron a fines de marzo el dólar estaba a $63, mientras que hoy el oficial supera la barrera de los $70, sin contar el Impuesto País. “Aunque no queramos, resulta inevitable no aumentar, venimos endeudados y con costos fijos muy altos”, concluyó.