El sol empieza a asomar detrás del Valle de Las Leñas cuando los integrantes del team Quiksilver/DC de snowboard, Iñaki Odriozola (20 años) y los hermanos Fernando (33) y Nicolás Natalucci (28) aguardan la apertura de los medios de elevación. “Queremos ser los primeros rayar la montaña”, dicen.
Aunque en realidad muy pocos van hasta donde ellos lo hacen, fuera de las pistas, en la cumbre del valle (a 3.700 metros sobre el nivel del mar), donde ecuentran una nieve virgen y de la mejor calidad.
El lugar, el cerro Martín, es muy peligros y difícil de acceder. Se requieren tres tramos de aerosillas y 40 minutos de caminata. Pero el desafío de ladera con piedras gigantes y una pendiente de hasta 50º de inclinación bien vale cualquier sacrificio.
Luego de analizar por otros 40 minutos riesgos y rutas de bajada junto a un guía y el resto del team, comienzan un descenso frenético, cargado de adrenalina, emoción y hasta miedo.
Ellos, profesionales de este deporte extremo tiene todas esas sensaciones. Y bajan la montaña buscando sorprender a los demás con saltos, giros y velocidades escalofriantes de hasta 90 km/h.
Los tres comparten, además de su pasión irrefrenable por el snowboard, un pasado con lesiones serias (en el caso de Nicolás, muy serias) y las ganas de seguir midiéndose mano a mano con el peligro (y el disfrute) en cada descenso.
Y cumplen por estos días con los requerimientos de la planificación de Quiksilver y DC (el Freeride Tour 2016) para generar una material con imágenes propias que reflejará cómo sus riders se deleitan en los lugares más alucinantes y peligrosos de Las Leñas y Valle Nevado (Chile). Así son. Deportistas extremos que convierten al snowboard en un arte de tal perfección, que hacen pensar que resulta sencillo calzarse una tabla y lanzarse a domar la montaña.