por Fernando Czyz

El garrochista Germán Chiaraviglio, de 29 años, buscará en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro una revancha personal que le permita lograr una mejor actuación que la conseguida en su debut en Pekín 2008, donde no superó la fase clasificatoria.

Tras recuperarse de una serie de lesiones que no le permitieron tener continuidad en los últimos años, el atleta santafesino buscará una buena actuación en la cita olímpica en Brasil.

Tras su medalla de plata en los Panamericanos de Toronto y el noveno puesto en el último Mundial de Pekín, Chiaraviglio enfatiza en una entrevista con EFE que está listo para este gran desafío y analiza la actualidad del atletismo en Argentina.

– ¿Cuál es la clave para transitar este período hasta la competencia olímpica?

– Es importante darle valor al proceso y no pensar que lo único tiene que ser el resultado de los Juegos Olímpicos. Para muchos deportistas argentinos es un logro haber clasificado a Río, con lo difícil que resulta.

– ¿Cuál es la clave para analizar este momento del atletismo argentino?

– Hay dos realidades. En la punta de la pirámide, que es el alto rendimiento, está muy bien porque en el Mundial de Pekín logramos la mejor actuación histórica de una delegación argentina con tres finalistas de seis competidores. Pero, por otro lado, me preocupa la base de la pirámide, que son los chicos. Si bien hay un proyecto que son los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2018, a nivel federativo y como deporte nos cuesta sumar cantidad de chicos que se sumen porque los clubes son muy débiles en el atletismo y no hay una fuerte presencia a nivel escolar del deporte.

– ¿Cuál es la explicación por la cual las delegaciones argentinas tienen representantes en disciplinas de salto y lanzamiento, y no así de pista?

– El área de lanzamientos es la más fuerte del atletismo argentino, algunos escalones detrás viene la de los saltos y muy por debajo está la pista, fundamentalmente de velocidad porque hay algunos casos de fondo en los últimos años. Uno de los factores es el nivel de infraestructura que favorece a las pruebas de lanzamientos y saltos, pero para las pruebas de velocidad o semifondo uno necesita la pista con el calzado adecuado y el tartán. Además hay buenos entrenadores en lanzamientos en el país y mucho análisis en el trabajo físico y el desarrollo de la fuerza. En saltos nos falta bastante, fundamentalmente en lo que es saltos longitudinales, es decir en largo y triple.

– ¿Cuál es la realidad de los saltos en altura en Argentina?

– En salto en alto hemos tenido algunos casos emblemáticos y además contamos con algunos buenos entrenadores. En el caso del salto con garrocha requiere una técnica especial y un trabajo constante que tiene la dificultad de contar con el elemento fundamental, que es la garrocha. Es una prueba que lleva mucho tiempo el aprendizaje y es bueno tener a disposición todos los elementos desde edades tempranas.

– ¿La proximidad de los Juegos puede ser un factor de presión para los atletas argentinos?

– La euforia y la evaluación por los resultados van a existir, así como también la presión. Los deportistas vamos a tener que convivir con estas presiones pero no nos tenemos que hacer cargo de las expectativas que ponen otros sobre nuestros hombros. La cercanía de los Juegos en Brasil va a generar que haya muchos argentinos presentes y será un condimento muy lindo. Pero va a generar que los éxitos en Río van a tener una repercusión muy grande pero los fracasos también.

EFE.