El 31 de julio de 1978, uno de los más grandes incendios que recuerda la historia marplatense arrasó un ícono de la ciudad: Tienda Los Gallegos, que funcionaba desde principios de siglo XX en el mismo predio donde hoy se encuentra el shopping que heredó su nombre. Al desatarse el fuego aún hondeaban en su frente las banderas de todos los países que habían participado del Mundial 78. En contraste con la magnitud del siniestro –que se inició en plena actividad de la tienda- no hubo que lamentar víctimas. Algunas acciones heroicas posibilitaron ese milagro.

Esta impactante serie de imágenes fue tomada por Enrique Porini, quien las cedió al proyecto Fotos de Familia. Al publicarlas en nuestro blog generaron numerosos comentarios que reviven aquella jornada. Los transcribimos:

Ana: La vidriera de Belgrano y La Rioja estaba llena de casimires ingleses recién traídos. He visto como los empleados han salvado mucha mercadería, a costa de sus vidas, hacia el depósito de Catamarca, entre ellas las piezas de esas telas tan caras. También vi. que por Rivadavia trataban de combatir el fuego pero no había presión de agua. Era un lugar mágico para los chicos bajar las escaleras al subsuelo de Rivadavia e ir descubriendo lo nuevo de la juguetería. Era buenísimo, a veces lo sueño. Qué cancheros poner al lado la sección de deportes y pesca para los papás, así no se aburrían y nos querían llevar siempre.

Rita: Cómo no recordar esos momentos de gritos humo gente que corría por una escalera de incendios tan chiquita, público y más de 700 empleados todos en crisis. Yo trabajaba en el primer piso donde se originó el fuego. Era predecible que eso ocurriría, había una máquina de hacer tickets que estaba en corto hacia varios días. La desesperación me llevó a querer tirarme por el balcón que da a la calle Rivadavia donde colgaban unas banderas de varios países por el mundial y mi jefe (Mauricio Tondat) me tomó del brazo y me dijo “Estás loca… No ves los cables del cartel en el piso del balcón” y me empujó hacia la salida de emergencia. La suela de mis zapatos se pegaba al piso de flexiplast azul que se estaba derritiendo. Otra fue la odisea para bajar por esa escalera tan estrecha. Al llegar a la calle nos llevaban al café de la esquina que nos esperaba con las mesas llenas con vasos de leche y agua. Creo que se llamaba café Colombia y estaba sobre la calle Catamarca. Cada vez que piso el Shopping recuerdo ése día.

Claudia Marcela Pena: Que recuerdo!! Yo trabajaba a una cuadra de allí! Corridas, miedo por los aerosoles de la perfumería que explotaban. Y la heroica acción de un grupo de obreros que no dudaron en correr riesgos para romper una ventana del primer piso donde había personas atrapadas por el fuego y que estaban en una trampa mortal ya que esa ventana tenia gruesas rejas. Ellos con sus mazas golpearon hasta hacer un hueco en la pared y liberarlos…Héroes.

Rosana: Me acuerdo mucho de ese incendio, estábamos con mi familia en las Termas de Río Hondo, y lo único que pasaba la tele en el hotel era el incendio y yo estaba muy triste por que se quemaba el bar y no podíamos comer los tostados, y nunca más comí unos tan grandes y ricosss como esos

Ana B: Recuerdo ese día muchas veces y hasta he soñado por años con él. Fue muy traumático. Me enteré del suceso en la esquina de Luro e Independencia cuando salía de La Estrella Argentina de hacer las compras, me costaba creerlo. Aunque vivía en La Perla la columna de humo se veía desde nuestra casa y duró mucho. Aun lloró ese día que se llevó una parte muy importante de nuestra infancia. Cómo no recordar su juguetería y las compras de útiles cuando empezaba el colegio, sus grandes mesas redondas alrededor de las columnas con los saldos o los riquísimos submarinos de la cafetería con los panqueques super gordos o los kilométricos licuados de banana.

Claudia Calabrese: Lo que recuerdo es que vivíamos frente a Plaza Mitre. Estábamos en la vereda y una boleta medio chamuscada llegó volando hasta mis manos. Puede ser que aún la tenga si no fue víctima de un ataque de orden.

Titún Lizardo: Tengo en mi memoria ese triste día, porque trabajé en la Prestigiosa Tienda. Entré por una temporada (05-01-1948), me quedé por 42 años!!!… me jubilé(1990) y tengo hermosos recuerdos de aquellos tiempos, por ej: cuando se hacia la tradicional ” liquidación de invierno” concurría muchisíma gente, había espectáculos de gaiteros para la apertura… Un slogan de la época era ” Viaje a Mar del Plata sin valija Tienda Los Gallegos tiene de todo “

Pablo: Jorge Zanier tenía su oficina pegado a la tienda, arriba de “La Nieve”, y junto con los técnicos de la “usina” (así llamábamos a la compañía eléctrica del momento ) llevaron la escalera amarilla para sacar gente atrapada en el primer piso. Nunca voy a olvidar los obreros que construían el edificio Atuel, con precarias escaleras pero fuertes barretas y mazas, rompiendo las rejas que daban por Belgrano. Son imágenes que quedaron grabadas para siempre en mi memoria; para mí fu el siniestro mas grande en la historia de la ciudad, e increíblemente hay que dar gracias a Dios que no hubo una sola víctima fatal. Mi recuerdo para esos héroes, no deben ser olvidados, por ellos muchos nacieron de nuevo.

Tomás Miguel Vitto: Me acuerdo de ese día, tenía 7 años, en ese entonces vivía en barrio constitución y la columna de humo se podía ver desde calle Acevedo y la costa, hasta se escuchaban las sirenas de los bomberos!!. Las imágenes del incendio se vieron en televisión, fue todo un acontecimiento y una tristeza perder ese lugar de paso obligado para nosotros, ya que cada vez que mi mamá necesitaba algo para la casa iba directo a tienda los Gallegos a comprar lo que fuese. Me acuerdo que allí había una cafetería y comí el primer sandwich de miga de mi vida!!.

Carlos: Yo vivía en San Luis y Bolívar y desde el balcón se veía primero el humo y luego las llamas. Al principio mi mamá pensaba que era la mueblería que quedaba en la esquina de Belgrano e Yrigoyen pero pusimos la radio y nos enteramos que era la Tienda. Yo tenía 7 años y todavía tengo en mi memoria ir a la tienda, ya que junto con el Banco Provincia era el único lugar con escalera mecánica. La juguetería (que creo que quedaba en el subsuelo) para mi era inmensa y me encantaba jugar con mi hermana en el pasillo con los carritos de bomberos a fricción de chapa mientras mi mamá compraba. Me quedé pegado al balcón viendo las llamas y el humo (que si la memoria no se me desordena creo que llegaba hasta casa) y con ganas de ir, pero mi mamá me decía que era peligroso acercarse así que me quedé con las ganas y lo vi. intermitentemente entre la TV y el balcón.