Casi ciento ochenta artistas visuales de Mar del Plata están ahora  conectados en una flamante red que los agrupa y que aún está en construcción. Se trata de la Red de Artistas Visuales, que se gestó a partir del parate que sufrió la actividad por la cuarentena y el obligado aislamiento social, aspectos que los afectó en el cese de exposiciones, charlas y otras actividades propias del sector.

Fueron las artistas Rosana Cassattaro, Eleonora Filippi, Florencia Reisz y Gabriela Carou quienes empezaron a armar la red, que es horizontal y no incluye jerarquías. Ellas diseñaron un formulario Google, al que se accede desde Instagram y Facebook, a través de las cuentas Red de Artistas Visuales MDP y que aún permanece abierto para las personas que deseen contestar las preguntas y sumarse a las estadísticas.

Los datos que obtienen “día a día”, porque se sigue ampliando, suponen una novedad para la comunidad marplatense: hasta el momento no hay cifras oficiales ni estadísticas que cuantifiquen quienes son las personas que se dedican a las artes visuales.

Justamente ese concepto -el de artes visuales- supone una generalidad: no solo quienes pintan son artistas visuales. De acuerdo a las categorías que aportaron quienes respondieron la encuesta puede entenderse que un artista visual es quien trabaja con elementos textiles, mosaicos, pintura, mural, dibujo, fotografía, grabado, acciones colectivas, esculturas, performances, digital, ilustración, nuevos medios, instalaciones, videos, collage, diseño gráfico, pintura sobre porcelana, galerista, poesía visual, mural, arte sonoro, performance, comics, joyería artística, instalación, maquillaje artístico e intervención de muebles, entre otras.
Cabe señalar que las categorías siguen abiertas para que puedan sumarse nuevos aspectos vinculados a lo visual.

El formulario Google consulta sobre varios aspectos de la actividad y tiene como misión conocer la realidad de cada artista, muchos de los cuales trabajan en la soledad de sus propios talleres, con escasa conexión con sus colegas. Tal vez a ello se deba la falta de agrupaciones que los representen como colectivo.

Además de tender las redes que les permitan estar mucho más cerca, este nuevo grupo busca “articular con otros grupos de la ciudad y la región, y formar parte de Artistas Visuales Autoconvocades Argentina (AVAA), una red nacional autogestionada, colaborativa y horizontal de artistas y representantes de diversos grupos culturales de todo el país”, de acuerdo a lo que se detalla en la página de Facebook de esta red.

“En estos momentos de emergencia ocasionada por la pandemia Covid -19 surge la necesidad de tendernos redes de ayuda mutua y construir herramientas comunes con objetivos a corto plazo como la solicitud de emergencia, pedidos de subsidios y programas para el sector. Pero al juntarnos, se activan también objetivos históricos a largo plazo como el monotributo de artista, jubilación, obra social, etc”, indicaron en la presentación en esa misma red social.

Autopercepción como trabajadores

Una red organizada y con voz propia les permitirá pensar colectivamente soluciones a dilemas tales como cuánto cobrar cuando los requieran para participar de una charla, pensar en un monotributo específico para artistas visuales o gestionar ayudas concretas para las personas del grupo más vulnerables, entre otras.

En general, la red también se formó para instalar la idea de que los artistas visuales son trabajadores con derechos que se dedican a crear imágenes y contenidos simbólicos, siempre “representativos de una comunidad”, indicó Cassattaro a LA CAPITAL.

Esos derechos incluyen una jubilación o una obra social, aspectos que hoy no son realidades concretas de los artistas visuales y que suponen una desigualdad respecto de otros artistas.

La informalidad del sector es otra de las realidades. Muchas personas toman su desempeño como artistas como si fuera una segunda actividad no remunerativa. La encuesta arrojó que el 59,6 % de los consultados no tiene un trabajo remunerado.
Acaso a este dato se deba la falencia de autopercibirse como trabajadores del arte, reconoció la entrevistada. “Pocos viven de esto, muchos se dedican a la docencia”, agregó y recalcó que la red tiene “como primer objetivo conectarnos”.

Ya realizaron la primera reunión por Zoom, con la idea de encontrarse de manera virtual y empezar a definir cómo sigue el trabajo de la red.

Trabajan en los acuerdos internos que les permitan elaborar un protocolo que habilite desarrollar la actividad. Y acompañan el pedido para que los espacios (talleres de producción, de educación no formal y exhibición) “puedan estar exentos de impuestos municipales y provinciales para poder seguir existiendo”, agregó.