Historias de café en el primer día de una ansiada reapertura
Las cafeterías volvieron recibir al público en el debut de la prueba piloto para la gastronomía. La gente volvió a encontrarse en una charla cara a cara con un café de por medio. Los comerciantes mostraron optimismo y remarcaron la necesidad de que el Estado acompañe este proceso con una reducción impositiva.
Todo café guarda una historia, o varias. La de sus emprendedores, la de aquellos que allí trabajan y la de quienes eligen una mesa para compartir una charla, hacer una confesión, preparar un parcial, declarar su amor, sentarse a leer o concretar un negocio. Esta mañana reabrieron, reinventados, con un protocolo y mesas distanciadas, con una nueva historia por delante y el reencuentro en una charla con un café humeante siempre de por medio.
Grandes y lujosos, ubicados en zonas estratégicas de Mar del Plata; medianos y temáticos en lugares cercanos a instituciones con circulación de gente; pero también pequeños y con lo esencial, retirados del centro.
La ciudad no logró esta semana avanzar a la fase 5 de la cuarentena, pero puso un pie adentro con el decreto firmado por el intendente Guillermo Montenegro que autorizó una prueba piloto para los gastronómicos, solo para la cafetería y en horario diurno: de 7 a 18.
Dueños y empleados prepararon todo a contrarreloj. Muchos jamás habían estado cerrados al público por tanto tiempo (más de 100 días) y prácticamente nadie llegó a cubrir los gastos con el delivery o el take away.
Pero la necesidad de reabrir la gastronomía, quedó claro, no era solo de sus propietarios y los empleados, sino también de los marplatenses que literalmente extrañaban ese encuentro, esa taza caliente, esa exquisitez de la pastelería, esa charla cara a cara, ese café que es mucho más que un café.
“Volver a empezar”
En la esquina de Falucho y Funes, lejos del centro y de los corredores gastronómicos, Silvina reabrió hoy el local que con esfuerzo y “mucho amor” sostiene hacer siete años.
“Falucho y la Vía” introduce a sus clientes en un ambiente cálido, sereno y en una charla cara a cara, dejando a un lado el telefóno y la locura del afuera por un rato.
“Abrimos con mucha expectativa, renovando las energías, tratando de reinventarnos con las posibilidades de esta nueva etapa, con un poco de miedo porque no queremos fallar, con ganas de ir hacia adelante y no volver para atrás, renovando fuerzas todo el tiempo”. Así lo describió.
“Falucho y la Vía”
Su compañera fue cada mañana sola al local durante estos meses para acercar el calor y la energía de esta esquina de barrio a las casas de los vecinos. Pero “no es lo mismo, nada se compara con sentarse, mirarse a los ojos; hay una energía invisible en este local, que es la del esfuerzo y el amor, y eso no se reemplaza con nada”, aclaró.
Silvina pensó en cerrar más de una vez en este tiempo, pero “hay gente que colaboró, que nos dio fuerza y nos impulsó a seguir, porque de verdad pensé que tenía que irme y no quería; ahora es un volver a empezar”, admitió.
Este viernes bien temprano las puertas se abrieron y los primeros clientes -los de siempre, aquellos a los que se los llama por el nombre y es sabido que van a tomar- volvieron a ocupar una mesa.
“Hasta antes de ayer no sabía si volvíamos. Se caía a pedazos el esfuerzo de estos años, pero la gente volvió a elegirnos”, dijo Silvina emocionada y por último comentó: “No soy una multinacional ni un gran café, soy una mujer que tiene ganas de hacer cosas con amor y eso voy a hacer siempre”.
“Necesitamos apoyo del Estado”
Leo Lucente reabrió hoy las puertas de su local, “De Postres”, en Alvear y Castelli. “El Mono” fue el primer cliente del día y como tantas veces, bien temprano, eligió su mesa preferida junto a la ventana.
Leo dejó atrás su pasado como periodista para dedicarse de lleno a la gastronomía. Desde 2015, junto a otros tres socios y con 9 empleados, trabaja en su emprendimiento, que luego de más de 100 días cerrados, sin delivery ni take away, volvió a encender las luces y recibir a la gente.
“Veníamos muy castigados con los tarifazos durante los últimos cuatro años, pero estos meses cerrados fueron muy duros, sobre todo desmoralizantes, algo parecido al que se queda sin trabajo”, le contó a LA CAPITAL.
“De Postres”
Pensó en cerrar más de una vez. “No sabía si iba a volver a abrir, pero acá estamos. El reencuentro con la gente fue fantástico y volver a trabajar era una necesidad de todos”, señaló.
Enseguida, en sintonía con otros gastronómicos, planteó que la reapertura debería estar acompañada por la ayuda del Estado. “Necesitamos ese acompañamiento. Abrimos al 40% pero la luz viene al 100%. Debería haber un gesto de las empresas de servicio que tanto ganaron en los últimos años, una prórroga en ciertos pagos, una reducción del IVA, una moratoria o una reducción de impuestos municipales, teniendo en cuenta la capacidad de consumo de la gente y el tiempo sin poder trabajar”, sostuvo.
“Esto es muy de a poco, hay que hacer las cosas bien, porque esta reapertura es un primer paso de un camino larguísimo”, dijo entrecortando la charla solo para saludar a los clientes de siempre, aquellos que desde ayer volvieron a elegir a “De Postres” por su pastelería, el café, el ambiente y la cálida atención.
“Es lindo el reencuentro”
Detrás del mostrador de “Honey”, el café de San Lorenzo y Güemes, Marianela se mostró emocionada por la reapertura. “Reabrir es emocionante, venimos bien, cumpliendo lo que dice el protocolo”, dijo.
“Honey”
En el amplio salón, los clientes de siempre volvieron a ocupar las mesas, manteniendo distancia. “La gente vino desde temprano bien predispuesta. Siempre con el delivery o el take away nos preguntaban ‘¿cuándo reabren?’ Es muy lindo el reencuentro, esos 15 o 20 minutos que te cambian el día al venir a tomar algo”, siguió Marianela.
Los últimos tres meses fueron “muy duros”, dijo, pero la reapertura “implica volver a una rutina con ganas de trabajar, con esperanza, tranquilidad y felicidad“, remarcó.
“Fue como reinaugurar”
La música clásica y la decoración temática son dos características inconfundibles de “El Archivo”, un ameno café ubicado en 25 de Mayo casi 20 de Septiembre, que hoy reabrió al público con sus más de diez empleados.
Érica, una de las trabajadoras, admitió estar “sorprendida” por la cantidad de gente que fue desde la primera hora.
“Estamos felices. Nos preparamos con todo el protocolo y la gente vino con mucha predisposición a volver a tomar un café, aceptando muy bien todos los recaudos”, dijo.
“El Archivo”
Si bien “El Archivo” se mantuvo con el take away por estar ubicado frente a una clínica, “nada se compara con el local abierto”, reconoció Érica, quien comparó a la reapertura con una reinauguración.
“Es toda una novedad, para nosotros y para la gente. Es como volver a inaugurar después de estos meses que fueron muy bravos“, dijo en el interior del local, que lleva 12 años de pie en el mismo lugar.
“Muchos vinieron y preguntaron por el patio, donde ahora tenemos una sola mesa habilitada. Algunos extrañaban compartir un café con música clásica, entre antigüedades, las obras de arte que exponemos y la buena onda que intentamos poner todos los días”, agregó.
“Tuvimos que reinventarnos”
En Bolívar y Güemes, con una magestuosa vista al mar, el café “Prado” reabrió este viernes bien temprano sus puertas al público. Gustavo, su propietario, compartió su felicidad por encarar esta nueva etapa y destacó la necesidad de que el Estado acompañe la reapertura.
“Tenemos una clientela propia, que esperamos de a poco vaya volviendo, pero también trabajamos con gente de paso que anda por la costa y con los vecinos de la zona”, contó.
“Prado”
Gustavo se tomó unos minutos mientras preparaba el pan para compartir un café con LA CAPITAL. “En estos meses el único pensamiento que nos mantuvo de pie fue poder reabrir y sobrevivir hasta diciembre, con la esperanza incierta de que el verano sea medianamente normal“, dijo.
“Tuvimos que reinventarnos”, aseguró al describir el sistema de delivery y take away implementado.
“Se hace muy difícil y necesitamos ayuda del Estado. Habría que rever el tema de los impuestos, reducir la carga impositiva, acompañarnos en este proceso que si quisieran, desde el gobierno pueden hacerlo”, indicó.
Gustavo destacó que lo único que pretende es “trabajar para no fundirse” y seguir adelante. “Necesitamos ayuda, no que nos regalen nada, sino que nos acompañen, y hay muchas maneras de hacerlo si lo piensan”, completó.
“La gente te da ánimo”
Ariel, responsable de la sucursal de la cadena “Adorado” ubicado en Independencia y Gascón, volvió a recibir a la gente en el amplio salón.
“Estoy relativamente conforme, mucho mejor que ayer y la gente está agradecida, te da ánimo, te desea fuerza; había una necesidad de venir a tomar café”, aseguró.
Los últimos tres meses fueron “muy duros” y “angustiantes” para el equipo. “Detrás de esto hay una inversión, un sueño, una responsabilidad por los empleados y el sostén de la familia”, dijo.
“Adorado”
Ariel tiene a su cargo 12 empleados y pudo completar los salarios de estos meses con ayuda del Estado, a través de los ATP. También accedió a un crédito para sostenerse.
“La gente vino desde temprano, notamos que hay conciencia, que toman bien los recaudos. Hay una clientela fiel que nos acompaña y estamos orgullosos de eso”, dijo y por último pidió también el apoyo del Estado: “Espero que no nos dejen solos, que nos ayuden con los impuestos, con créditos a tasa cero y la continuidad de los ATP. Ya abrir ha sido un gran paso y hay que trabajar cuidadosamente para seguir adelante”.
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