Máquinas excavadoras y motoniveladoras comenzaron a hacer los primeros movimientos de tierras en torno al pozo molinero del paraje de Valle Hermoso donde la Justicia local busca los restos del arquitecto Fernando Lario, desaparecido en julio de 2012.

El equipamiento pesado del EMVIAL (Ente Municipal de Vialidad y Alumbrado Público) fue conducido en horas tempranas hacia el camino vecinal al que se accede desde la ruta 88 por el ingreso al Aeroclub local. Allí personal de esa repartición municipal junto a Defensa Civil, personal de la DDI y seguridad, Policía Científica y rescatistas del Grupo de Riesgos Especiales iniciaron las tareas planificadas por la fiscal Andrea Gómez.

Semanas atrás y luego de evaluar la declaración de un testigo de 72 años solicitó la inspección de un pozo molinero en ese sector semiurbano de la ciudad. El testigo –considerado relevante por dar datos que solo los investigadores conocían- indicó que sabía que a Lario lo habían arrojado a ese pozo a partir de dichos de terceros.

Miembros del Grupo de Riesgos especiales de la Policía bonaerense hicieron un descenso que llegó a los 18,30 metros, donde restos de chapas de una heladera le impidieron seguir trabajando. “Ese no es el fondo del pozo”, explicaron.

La imposibilidad de seguir bajando por la estrechez misma del conducto y el riesgo que eso supone obligó a reorganizar las labores y se determinó que la única forma posible de alcanzar el final del pozo es con una excavación paralela. Estas son las tareas que se iniciaron hoy y de acuerdo a las estimaciones de los profesionales recién podrían acceder al nivel inferior del pozo entre mañana y el miércoles por la mañana.

Lario desapareció el 7 de julio de 2012 luego de asistir a un acto eleccionario en la Facultad de Arquitectura donde cumplía funciones de docente. A partir de entonces no se supo nada más de su paradero y la única referencia que tuvieron los investigadores fue el hallazgo de algunas de sus pertenencias junto a un acantilado de la costa sur de la ciudad.

Las conjeturas sobre la suerte corrida fueron numerosas y ninguna pudo descartar a la otra: suicidio, asesinato o desaparición voluntaria. La Justicia cambio tres veces de fiscal para intentar llegar en el esclarecimiento pero pocas fueron los avances. El fiscal Fernando Castro decidió hace un par de años atrás el cambio de carátula, al pasar de averiguación de paradero a homicidio en ocasión de robo. Esto obedeció a la declaración de un preso que dijo haber escuchado de otros que a Lario lo habían matado.

Esa línea investigativa no prosperó sin embargo de allí, a fin de año pasado, surgió el testigo que ahora es tenido en cuenta: el hombre de 72 años es conocido de algunos de los presos mencionados en aquella hipótesis.

Aunque sus dichos no tienen un grado absoluto de certeza, algunos detalles que entregó al momento de declarar hacen creíble su versión. Por ese motivo es que se le dio relevancia y se ordenó inspeccionar el pozo. “Es una posibilidad importante. Estamos esperanzados que esta vez sea cierto así podemos darle un poco de paz a esta familia”, dijo una fuente judicial.

Las labores junto al pozo molinero de  Valle Hermoso continuarán sin interrupciones desde hoy excepto alguna adversidad climatológica.