No sólo por los robos sufren los clubes ubicados en los barrios más alejados de Mar del Plata. También por las fallas estructurales de la ciudad.

Aunque la actividad deportiva está paralizada por la pandemia de Covid-19, los responsables de las instituciones que tienen las entradas de sus predios a lo largo de Mario Bravo, en el corazón del Barrio Las Heras, tropiezan recurrentemente con dificultades para circular por el avance del basural que se ubica sobre Rufino Inda y la intersección con la citada avenida.

El club General Urquiza, con el ingreso a su villa deportiva justamente en ese punto, lo sufre particularmente.
“Ya no sabemos que más hacer para frenar esto. Hoy ya no pueden transitar los autos. El municipio cada tanto va a limpiar, pero a los pocos días está igual. En el contexto actual, por el riesgo a las infecciones, es más preocupante todavía”, se lamentó Jorge Plebani, dirigente de esta institución.

Talleres también tiene la entrada a su cancha ubicada sobre esa misma esquina. “El último fin de semana fui a nuestra villa deportiva y el problema es bastante serio. Es desastroso como está ese lugar. Hace tiempo con General Urquiza y los otros clubes de la zona intentamos levantar una garita de seguridad para proteger a nuestros chicos de los robos en ese lugar. Un mayor control evitaría también que se forme el basural”, afirmó Alejandra Bonci, presidenta de este club.

“Logramos hacer una losa. Pero Obras Sanitarias impidió seguir con la obra porque no se puede construir encima del arroyo. Está bien, lo entendemos. Pero tampoco aportaron alguna otra solución”, agregó Plebani.

Argentinos del Sud y Peñarol, cuyos predios son vecinos a los de General Urquiza y Talleres, también son perjudicados por este estado de cosas.

“La entrada a nuestro predio -cuenta Cristian Suárez, vicepresidente de Argentinos del Sud- está sobre Reforma Universitaria, pero cruzamos por ahí cada vez que vamos a la villa. Y es increíble el basural que arman sobre Rufino Inda”.

“Lo más triste -agregó Suárez- es que la Municipalidad manda camiones y palas para limpiar. Pero a los dos o tres días, como no hay cámaras ni presencia policial, de muevo está igual. No hay seguridad en toda la zona y la gente de Urquiza es la que más lo sufre porque el basural se lo arman en la puerta su cancha”.

“El problema es histórico y, de rebote, el que más lo sufre es General Urquiza. Lo vemos cada vez que vamos a nuestro predio, que está a pocas cuadras. No nos afecta directamente porque al igual que Argentinos del Sud nuestra entrada está por Reforma Universitaria. Pero estamos a disposición del club amigo y de las autoridades para intentar encontrar una solución”, aporta Flavio Mainardis, directivo del fútbol de Peñarol.

“Nos choca -finaliza Plebani-, además, porque la gente de fútbol del club trabajó mucho para arreglar vestuarios y otras instalaciones, puso riego a la cancha y pintó todos los paredones. Y hoy casi no se puede entrar. Es muy triste”.