El joven de 19 años acusado de haber sido parte de la banda que golpeó y asesinó a Gabriel Armayo (29) para robarle la moto se negó a declarar y continuará detenido en la Unidad Penal 44 de Batán mientras avanza la investigación.

Claudio “Pirulo” Altamiranda optó por no dar ningún tipo de testimonio ante el fiscal Leandro Arévalo, quien lo imputó por “homicidio en ocasión de robo” y, tras la audiencia en Tribunales, continuará alojado en la cárcel de Batán.

La hipótesis con la que trabaja el fiscal Arévalo es que “Pirulo” es una de las cuatro personas que, el 9 de junio a la noche, interceptaron a Armayo mientras iba en una moto por Polonia y Ortiz de Zárate, de esta manera, los esfuerzas en la investigación giran en torno a intentar identificar a los otros tres involucrados de la mortal golpiza a la víctima.

Armayo trabajaba en una casa de comidas del centro y el pasado martes 9 de junio a la noche fue interceptado por una patota mientras iba en su moto por Polonia y Ortiz de Zárate. Armayo cayó del vehículo, situación que los delincuentes aprovecharon para darle una brutalmente golpiza. Por los gritos y los ruidos, vecinos salieron de sus casos, ayudaron a la víctima y espantaron a los asaltantes, que huyeron del lugar sin llevarse la moto.

Armayo, por sus propios medios, fue hasta el Hospital Interzonal de Agudos, donde los médicos le detectaron un severo traumatismo de cráneo y decidieron realizarle una operación de urgencia. El domingo, luego de haber estado internado unas 100 horas, Amayo falleció.

“Pirulo” Altamiranda fue detenido el lunes en un allanamiento en Hernandarias al 8100, gracias a que un vecino llegó a reconocerlo y lo pudo ubicar por su apodo.