En el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO), la gestión del transporte público cumplió un rol clave al momento de desalentar la circulación de personas sin permiso y brindar indicadores objetivos sobre el cumplimiento del confinamiento a nivel local.

En Mar del Plata, el subsecretario de Movilidad Urbana del municipio, Dante Galván, aseguró a LA CAPITAL que el balance que se hace es “bastante positivo” y arroja un importante acatamiento por parte de la sociedad marplatense.

“En un día habitual, la demanda rondaba los 320.000 o 325.000 viajes, mientras que la primera semana de la cuarentena, eso bajó a 20.000 o 35.000”, indicó el funcionario.

Sin embargo, Galván reconoce que el contexto actual no sólo obligó a pensar la gestión del transporte desde un punto de vista sanitario (en una ciudad con casi un millón de habitantes, aumentar lo más posible el distanciamiento social entre las personas que continuaron yendo a trabajar en una ciudad fue primordial), sino también aceleró los tiempos de debate vinculados a los modos de transporte que se vienen. Es decir, qué pasará post-covid19 o, como señaló el propio Alberto Fernández en su última conferencia de prensa, qué pasará cuando llegue la “nueva normalidad”.

“El desafío de todas las ciudades a partir de ahora es el intentar encontrar el equilibrio entre las distintas modos de transporte. Es un debate que se va a venir a todas las ciudades y Mar del Plata no estará exenta”, indicó el subsecretario.

Dante Galván, el subsecretario de Movilidad Urbana.

El pico del 3 de abril

El cumplimiento del aislamiento social obligatorio en Mar del Plata se considera, hasta el momento, alto. Esto puede reflejarse tanto en los números de contagiados (desde anunciada la pandemia la ciudad tuvo 17 casos, de los cuales solo una persona continúa en tratamiento), como también en otros indicadores como la cantidad de pasajeros que utilizan el transporte público para desplazarse.

“Desde que arrancó el aislamiento, la evaluación es bastante positiva en algunos aspectos. Principalmente a partir del 20 de marzo, que es cuando comienza el aislamiento social. Ahí la demanda cayó. La primera semana la demanda cayó casi al 6%, aproximadamente”, señaló el subsecretario.

A la segunda semana, los indicadores aumentaron, pero solo en un mínimo porcentaje.

“En un día habitual, la demanda rondaba los 320.000 o 325.000 pasajeros. Pero en los primeros días del aislamiento, eso bajó hasta valores cercanos a los 30.000 viajes diarios. Por lo que estábamos en el orden del 6% al 8% de la circulación habitual“, indicó Galvan, que intentó graficar de manera más específica la abrupta baja: “Para tener una idea más concreta, en una hora de un día habitual de marzo subían a los colectivos la misma cantidad de personas que subieron en todo un día de la cuarentena”.

El único día en el que hubo un pico fue el viernes 3 de abril, día en el que una enorme cantidad de jubilados y beneficiarios de la AUH se dirigieron a las entidades bancarias por ser día de cobro. La imagen de las aglomeraciones de adultos mayores, principal grupo de riesgo ante la pandemia, dejó en evidencia un operativo con graves fisuras por parte de las autoridades de ANSES, a cargo del cronograma. “Ese día tuvimos un salto y registramos unos 50.000 viajes”, indicó.

Sobre los números, Galván también busca brindar una aclaración. “Hablamos de viajes, de usos de la tarjeta SUBE. Es decir, si decimos que hubo 50.000 pasajeros, no necesariamente sean 50.000 personas. El viaje urbano es un viaje cerrado, por lo que la gente, en general, hace dos viajes”, señaló.

En estas últimas dos semanas, las cifras cambiaron. Con la inclusión de nuevas actividades económicas entre las exceptuadas de cumplir el aislamiento, el porcentaje pasó de 7% a 15%. “Ahora estamos en el orden de los 45.000 y 50.000 pasajeros”, indicó el subsecretario.

Un 50% sin permiso

El ingreso a una fase administrada de la cuarentena, sumado a algunos reclamos puntuales sobre unidades que solían transportar gente de pie (situación inhabilitada por el intendente Guillermo Montenegro a fines de marzo para favorecer al distanciamiento), llevó a que el área de Movilidad Urbana articulara importantes operativos de control en las unidades junto a la Secretaría de Seguridad y la policía bonaerense.

A diferencia de otros números preliminares, el resultado de estos controles -iniciados hace dos semanas- no implicaron buenas noticias. O, en palabras de Galvan, ofrecieron resultados “poco atractivos”.

“Controlamos un total de 1.400 pasajeros, a bordo de unos 110 unidades. De ese número, cerca del 50%, se desplazaba sin permiso para circular“, señaló, evidentemente preocupado por la notable falta de motivos válidos por parte de algunos pasajeros, a los cuales se les labró un acta por inclumplimiento del ASPO.

“La gestión de transporte público en este momento es una gestión bajo una priorización de lo sanitario. Y lo sanitario indica que las personas no se desplacen si no tiene un motivo válido. En este sentido, le pedimos a la gente que tramite los certificados”, señaló el funcionario y aseguró que los operativos “van a seguir”, así como el monitoreo de algunas líneas que suelen ir más cargadas en horas específicas.

¿Y ahora?

Con un bajo número de contagiados y una economía que cruje, el intendente Guillermo Montenegro anunció que el municipio dará inició a una reactivación administrada, especialmente enfocada en aquellas actividades que tienen permitido operar. De todas maneras, estas habilitaciones aseguraron que deberán ser acompañadas de estrictos protocolos sanitarios.

Según señaló Galván, la misma cautela regirá para el transporte público, que podrá analizar incrementar frecuencias tras monitorear la demanda.

“La estrategia no es levantar la frecuencia en términos generales, sino ir analizando cómo va impactando el aislamiento en la demanda, que no es en todos los territorios igual”, explicó el funcionario.

Es según señaló, la atención está puesta en evitar que personas que no cuentan con la habilitación para circular comiencen a pensar que pueden hacerlo. “Vamos a ir monitoreando la situación para no levantar una gran cantidad de servicios y propiciar que otras personas que no tienen por qué desplazarse, comiencen a hacerlo”, señaló. En otras palabras: “Esto será de manera gradual. Nos ajustaremos a la demanda, pero no estaremos por encima de ella”.

El desafío que se viene

“Nueva normalidad” fue el nombre que el Gobierno nacional optó por colocarle a la situación que Argentina vivirá tras la última fase del aislamiento social (que según indicó en la última conferencia el presidente Alberto Fernández, tendrá lugar cuando el tiempo en el que los contagios demoren en duplicarse supere los 25 días). Y mientras la sociedad se detiene a pensar cómo serán esos tiempos, la dirigencia política que deberá atravesarla intenta anticiparse a algunos cambios.

Ante la consulta del tiempo que vendrá, Dante Galván aseguró que, en términos de movilidad urbana, habrá un debate inevitable: el equilibrio en los modos de transporte.

“El desafío de todas las ciudades a partir de ahora es el intentar encontrar el equilibrio entre las distintas modos de transporte en la ciudad. Lógicamente hoy la bicicleta cobra importancia, y está claro que lo tiene, porque es un modo que te permite cumplir con el distanciamiento que se exige. Pero la bicicleta no será el sustituto de todo lo que es transporte público”, señaló el subsecretario.

Es que para Galván, “la incertidumbre que tenemos sobre lo sanitario” impulsó y aceleró los tiempos para trabajar el transporte “desde otra forma”. “Es un debate que se va a venir a todas las ciudades y Mar del Plata no estará exenta. Los vehículos podrían llegar a tener una capacidad mucho más limitada y la bicicleta podría ser uno de los modos que serán revalorizados por estos tiempos”, concluyó.