Dos de cada cinco familias de la ciudad cobrará el bono que otorga ANSES
Son más de 99.000 marplatenses sobre un total de 249.000 hogares que hay en Mar del Plata. De los beneficiarios, más de 74.000 son asalariados informales, monotributistas, trabajadores domésticos y desempleados, el número más alto entre las localidades bonaerenses.
Dos de cada cinco familias de la ciudad contarán este mes con el IFE (Ingreso Familia de Emergencia) de $10.000 otorgado por ANSES, en el marco de las ayudas lanzadas por el Gobierno para disminuir el impacto económico generado por la irrupción del coronavirus y las restricciones tomadas para controlar su propagación.
El dato (que a nivel nacional, por ahora, es de 1 cada 2 hogares) surge de los registros oficiales a los que tuvo acceso LA CAPITAL, que estiman en más de 99.000 el número de marplatenses que fueron autorizados por la administración nacional a percibir el beneficio único.
Si se tiene en cuenta que la última Encuesta Permanente de Hogares del INDEC calcula en la ciudad un total de 249.022 hogares, y que solo un integrante de la casa puede cobrar el bono, en Mar del Plata, casi la mitad de las familias solicitaron y accedieron a la ayuda estatal en el marco de la pandemia.
El Ingreso Familiar de Emergencia fue implementado por el Gobierno nacional para aliviar la situación económica de aquellas familias que no cuenten con otros ingresos y que podrían sufrir en mayor medida las consecuencias de la emergencia sanitaria que atraviesa el país. Es decir, hogares en los que no hay trabajadores asalariados formales, ni jubilados o pensionados o monotributistas de las categorías más altas.
Según fuentes oficiales consultadas por este medio, por el momento (ya que la solicitud volverá a abrirse el 22 de abril), el número de autorizados a nivel local se divide entre cerca de 25.000 personas beneficiarias de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y otras 74.178, entre las que se encuentran asalariados informales, monotributistas de las categorías más bajas, trabajadores de casas particulares y desempleados que no cobren ninguna otra asignación del Estado.
Este último número, en tanto, colocó a la ciudad en el primer puesto del ranking bonaerense. Dentro de los 1.916.513 IFE que se otorgaron en la provincia de Buenos Aires (la cifra aumenta a 2.832.340 si se suman quienes accedieron al mismo a través de las AUH), el segundo y tercer puesto fueron para las localidades de Moreno, con 53.302 trabajadores autorizados, y La Plata, con 52.684. Una diferencia más que notoria, si además se tiene en cuenta que se tratan de localidades con poblaciones similares a Mar del Plata.
Los datos, siempre fríos y duros, dejan al descubierto el fuerte impacto que la baja en la actividad económica está generando puertas adentro en las casas de los marplatenses. Una ciudad que, además, lidera desde hace varios años los rankings no sólo de desempleo, sino también de trabajo no registrado.
Así, en tiempos en los que el aislamiento social y preventivo es la medida más eficiente para evitar miles de contagios y muertes y el colapso del sistema de salud, la inestabilidad de un mercado laboral incrementa preocupaciones en los hogares de la ciudad.
El alto número de marplatenses que fueron autorizados a cobrar el ingreso familiar de emergencia también ratificó el dato arrojado a principio de mes por el informe sociolaboral de la Universidad Nacional de Mar del Plata, que advertía que, en el último trimestre de 2019, la ciudad había alcanzado el nivel más bajo en la historia de trabajadores en relación de dependencia (64,8%) y el récord, también, de los niveles de subocupación (17,8%), además de una elevada proporción de asalariados no registrados (36,5%).
En dicho trabajo, encabezado por el docente investigador, Eugenio Actis Di Pasquale, también se advertía un aumento de la población económicamente activa a través de la inclusión de 14.000 cuentapropistas. Es decir, personas que generan su propio ingreso de manera independiente y, en su mayoría, con empleos más precarios e inestables.
De hecho, en el informe, Actis Di Pasquale alertaba sobre los riesgos de un aumento en dicho tipo de trabajos -que según los análisis, fue lo que permitió que muchas familias pudieran cubrir sus ingresos familiares- al asegurar que los mismos “no eran estables” y que frente a otras caídas en el nivel de actividad económica, podrían ser “los primeros en perder sus trabajos”.
En cuanto a la situación a nivel nacional, según confirmó ANSES, de las cerca de 12 millones personas que se inscribieron para cobrar el beneficio, unas 7,8 millones fueron autorizadas tras el cruce de datos con otros organismos estatales como la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) o el Ministerio de Trabajo (2.389.764 a través de la AUH o AUE, y 5.464.552 la IFE). El número podría aumentar en las próximas semanas, luego que la Administración anunciara que reconsiderará solicitudes rechazadas, al volver a habilitar el sistema para cobrar el beneficio el 22 de abril.