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Opinión 12 de abril de 2020

Ver lo milagroso de la “cuarentena”

Imagen ilustrativa

Por Juan Yaría

“Solo pueden disfrutar el banquete quienes primero han ayunado…solo son capaces de usar este mundo quienes primero han aprendido a no abusar de él”. Cardenal John Henry Newman, Sermón 580, Domingo de Pasión
de 1841.
Esta es una forma de trabajar con personas en adicción o sea tratar de ver la forma positiva de aquello que nos ha tocado a todos y también a ellos en un momento de su rehabilitación. Los comparo con los que golpean las puertas de la institución y lamentablemente no pueden entrar por motivos de número de plazas o de enfermedades que
contagiarían a los que ya están.

Cuando el gran pensador Cardenal Newman nos dice que solo pueden disfrutar del banquete aquellos que primero han ayunado o que solo son capaces de usar este mundo quienes primero han aprendido a no abusar
de él da de lleno con la patología de la demanda adictiva imparable: no podían ayunar porque no podían parar y no podían placenteramente vivir el mundo porque solo abusaban de él. El ayuno y no abuso del mundo nos preparan para escuchar las lecciones de la Vida y el Coronavirus, quizás, sea una lección.

En la mañana de este sábado cuando escribo estas notas para diversas columnas nacionales y extranjeras recibo la buena noticia de un amigo Javier Elzo vasco y gran Profesor que mucho nos enseño en Deusto (Bilbao) que supero su Corona Virus. Su carta anterior antes de internarse era casi una despedida del mundo recordando en parte la cita
bíblica de hoy de la Cruz cuando Jesús dice en el Gólgota “Padre, porque me has abandonado”. La alegría del reencuentro con la vida fue la mejor noticia que recibí dirigida a sus más dilectos amigos. Todos podemos sentir hoy esta frase .

El paciente en tratamiento en esta cuarentena descubre que tenía un sistema inmunológico factor de resistencia a virus y bacterias …nunca lo entendió y ni quizás nadie les explico. Defender la vida es proteger el descanso, la comida sana, el no drogas y alcohol, la socialización sana, el estudio, el amor responsable y fiel…todos son descubrimientos en la pandemia y además en encuentros a distancia social justa en grupos y
encuentros. El paciente así descubre un nuevo mundo.

Allá atrás quedó aquel adolescente que buscaba drogas en las villas o en los “deliverys” o en los VIPS de los boliches. Eso suena a una experiencia lejana y la cuarentena cuando ellos se encuentran con terapeutas cálidos y contenedores se asemeja a una bendición y a una caricia para el alma.

LA ESPERANZA DE LOS DESENGAÑADOS

Hoy aparece una nueva dimensión que los estudiosos llamaban la esperanza de los desengañados. Todo lo pusimos en la ciencia y ahora la ciencia nos dice que no sabe, no puede y contempla su propia impotencia. Con la ciencia íbamos a vencer todas las pestes. Así nuestro Ego se inflaba. Es la esperanza secularizada que encuentra en la ciencia todas las respuestas desde mediados del siglo XIX. La ciencia redimirá a la Humanidad.
El Hombre era Dios y ahí se unieron el positivismo con el Romanticismo …y porque somos Dios, seremos Dios (Schelling).

Pero nada más interesante ante esta peste que la reflexión de un filosofo y sociólogo neo-marxista Jürgen Habermas (diario Kolner Stadt-Anzeiger) que “hoy nunca habíamos sabido tanto de nuestra ignorancia ni sobre la
presión de actuar en medio de la inseguridad”.

Llega a decir que siempre confiábamos en expertos, pero ahora esto parece no valer “hay una inseguridad existencial y además la inseguridad es global y simultanea; ya solo vale el autoaislamiento “. El sabio alemán
en sus 90 años se confronta con la máxima socrática “…solo sé que no se nada”. Pero así desde esta ignorancia descubrimos un nuevo mundo.

LA EXPERIENCIA DE QUE SOMOS FINITOS

Todos descubrimos un nuevo mundo después del ayuno y de no abusar de la mesa servida … de la carencia surge el aliento a vivir. Esto lo sienten los pacientes que vivieron sometidos a descontroles de impulsos y todos aquellos que pueden acercar a esta experiencia de finitud.

En todos nosotros surge la idea de la finitud, una finitud atemperada por la omnipotencia de la Ciencia tan alabada y que ahora muestra su debilidad.
La finitud surge tanto en el paciente que viene de Puerto Madero hasta el que viene de la 1-11-14 y desde los propios terapeutas que para poder brindar acogida y solar a los demás debe y necesita confrontarse con su fragilidad y de ahí surgirá su potencia.
Desde ahí surgirá la esperanza cuando abrimos la mirada de la nuestra vida hacia la finitud, hacia la muerte y ahí Heidegger nos enseña que esta dimensión finita que ningún científico nos puede asegurar como infinitud se vive la vida con autenticidad. Hay una existencia inauténtica en consumidores y no consumidores y una existencia autentica cuando asumimos nuestra finitud.

La mirada positiva de la epidemia es acercarnos a la finitud y que se amplíe, así, nuestra forma de pensar el mundo y fundamentalmente nuestro mundo de relaciones emocionales, sociales, etc.

LA POESIA Y LA VIDA PLENA

Pero quizás es la poesía la que nos ayude porque ahí se refugia lo denostado hoy: el Espíritu (no hay tratamiento en adicciones sin una dimensión espiritual) y tomemos a un Mario Benedetti maestro uruguayo que en su Poema “Cuando la tormenta pase” (todo un título que convoca a la esperanza y que es un tema que trato mucho con Uds.
Y mis pacientes): “…cuando la tormenta pase y seamos sobrevivientes de un naufragio
colectivo…nos sentiremos dichosos tan solo por estar vivos…le daremos un abrazo al primer desconocido y alabaremos la suerte de poder conservar a un buen amigo, recordaremos lo que perdimos y
aprenderemos todo lo que no aprendimos…ya no tendremos envidia pues todos habrán sufrido…entenderemos lo frágil que significa estar vivos, extrañaremos aquel pobre viejo que nos pedía un peso en el mercado y quizás ese pobre viejo era tu Dios disfrazado…nunca le preguntaste su nombre porque estabas apurado…y todo será un
milagro…cuando la tormenta pase te pido apenado que nos devuelvas mejores quizás como nos habías soñado.

(*) Director general Gradiva. Rehabilitación en adicciones