Las crónicas de estos días hablan de cientos de pasajeros argentinos varados en los países centrales de Europa, en los Estados Unidos o en naciones fronterizas, y con importantes dificultades de volver a la Argentina. Cuánto mayor puede ser el impedimento para los connacionales a los que la drástica cancelación de vuelos sorprendió en una región más periférica, distante de los aeropuertos neurálgicos.

Es el caso de la joven marplatense Mica Liwko Mileta, de 23 años, quien junto a su novio Joaquín Constante, se encuentra en Split, Croacia, adónde arribó en los primeros días de este mes para conocer a una parte de su familia.

Mica, nieta de croatas y una activa integrante de la misma colectividad en Mar del Plata, y Joaquín, vieron cancelado el vuelo de regreso a la Argentina que tenían programado para mañana domingo por la compañía Level, con pasajes reservados a través de Iberia. Iniciaron entonces otras gestiones que tendrían como resultado la reserva de dos lugares en otro vuelo de Level previsto para el 2 de abril. Pero el verbo en condicional se justifican porque hasta este sábado no contaban con la confirmación del viaje, pero sí la versión extraoficial de que también éste habría de cancelarse.

En España, probando suerte laboral

Mica y Joaquín llegaron a España en diciembre pasado con el plan de probar suerte laboral. Hacia el tercer mes, ya con la decisión de volver a la Argentina, Mica y Joaquín se trasladaron a Croacia para cumplir el deseo de ella, que tenía desde pequeña, de conocer sólo por unos días a las primas de su abuela. Llegaron a Split el 12 de marzo. Pero este último movimiento coincidió con el cierre de fronteras y la súbita adopción de medidas más restrictivas en todos los países de Europa tendientes a frenar el contagio del corona virus.

Al momento, Croacia registra alrededor de 120 casos de contagio y la población debe mantenerse en cuarentena. Sólo funcionan los comercios imprescindibles.

“Nosotros teníamos un vuelo Barcelona – Buenos aires el día 22 de marzo que cancelaron –relata Mica vía Whatsapp-; nos comunicamos entonces con la embajada argentina en Hungría porque nos dijeron que había que contactarse con ella para tramitar “la repatriación” por Aerolíneas Argentinas. Sin embargo, luego de unos días la embajada en Hungría nos comunica que lo único que hacen ahí es recopilar información, pero que nosotros mismos teníamos que hablar con Aerolíneas Argentinas y gestionar el retorno. Pero ni en Aerolíneas ni en Iberia nos atendían. Recién ayer pudimos comunicarnos con Iberia y nos reprogramaron el vuelo para el 2 de abril”.

Sin información segura

También señaló Mica que “en un principio creímos que nos iban a “repatriar”. Llenamos formularios y mandamos mails a la embajada en Hungría pero es ahí, a los cuatro días, cuando nos dicen que debíamos comunicarnos nosotros directamente con Aerolíneas Argentinas; también hicimos contacto con Cancillería pero la respuesta en este caso fue que la información cambia todo el tiempo y que ni ellos saben que nuevas disposiciones sedarán en los próximos días”.

“Desde Argentina nuestra familia nos replica la información de que el gobierno se va a ocupar de nosotros, sin embargo cuando desde aquí nos comunicamos con medios oficiales nos responden que no, que nosotros nos la tenemos que rebuscar solos”, puntualizó Mica quien, con todo, igualmente destaca “la excelente atención que estamos recibiendo tanto de parte de la embajada argentina en Hungría como de la Cancillería”.

La otra gran complicación, además de conseguir el traslado hasta Buenos Aires, es cómo salir de Split para alcanzar el aeropuerto desde dónde hacer la escala hacia la Argentina. Señala Mica: “desde Split suspendieron todos los vuelos a Alemania. La única opción que estábamos viendo es la de Francfort-Buenos Aires pero ya no hay más pasajes para ese vuelo. Evaluamos ahora cómo llegar a Alemania haciendo escalas pero aún no encontramos ninguna posibilidad”.