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Opinión 16 de marzo de 2020

La vida en los tiempos del coronavirus

Foto: EFE | Juan Ignacio Roncoroni.

por Nelson Castro

La mañana del 16 de abril, el doctor Bernard Rieux, al salir de su habitación, tropezó con una rata muerta en medio del rellano de la escalera. En el primer momento no hizo más que apartar hacia un lado el animal y bajar sin preocuparse. Pero cuando llegó a la calle, se le ocurrió la idea de que aquella rata no debía quedar allí y volvió sobre sus pasos para advertir al portero.

Ante la reacción del viejo Michel, vio más claro lo que su hallazgo tenía de insólito. La presencia de aquella rata muerta le había parecido únicamente extraña, mientras que para el portero constituía un verdadero escándalo.
La posición del portero era categórica: en la casa no había ratas. El doctor tuvo que afirmarle que había una en el descansillo del primer piso, aparentemente muerta: la convicción de Michel quedó intacta. En la casa no había ratas; por lo tanto, alguien tenía que haberla traído de afuera. Así, pues, se trataba de una broma.”

Este párrafo -que pertenece al libro “La Peste” de Albert Camus- refleja a la perfección la dinámica de esta pandemia de Coronavirus que está dejando azorado al mundo.

Repárese en estos dos detalles: el médico rápidamente comprendió que se estaba ante una situación anormal y riesgosa para la salud de la comunidad mientras que el portero lo tomó como una broma y, por ende, lo dio como un imposible.

Es un calco de la realidad. El médico de Wuhan que descubrió la existencia de la enfermedad por cuya causa murió, Li Wenliag, fue criticado duramente por el gobierno chino, que lo obligó a disculparse.

Cuando le pidieron perdón, ya era demasiado tarde: su vida se había extinguido y la epidemia ya estaba instalada en su país.

Los gobiernos -con pocas excepciones- han hecho una mala lectura de la situación no importa de qué ideología sean. Alberto Fernández y Donald Trump son ejemplo de ello.

Ahora se impone actuar. Y, más allá de lo que hagan las autoridades, la clave para enfrentar a esta pandemia imparable, es la responsabilidad de cada uno de los ciudadanos.

Lo único disponible para combatir el COVID-19 es la prevención.

Lavarse las manos repetidas veces, usar alcohol en gel o líquido, estornudar cubriéndose con el pliegue del codo, circular lo menos posible, respetar la cuarentena aquellos a los que les corresponde, mantener la higiene de los lugares que habitamos, restringir la circulación de personas y consultar al médico y a los servicios de emergencia en caso de dudas.

De nosotros depende el bien común y, del bien común, depende el bien de cada uno de nosotros.

(*): Médico y periodista, conduce el programa “Crónica de una tarde anunciada”, de lunes a viernes de 17 a 19 horas por Radio Rivadavia.