Por Marcelo Solari

Daba la sensación de que era la noche. San Lorenzo no hizo un buen partido, en gran parte por mérito de Peñarol, pero finalmente el “tetracampeón” consiguió resurgir e imponerse en un muy atractivo partido. Pese a la sensación ambivalente por la frustración que llegó sobre el final, el entrenador Carlos Romano tuvo un debut positivo al comando del “milrayitas”. Desde el juego y desde la intensidad hubo avances notorios. Así lo explicó el tucumano en charla con LA CAPITAL:

-Habías realizado un diagnóstico previo, al asumir, y ahora tenés más elementos tras tu primer partido como entrenador de Peñarol. ¿Cuáles son las conclusiones?

-Estoy contento, porque con cinco o seis prácticas, trabajar como lo hicimos me pone de verdad muy feliz. Metimos 6/22 triples, fallamos cinco bandejas cómodas y desperdiciamos 9 de 20 tiros libres. Así y todo estuvimos a punto de ganarle al mejor equipo de la Liga. Defensivamente lo dejamos a San Lorenzo en 74 puntos, 31 en el primer tiempo. El saldo es muy positivo. El desafío es repetirlo y mejorarlo. Con más trabajo, más detalles y empezando a buscar ofensivamente una selección de tiro más cuidada.

-Además, probablemente, en los próximos juegos la oposición no va a ser tan exigente como la de San Lorenzo…

-Yo dije que éste iba a ser un test bárbaro para cómo estaba el equipo. Ojalá mis jugadores escuchen y lo interpreten. Que si no van a tener enfrente a rivales tan buenos, no significa que los subestimen bajo ningún concepto, porque si eso pasa, vamos a tener un problema.

-¿Se puede decir que se aprobó el examen pero quedó una sensación extraña porque se estuvo tan cerca de ganar?

-Sí, aprobamos desde el punto de vista de que concretamos un partido palo a palo contra un equipo que te hace ráfagas de 8 o 10 puntos seguidos con facilidad. A nosotros solo nos pudo hacer 6 de corrido. Los jugadores ya van entendiendo que hay que parar la bola, ser responsables. San Lorenzo es el mejor equipo en los terceros cuartos, y ahí nosotros pasamos adelante en el resultado. Eso fue muy bueno. Pero insisto con el concepto. El plantel tiene que entender que lo debe repetirlo en todos los partidos y en todos los entrenamientos.

-¿Lo que se vio ante San Lorenzo es una clara muestra de que el camino correcto está por el lado de la defensa?

-Yo no tengo dudas al respecto. Las matemáticas del básquetbol son claras. Peñarol anotaba 83 puntos y algo por juego y recibía 85. Números de los últimos 10 partidos. Eso significa mucho. Y está demostrado, también, que a los jóvenes hay que utilizarlos de esta manera. Tienen que cumplir un rol defensivo, robar pelotas. Empezaron a hacer cosas a las cuales ellos no estaban acostumbrados. Y lo hicieron correctamente porque hay una buena condición atlética, un buen trabajo físico. Hay material. Y eso nos tranquiliza. Ahora viene el desafío. Ir por más en las prácticas. Ahí veremos la respuesta de los jugadores. Si dan esa respuesta, estamos en el buen camino.

-¿Cambia mucho cuando el jugador se siente importante, se siente útil? Nicolás Franco, por caso, hizo un gran partido.

-Seguro que sí. Para cualquier jugador eso importa. En el caso particular de Franco, él tiene que estar preparado para asumir que no todas las noches van a ser así de productivas. Como seguramente no todas las noches van a ser tan flojas como la de Melvin Johnson. Y aún así, estuvimos siempre en partido. Si entre todos podemos suplir una mala noche de un gran atacante o los problemas de faltas de algún interno, quiere decir que se hicieron bien las cosas.