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Policiales 21 de febrero de 2020

Fiscal pidió prisión perpetua para la mujer policía acusada de asesinar a un cardiólogo

Para la fiscalía no hay dudas de que el 17 de marzo de 2017 la policía Rosa Saino mató a Roberto Tortorella en su casa del barrio Colina Alegre.

Rosa Saino.

El fiscal Leandro Arévalo solicitó la pena de prisión perpetua para Rosa Saino, la ex policía acusada de matar en el año 2017 al cardiólogo Roberto Tortorella en el interior de la casa que el profesional tenía en el barrio Colinalegre.

En tanto, propuso que la otra imputada Erica Córdoba purgue una condena de 10 años solo por haber sido coautora del robo del que fue víctima Tortorella poco antes de ser asesinado.

Saino fue acusada por el fiscal del delito de robo agravado en poblado y en banda y por el uso de arma impropia, y homicidio agravado por ensañamiento y por la participación premeditada de dos y más personas y criminis causa.

Córdoba solo del hecho inicial de robo agravado y subsidiariamente el fiscal solicitó 7 años y 6 meses si se la considera partícipe necesario.

Las defensas pospusieron sus alegatos para la tarde, en una audiencia que se reiniciará a las 16.30 en el Tribunal Oral en lo Criminal N°4 conformado por Silvina Darmandrail, Jorge Peralta y Gustavo Fissore.

La acusación

El viernes 17 de marzo de 2017 el cardiólogo Tortorella fue víctima de un robo en su vivienda del barrio Colinalegre atacado allí y luego, aún con vida, su cuerpo arrojado junto al arroyo Los Ortiz, en cercanías al acceso a Sierra de los Padres, donde fue descubierto recién en la tarde del sábado.

Para el fiscal Arévalo el crimen de Tortorella fue un plan urdido por las dos acusadas y por Débora Faijós, una mujer con la que el cardiólogo se relacionaba en aquellos tiempos y que también está coimputada, aunque su situación se resolverá en juicios por jurados. La relación era de compañía mutua, de consumo de drogas juntos y de contacto sexual de relativa frecuencia para un hombre de 71 años.

“Que hayan elegido las tres imputadas distintos tipos de juicio es una evidencia más de la estrategia en este juego de confusiones”, alegó el fiscal

Según sostiene Arévalo que quedó probado en la madrugada del viernes Tortorella recibió un llamado Faijós para que la pasara a buscar por el barrio Centenario. De allí fueron a comprar droga al barrio Belgrano y retornaron a la casa de Colinalegre. Que durante la madrugada hicieron ese recorrido varias veces y que, se supone, que en uno de esos viajes se sumó Córdoba.

La prueba que coloca a Córdoba dentro de la casa es una huella suya en una botella, dato que fue defendido por el fiscal con el respaldo de los informes periciales.

También el análisis de comunicaciones telefónicas –un pasaje del alegato por momentos confuso- le dio la convicción al fiscal que Córdoba participó del robo. “Córdoba y Faijós eran pareja, y entre ambas conseguían de Tortorella dinero y otros bienes. Cuando Tortorella dijo ‘basta’, los planes cambiaron”.

En su alegato contra Córdoba, el fiscal Arévalo describió un episodio de días antes al hecho en el que el cardiólogo fue despojado de un teléfono celular en el barrio Centenario atribuido Córdoba. Mientras el fiscal profundizaba en su postura, Córdoba negaba con gestos evidentes.

Luego llegó el turno de la acusación contra Saino, quien al momento del homicidio cumplía funciones en la subcomisaría Casino.

“Tengo la sincera percepción que todo esto fue más allá de sus expectativas. Pero que ella participó”, comenzó diciendo el fiscal antes de explicar la intervención de Saino en el caso.

De forma inicial describió cómo fue la llegada de Saino a la casa de Colinalegre y su permanencia entre las 9.37 y las 11.11, según los registros de las cámaras de seguridad.

El fiscal sostuvo que la excusa de Saino de haber ido hasta allí para ayudar a Faijós en su intento por recuperarse de las adicciones fue inverosímil. “No tiene ningún sentido”, calificó para luego argumentar que era falso que al salir de la comisaría recibió un llamado de Faijós para ir hasta la casa de Tortorella. “Ella fue quien se comunicó, lo que acredita que ya estaba en marcha el plan”, afirmó.

Llamó la atención que el fiscal Arévalo no abundara más en lo sucedido dentro de la casa y enfatizara en la relación previa entre Saino, Córdoba y Faijós, si bien este aspecto resulta importante.

El plan al que hace referencia el fiscal es que, a partir de esas relaciones, se ganara la confianza de Tortorella y una vez conseguido eso hacerse de dinero que supuestamente el médico tenía oculto en una caja de seguridad.

“Saino tenía muchos problemas económicos, tenía deudas, incluso debía desde hacía 1 año el pago de la fiesta de cumpleaños de su hijo”, definió para brindar un más que probable móvil.

El fiscal se refirió al arma reglamentaria de Saino al asegurar que pudo haber sido ese objeto con el que se le dieron los primeros golpes a la víctima en la mañana del 17. “Saino dijo que no sabía si la tenía consigo, algo que no es creíble en un funcionario policial”, agregó.

Respecto a la participación de Saino en el ataque a Tortorella entendió que no quedaban dudas porque la exuberancia física de al ex policía y la sugerencia de los forenses sobre la lesionología así lo confirmaban. “La víctima tenía cuatro costillas fracturadas y los forenses dicen que eso es compatible a que una víctima se sentara arriba y lo aplastara”, explicó.

En el cierre del alegato el juez Gustavo Fissore hizo notar a Arévalo que la calificación del hecho de robo era diferente a la acusación en relación al arma impropia, lo que obligó al fiscal a agregar un pedido subsidiario de pena contra Córdoba de 8 años en caso de ser coautora y 6 años como coautora.