por Gerardo Gómez Muñoz

Esta página destacó antes de que asuman las nuevas autoridades municipales y subrayó, apenas instalado tanto el Ejecutivo como el Concejo Deliberante que se vislumbraba una nueva política como le hace mucha falta a Mar del Plata, después de la invasión de Arroyo y los Hunos que asolaron la ciudad. El intendente Guillermo Montenegro a lo largo de la campaña había demostrado que sabía hilar como requisito ineludible para crecer y sus adversarios que aparecían con tantas posibilidades como aquél de llegar al Palacio de Luro e Yrigoyen. Cuidaron la compostura, no hubo una lucha contra “el camporismo” ni contra el “macrismo entreguista”, como decían, hablando al cohete, los augures de siempre.

El armado del elenco fue casi el de un rompecabezas, pero hoy los resultados demuestran que Montenegro y sus asesores, varios de ellos jóvenes y finos catadores políticos están en el camino correcto. Había que congeniar con varios partidos y como si fuera poco, sumar de campamentos ajenos.

Están a la vista numerosos logros con esos métodos que, como mejor resultado están demostrando que así se llega a diversos sectores, porque se escucha a todos y se llega con soluciones o se compromete la pronta atención de todos los sectores.

No hay a quien no reciba, tal como una vez más lo demostró este fin de semana con el ex gobernador Daniel Scioli, otro dialoguista a muerte, lo que le costó en su tiempo, la malquerencia de los “duros” de su propio espacio. Pero a Mar del Plata, al flamante embajador ante Brasil y al mismo intendente les conviene analizar, en primer lugar qué temas de intercambio comercial se pueden encarar. Y de eso y de diversos asuntos vinculados que Scioli podría considerar y posibilitar para nuestra ciudad en su nueva función.

Hace poco estuvieron, desde el presidente del comité nacional de la UCR y uno de los inventores de “Cambiemos” y el titular de la conducción provincial, Cornejo, Sanz y Salvador, respectivamente y no iba a faltar el consabido encuentro, máxime si el virtual conductor local Abad, era el armador del cónclave.

Frutos de la democracia

En los tiempos de Carlos Arroyo y más aún cuando su numen era el fenómeno de Lanús, el ahora procesado Hernán Mourelle, el tratamiento del presupuesto era casi una cuestión de guerra. Semanas y meses con belicosas comisiones, ofrecimientos de “adornos” a opositores adornables y/o empresas interesadas en tal o cual tema, algún funcionario que operaba en favor de cierta cuestión. Todo para un final que demoraba en salir varios meses, tanto que el admirador del mariscal Rommel se fue sin dejar presupuesto, éste que ahora se sancionó y con los 24 presentes.

Se le aprobó a una diligente y dicen que muy filosa en el asunto de la economía, Virginia Sívori del Frente de Todos, la propuesta de que uno a uno los secretarios y los titulares de diversos entes expusieran en comisión sus requerimientos y planes presupuestarios.

El concejal Alejandro Carrancio, titular del bloque Vamos Juntos, como representante directo del jefe comunal fue un coordinador de hecho, de todas las tratativas exitosas con los diversos bloques. Y hoy se ufana de que General Pueyrredon sea el único de los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires que haya creado la metodología tan práctica y exitosa.

Se creía -lo creían, decían y escribían los bichos de malas ondas- que esta etapa sería la escogida por “el kirchnerismo” para entorpecer al gobierno municipal y poner en riesgo su gestión.

Por si las moscas tal vez o porque estaba acordado antes, en ciertos cafés, para las horas de las votaciones. Mercedes Morro encontró una “Tercera Posición” para fungir de concejal de ese palo y votar para el macrismo. El ex yerno de Arroyo, también optó por el voto favorable, Acción Marplatense que perdió la tijera, en blanco. Y Montenegro y su equipo gozaban con el gol de media cancha.

No hubo barras bravas ni soporíferas sesiones ni perdedores insultantes y belicosos. Una magistral demostración del oficialismo y aceptada por la oposición y que finalmente enaltece a todos los que creen en la democracia.

Sindicatos en la buena

Felizmente hay por lo menos dos sindicatos, cuyos trabajadores están gozando de un ciclo de bonanza que incluye la incorporación de buena cantidad de nuevos contratados.

El que registra números más que interesantes es el tradicionalmente llamado de Pasteleros, es decir Starpyh, que incluye varias especialidades. Su secretario general Carlos Vaquero acaba de manifestar en declaraciones periodísticas que han sido incorporados 600 nuevos laborantes para sumarse a los actuales 2.400.

Vaquero destacó la importancia de esos números, “se trata de un monto importantísimo”, dijo en sus declaraciones. Y agregaba que faltando todavía el feriado largo de febrero “cabe esperar que la suma se acreciente”.

Dada la cantidad de turistas que se mueve, el veterano sindicalista, de larga presidencia del gremio de los “Pasteleros”, cree que inclusive “en marzo podemos tener buenos números”. Y como para que se entusiasme y largue otro acerto categórico: “Lo que estamos viviendo hace años que no lo teníamos”.

Hace pocos días, también el sindicato de los gastronómicos destacó el reconfortante dato que registraba ese sector de los más significativos de la economía marplatense. Su secretaria general Nancy Todoroff ponderaba la contratación veraniega de entre 2.500 a 2.800 contratados y remataba con un dato que impacta y “esto en un gremio en el que el año pasado había 1.300 plazas”.

Los marplatenses y aun quienes son de otras zonas del país, pero seguidores de todos informes que en verano se refieren a nuestra ciudad, tienen constancia del éxito de la temporada a través de los porcentajes de la ocupación hotelera semana a semana superando claramente al bajón creciente del último quinquenio.

Pero también está la otra cara de la moneda: el puerto y la malaria que se testimoniaba con unas decenas de trabajadores fileteros que bloqueaban los diques 2 y 3, porque la empresa había cerrado las puertas, despidiendo de hecho a una cincuentena de operadores.

El motivo aludido, nada, simplemente portones llaveados y nadie entra. Todo porque los trabajadores habían pedido, luego de muchos años de negreo, que se los registre y blanquee.

Tal vez el gobernador que vendría ahora para entregar títulos de propiedad, se interese por la situación del trabajo en la zona donde radicó, por décadas y décadas, una de las columnas del trabajo, la producción y la economía marplatense.

Y una para Montenegro y su ágil entorno, Ibáñez, el secretario general del Suteba, ha declarado en un medio lo que sorprendió al periodista curioso y conocedor del empeño de los nuevos gobernantes y quizás también le haya pasado a otros marplatenses. Dice el dirigente docente que hay nueve escuelas en las que no podrían comenzar las clases, dado el estado en que se encuentran.

Antes solían ser como 90, pero así sea una sola, con algún título de esos es como para amargar porque empaña el trabajo y el empeño general.

Fiorini está chocho

El senador Lucas Fiorini, fundador de Crear, la pretendida -en sus orígenes- “pata peronista” del gobierno de María Eugenia de Vidal, anda de parabienes. Como si no le bastara la actuación del concejal Carrancio, del palo, en el largo manejo de discusiones y reuniones hasta asegurar la aprobación del presupuesto, logró una distinción del Senado. Allí donde tiene mayoría la representación opositora ha sido elegido por sus colegas como secretario general del bloque.

La tercera frutilla sería que concreten las gestiones para que el temible noqueador marplatense Lucas Batista, al que sponsorea con Martín Abonjo, logre que un renombrado equipo con manager de primera calidad lo ubique en gimnasio donde trabajan grandes figuras internacionales.