Emotivo testimonio del padre de un tripulante del ARA San Juan
Luis Tagliapietra contó en el libro La Búsqueda del ARA San Juan (Galerna) lo que vivió a bordo del barco que encontró la nave.
Luis Tagliapietra, padre del del teniente de corbeta Alejandro Tagliapietra.
El 15 de noviembre de 2017 ocurrió una de las tragedias más grandes de la historia argentina: la desaparición del submarino ARA San Juan con cuarenta y cuatro personas a bordo. Diecinueve países participaron en la búsqueda que después de quince días se vio interrumpida: el gobierno argentino desistió de encontrar sobrevivientes, aunque las familias de los tripulantes no bajaron los brazos. Uno de ellos fue Luis Tagliapietra, padre del teniente de corbeta Alejandro Tagliapietra, que se encontraba en el submarino desaparecido.
El libro La Búsqueda del ARA San Juan (Editorial Galerna) recoge el testimonio de Luis Tagliapietra: la pelea judicial para que se retomara la búsqueda del submarino, su propia experiencia en el mar, participando de la búsqueda de los restos como veedor, su angustia y su relación inolvidable con sus compañeros de misión, el duelo final y, por encima de todo, su promesa inquebrantable a su hijo: no parar hasta encontrarlo.
El periodista Gustavo Oulego narra con detalles la conmovedora historia de un padre y las sensaciones que atravesó en una dolorosa e intensa experiencia. “Me impactaron mucho dos cosas: los hechos concretos y las sensaciones”, dijo Oulego en diálogo con LA CAPITAL. Y agregó: “Este tipo de historias siempre me resultaron muy atractivas y él contó esas vivencias con el corazón, con sentimiento”.
-¿Cómo surge la idea del libro?
-Surge en diciembre de 2018 a los pocos días de que regresen a Buenos Aires los integrantes argentinos que formaron parte de la misión de búsqueda del submarino ARA San Juan. Escuché una entrevista radial a Luis Tagliapietra en la que contó un par de cosas de lo que había sido la misión y me impactó la historia y los sucesos que ocurrieron todo el tiempo que pasaron a bordo del barco como parte de la tripulación. A partir de eso me puse en contacto con él, a quien ya conocía por mi profesión, y le dije que quería hacer un libro, que quería escribir esta historia porque creía que merecía ser contada en detalle, con profundidad. Él estuvo de acuerdo y coordinamos varios encuentros en los que me iba contando los hechos cronológicamente y me mostraba documentación valiosa que había recolectado durante la misión.
-Mencionaste que el principal disparador del libro fue una entrevista radial a Luis Tagliapietra. ¿Recordás puntualmente lo que contó?
-Si. Me impactaron mucho dos cosas: los hechos concretos y las sensaciones. Él contaba sus sensaciones: la historia de un hombre que tiene una vida que sigue una línea, la va proyectando normalmente y de un golpe un hecho trágico e inesperado lo pone en otro lugar y le cambia el rumbo para siempre. Ese tipo de historias siempre me resultaron muy atractivas y él contó esas vivencias con el corazón, con sentimiento, no eran un hecho aislado. Él participó de la búsqueda y lo que encontraron no solamente era un submarino, sino que encontraron hijos, hermanos, esposos, a los 44 tripulantes. Eso a mi me atrapó mucho: las relaciones humanas.
Alejandro Tagliapietra, teniente de corbeta del submarino ARA San Juan.
¿Cómo describió el momento exacto en el que encuentran el submarino?
-El momento que encuentran el submarino fue una sensación muy fuerte. Estaban todos reunidos en una habitación con monitores: los tres familiares que quedaban en la misión (uno se había bajado en la última parada en Comodoro Rivadavia), tres veedores de la Armada Argentina y representantes de la empresa a cargo de la búsqueda, entre ellos el geólogo (Andrew) quien lo vio primero y le dijo al resto: “acá hay algo”.
Era una habitación oscura con varios monitores y todos miraban las pantallas en absoluto silencio, siguiendo la cámara que bajaba a la zona donde tenía que hacer la verificación por toda la información previamente recabada. Al principio solo se veía agua hasta que apareció un tanque de oxígeno. En ese momento Luis miró a uno de los miembros de la Armada (el capitán de Navío Héctor Aníbal Alonso) y le dijo que podría ser el submarino. Con solo mirarle la cara a Alonso, Luis se dio cuenta que sí, que era.
-¿Cuál fue la primera reacción de los familiares tras el hallazgo?
-Se quedaron helados, estaban conmovidos. La imagen siguió avanzando y ahí empezaron a ver más restos del submarino. Es ahí cuando el capitán Alonso confirma que era el submarino y Luis se da vuelta, abraza a los otros familiares y juntos gritan: “¡Los encontramos, la p… madre, los encontramos!”.
-¿Cómo era la relación entre los encargados de la búsqueda y los familiares de los submarinistas?
-Jugaban a los dardos, a la cartas, se hacían chistes, hablaban de fútbol. Fueron casi 90 días a bordo del barco y entablaron una relación de amistad con varios integrantes de la tripulación que hasta el día de hoy siguen en contacto. Fue muy impactante lo que sucedió porque los tripulantes del barco que participaron de la búsqueda se dedican a eso, son profesionales y buscaron al ARA San Juan como a cualquier otra nave. Pero la diferencia con el resto de todas sus misiones es que en esta tuvieron al padre y a los hermanos de dos personas desaparecidas. Por esto se sentían comprometidos afectivamente por encontrarlos y convirtió a la historia en una historia de vínculos humanos. Lo afectivo por encontrar al submarino quedó en primer plano y cuando no los encontraban les pedían perdón.