Para Cornejo, “hoy no hay un referente único en la oposición”
El presidente de la UCR aseguró que en la oposición "hay voces que tienen buena presencia", pero que los liderazgos se definirán en las elecciones. También analizó la "crisis de confianza" del electorado, la designación de Alfonsín como embajador y los primeros dos meses de la gestión de Alberto Fernández.
Alfredo Cornejo.
por Julia Van Gool
El diputado nacional por la provincia de Mendoza y presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), Alfredo Cornejo, aseguró en una entrevista con LA CAPITAL que “no hay referentes únicos en la oposición”, sino “voces con buena presencia”, al tiempo que aseguró que el futuro del expresidente Mauricio Macri en la política se definirá “con el paso del tiempo”.
El ex gobernador de Mendoza estuvo en la ciudad para participar de un acto en el Club Quilmes con las máximas autoridades del partido, entre las que estuvieron el ex vicegobernador bonaerense Daniel Salvador; el diputado provincial Maximiliano Abad y el presidente del Concejo Deliberante, Ariel Martínez Bordaisco, entre otros dirigentes locales.
Con el foco puesto en volver a hacer “elegible” la alianza que dejó el gobierno el pasado 10 de diciembre, Cornejo aseguró que el desafío está en mejorar la “deliberación pública” y demostrar que “los problemas de gobernabilidad y los problemas económicos tienen soluciones complejas”.
– ¿Cómo evalúa el rol de oposición de su alianza, Juntos por el Cambio?
– Creo que la Argentina necesita buenos gobiernos y necesita buenas oposiciones. Creemos que, como oposición, se nos demanda un doble papel. Primero, ser colaborativos para sacar los temas adelante. En el tema de la deuda creemos haber cumplido esto adecuadamente. La deuda había que renegociarla. Y en segundo lugar, se nos reclama, y creo que ese debe ser nuestro papel, buscar el equilibrio de poder. Así que estamos en esa doble tarea de colaborar para sacar adelante el país y no ser una oposición que complique más los problemas como fue el peronismo durante la gestión de Macri.
– ¿Cree que hay hoy un referente en la oposición?
– Sin duda no hay un referente único, pero hay voces que tienen buena presencia y que tienen antecedentes. Yo creo que los gobernadores radicales, como Rodolfo Suárez en Mendoza o Gerardo Morales en Jujuy o Gustavo Valdez en Corrientes, además del jefe de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, son referentes para una mesa colegiada. También estamos quienes somos presidentes de partidos, las autoridades partidarias y legislativas. Buscar un liderazgo único en estos tiempos sería infructuoso, no lo lograríamos. En cambio, cuando haya que dirimir representatividades, en la medida que tengamos legislación electoral, como las PASO, ahí podemos, sin duda, dirimir ese liderazgo único que será necesario para el 2021 o 2023.
– No lo nombró. ¿Está Mauricio Macri entre estas voces de la oposición?
– Sin duda no puede excluirse a nadie y mucho menos a alguien que fue presidente, ¿no?
– ¿Qué opina de su designación en la Fundación FIFA?
– No me parece mal. El tiene trayectoria como dirigente del fútbol. Me parecieron exageradas las críticas que ha tenido de otros dirigentes. Puede tener un rol social y deportivo en una fundación. Me parece que se la ha dado mayor relevancia de la que tiene.
– ¿Pero su nuevo cargo cree que lo aleja o lo acerca de la posibilidad de ser una opción en próximas elecciones?
– No sé qué trabajo le demanda ese nuevo rol. Lo desconozco. Pero uno en la actividad política puede tener presencia opinando u ocupando roles. En el caso de él, me parece que el paso del tiempo nos mostrará si puede cumplir un rol en la política argentina en el futuro.
– Hace unas semanas hablamos con el diputado Mario Negri y dijo que la coalición necesitaba reformatearse, ¿coincide?
– Por supuesto. Para mí resetearse debiera implicar un análisis más equilibrado de la historia reciente de la Argentina, mejorar la calidad de la deliberación pública, dar información de calidad. Y en base a eso se pueden proyectar soluciones para este país, porque nuestra deliberación pública es muy tribunera y de poca profundidad. No es fácil cuando uno compite con el populismo, pero hay que hacer ese esfuerzo.
– ¿Por ejemplo?
– Por ejemplo, si nosotros le explicamos a los argentinos que desde el 2010 que no crece nuestro Producto Bruto Interno y que en el 2010 éramos 40 millones de habitantes y hoy se estima que somos 43-44 millones, es lógico que tengamos más pobreza con la misma creación de riqueza. Si a eso le agregamos inflación, que no pudo controlar ni el gobierno de Cristina ni el gobierno de Macri, esa es la explicación, muy sencilla, de nuestros problemas sociales. Si hablamos con claridad, me parece que nos vamos a hacer elegibles como Juntos por el Cambio.
– ¿Cree que el gobierno de Mauricio Macri subestimó un problema complejo?
– No hay una respuesta unívoca, pero sí debo decir que hoy en el mundo, y la Argentina no es la excepción, y su baja calidad institucional lo hace más complejo aún, los problemas de gobernabilidad y los problemas económicos tienen soluciones complejas. Mauricio Macri quiso competir en explicaciones sencillas de un problema complejo y quizás ahí fue el escepticismo que se generó. Es decir, esto no tiene salidas sencillas. No las tuvo para Mauricio Macri y no las tiene para Alberto Fernández ahora. Fernández ha prometido ‘llenar la heladera’ en campaña, una frase populista si las hay, y sin duda alguna, en algunos meses, su propio electorado, que no va a ver que se llene la heladera, va a tener una crisis de escepticismo y confianza también. Si habla claro, probablemente los argentinos le den el margen de paciencia que necesita y tenga tiempo. Nosotros creo que tenemos que hablar claro desde el principio. Resetear también es recrear la confianza de los argentinos en Juntos por el Cambio.
– ¿Y qué rol va a tener el radicalismo en esta nueva etapa?
– El radicalismo ha tenido un protagonismo menor en los 4 años de la gestión de Macri. Nuestro diseño constitucional presidencialista de alguna forma fuerza a no debilitar la figura del Presidente. Pero hoy, en la oposición, el radicalismo es el principal partido de la coalición Cambiemos. El principal no quiere decir que sea el hegemónico ni que sea el que tiene que tomar las decisiones de forma unilateral. Pero es el principal porque es el que tiene mayor desarrollo territorial con lo cual nuestro peso es importante para lo que viene para la construcción del futuro.
– Se filtraron declaraciones de Mauricio Macri en el que decía que él sabía que las cosas podían terminal mal, pero sus asesores le decían que siguiera. ¿Qué opina? ¿Estaba el radicalismo ahí?
– Yo creo que si el radicalismo hubiese tenido más peso (en el gobierno) no hubiésemos ido al Fondo Monetario Internacional. Yo creo que esas declaraciones en principio están descontextualizadas porque son solo unos minutos de una charla de más de 40 minutos, pero sin duda es lo que él piensa. El no ha desmentido que piense eso. No es bueno ese pensamiento porque las decisiones las tomó él. El no puede delegar en otra gente decisiones que tomó.
– ¿Cómo analiza las tensiones dentro de la UCR?
– Las opiniones son libres. Creo que la gente tiene derecho a tener su posición pero el partido tiene su organicidad, que es lo que ha hecho que tengamos 130 años de vida, y dentro de esa organicidad se ha ratificado que estar en Juntos por el Cambio es el rumbo. Las opiniones corren por cuenta de cada cual.
– ¿Cuál es su opinión de que Ricardo Alfonsín haya aceptado el cargo de embajador en España?
– Mi opinión es que él ha tomado una decisión personal que no compromete al radicalismo y que él debe tener sus razones. La razón que ha dado para afuera sobre que colabora con la Patria… podría colaborar con la Patria no necesariamente siendo embajador en España. No es una razón valedera, pero la respetamos. Para nosotros, la decisión es sumarse al gobierno de Alberto Fernández.
– ¿Lo considera ahora parte del gobierno del Frente de Todos?
– Sin duda. Alberto es el que designa a sus embajadores.
– ¿Cómo evalúa los dos primeros meses del Gobierno?
– Celebramos que haya una vocación de no entrar en default, que haya una búsqueda de equilibrio fiscal y que se intente tener una política exterior de cooperación con los principales potencias del mundo. Ahora, nosotros creemos que hay que hablar claro para que no haya decepción. Cuando se vea que hay gente que tendrá que pagar Bienes Personales que antes no o hay gente que ahora también va a tener que pagar Ganancias o que el impuesto inmobiliario en la provincia de Buenos Aires va a ser muchísimo más alto que antes, se va a ver que el ajuste se hizo aplicándole no a los que más tienen sino a los que producen. No hablar claro muestra que el plan económico no está diseñado como un todo, porque no se sabe cuáles son los motores del crecimiento.
– Alberto Fernández explicó que hay plan económico, pero que no se contaba por estar en plena negociación.
– La economía tiene un alto peso de expectativa. Y la expectativa se genera por la credibilidad del Gobierno. Si uno no dice cuál es el plan económico, no puede generar expectativa y si no la genera, no se pueden alcanzar resultados alentadores. La verdad es que Argentina tiene pocos motores de desarrollo y no crece desde 2010.
– ¿Qué esperanza puede tener el ciudadano, entonces, si en esos 10 años también estuvo Juntos por el Cambio, que es la oposición?
– Bueno, sí, justamente por eso hay una gran decepción y por eso hay que hablar claro. Vuelvo al punto: necesitamos un buen gobierno y una buena oposición para generar acuerdos que den previsibilidad a los agentes económicos. Y los agentes económicos no son los grandes grupos de intereses, sino el pequeño comerciante.
– Despenalización y consulta popular
Con la confirmación de que el presidente Alberto Fernández enviará al Congreso Nacional una ley “que termine con la penalización del aborto y que permita la atención de cualquier aborto en los centros de salud pública”, LA CAPITAL consultó al diputado Alfredo Cornejo cuál sería su decisión ante una eventual votación en el recinto, quien planteó una diferencia de postura entre la “despenalización” y la “legalización”.
“Yo creo que hay que distinguir las palabras. Creería que la despenalización del aborto tiene un apoyo bastante amplio entre los argentinos y si (el proyecto) es solo la despenalización va a contar con buena parte de los votos de nuestro partido y de Cambiemos. Ahora, para avanzar mucho más aún, en mi criterio, creo que es conveniente un plebiscito o consulta popular que zanjee definitivamente temas controversiales”, señaló el diputado, pese a que expertos señalan que, según la constitución nacional, ese tipo de alternativas cuenta con limitaciones en temas de materia penal.
– ¿Hacer un plebiscito para la legalización y no para la despenalización no es quitarse la responsabilidad como legislador a la hora de tomar una decisión concreta en la temática?
– No, ¿por qué? Mi opinión es que si hay una consulta popular la soberanía sobre estos temas va a decir mucho más que lo otro. Si no, todos los años se van a presentar distintos proyectos y siempre vamos a tener esta discusión sin saldarla. Irlanda lo resolvió con un plebiscito. Veamos cuál va a ser la conducta y el proyecto que presente el Gobierno.
– ¿Si se llega a incluir la legalización en el proyecto, entonces, usted votaría en contra?
– No definitivamente. Forzaría, si estuviese en mis manos, una consulta popular.
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