por Sebastián Arana

La imbatibilidad del Polideportivo en el 2020 se terminó. Peñarol ratificó sus credenciales de equipo anotador, pero casi nunca pudo plantar defensa y San Martín de Corrientes le hizo pagar todos sus distracciones y fragilidades para imponerse 102-95 en una nueva fecha de la Liga Nacional de Básquetbol.

San Martín le tenía las costillas contadas a Peñarol y lo dominó en el primer tiempo jugando en alto nivel. El equipo correntino salió al rectángulo de juego con una formación alta y dispuesto a castigar a los locales donde más les duele: en la pintura. Sin el pivote de refresco Franco Barroso -con un esguince en la llamada articulación de Lisfranc de uno de sus pies, con un plazo de recuperación que puede superar los treinta días-, el elenco de Piccato no sólo está liviano cerca de los cristales, tampoco tiene alternativas de recambio y está obligado a maquillar esa debilidad con una gran defensa de equipo.

No fue el caso del primer cuarto. San Martín le hizo mucho daño con el pick and roll. Pero, cómo además defendió bien, tuvo y aprovechó oportunidades de correr el contraataque -imparable Jon Fuller en ese apartado- y, como si fuera poco, en el final del cuarto explotó con bombas de tres puntos cada vez que la defensa local intentó ayudas interiores.

Todo redondo para los correntinos, que ganaron 29-15 el primer cuarto y estiraron a una máxima de 34-17 en el comienzo del segundo gracias a un ingreso feliz del pibe Solanas.

Peñarol, a esa altura, no paraba de sumar problemas. Harris se había puesto con dos faltas en tres minutos de partido y tuvo que ser resguardado. Johnson, errático y superado en defensa, hizo su tercera falta cuando restaban seis minutos y medio para el entretiempo. Tabarez no la metía y los pibes, desde el banco, no daban soluciones defensivas. Sólo Nash y su calidad oficiaban de paraguas para el diluvio.

Sin embargo, promediando el parcial, con el regreso de Harris y la salida transitoria de Nash, Piccato encontró un quinteto que plantó defensa: Cantero, Valinotti, Vaulet, Tabarez y Harris. Peñarol consiguió recuperaciones en la primera línea y pudo correr. Y Harris, que corre la cancha como un escolta, comenzó a anotar y anotar. La brecha se achicó y, a falta de dos minutos y medio, el equipo local sólo caía 37-41. Aunque San Martín cerró mejor, al descanso largo llegó 39-47 abajo y por un sorpresivo triple de Basabe en el segundo final. Como venía la mano, no tan mal.

El elenco “milrayitas” recuperó en el tercer cuarto su ritmo ofensivo y las variantes habituales. San Martín, sin embargo, aunque no lo castigó tanto cerca del canasto, estuvo fino con sus tiros abiertos y manejó su luz de ventaja sin mayores sobresaltos en todo ese parcial. Lo mejor para Peñarol, en ese lapso, fue haber podido cuidar las energías y no desgastar con faltas a sus jugadores más importantes para la recta final.

Ese fue un acierto de Piccato. Nash, entero, hizo estragos en el cuarto final. Paso para allá, paso para acá, sacó a bailar a cada jugador que lo defendió y le hizo goles a todos. Y cuando sus compañeros encadenaron tres buenas defensas, la brecha se redujo por completo. Peñarol llegó a igualar en 85 faltando tres minutos y se ilusionó con el triunfo. Sin embargo, de ahí hasta el cierre, no pudo evitar que San Martín anotara en todos sus ataques. Con un par de distracciones defensivas marcadas. Así no fue posible terminar de darle la vuelta a un partidazo.

Síntesis

Peñarol (95): J. P. Cantero 7, M. Johnson 16, P. Tabarez 11, L. Nash 35 y T. Harris 24 (FI); N. Franco 0, S. Vaulet 0, J. Valinotti 2 y T. Monacchi 0. DT: Gabriel Piccato.

San Martín (102): J. Machuca 22, J. Fuller 24, E. Basabe 13, B. Fitzpatrick 5 e I. Basualdo 12 (FI); D. Mc Clenton 6, G. García 0, T. Zanzottera 9, M. Solanas 11 y S. Acevedo 0. DT: Diego Vadell.

Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”.
Árbitros: Fabricio Vito-Sergio Tarifeño-Julio Dinamarca.
Parciales: 15-29, 39-47 y 63-70.