El hombre sintecho acusado de provocar el incendio la distribuidora Torres y Liva en el mes de diciembre será declarado inimputable y el proceso derivará en su sobreseimiento.

LA CAPITAL pudo saber  que el informe psiquiátrico de los peritos confirmó lo que se presumía, que Gustavo Arrativel (46) padece una enfermedad mental que le imposibilitó comprender la criminalidad de sus actos.

La Justicia de Garantías envió en las últimas horas el expediente a la Defensoría Oficial para que se notificara de las novedades periciales y probablemente en la mañana de este jueves, se solicite el sobreseimiento de Arrativel. También, por sugerencia de los mismos peritos, será pedida la internación ya que se considera al imputado peligroso para sí y para terceros.

Arrativel fue detenido el 18 de diciembre, tres días después de que se produjera el pavoroso incendio a la distribuidora ubicada en Rivadavia entre 14 de julio y 20 de septiembre, A raíz del siniestro no solo quedaron destruidas las instalaciones de Torres y Liva sino que también fueron afectadas más de 40 departamentos lindantes.

Las pruebas que el fiscal Juan Pablo Lódola reunió contra Arrativel fueron sólidas pese al descreimiento de una parte de la sociedad que consideró que se trataba de un “perejil”. Es que la condición de hombre sintecho de Arrativel generó la idea de una resolución forzada de la causa. Sin embargo, el expediente que lleva adelante el fiscal Lódola junto a su auxiliar letrado Luis Ferreira desborda de evidencia contra el imputado.

La investigación comenzó a orientarse cuando los bomberos que trabajaban en Torres y Liva descubrieron un dispositivo incendiario en unos de los medidores de luz. Eso ocurrió el lunes 16 a la mañana y en las horas siguientes no hubo mayores avances. En realidad, lo único que avanzaba era el desconcierto al intentar entender cómo alguien podía haber sido capaz de semejante acto.

Pero en la madrugada del miércoles 18 Arrativel fue detenido luego de que lo sorprendieran en la galería Sao pretendiendo incendiar un medidor de luz. Arrativel vivía en la calle y sus pertenencias eran unas valijas que arrastraba de un sitio a otro. Al requisarlo se le secuestraron elementos incendiarios, encendedores y anotaciones vinculadas al incendio de Torres y Liva.

Poco después, el cruce de información judicial estableció que a principios de diciembre la empresa EDEA, encargada de la distribuidora del suministro eléctrico en la ciudad, se había presentado en la justicia para denunciar el incendio de 13 medidores de luz. Entre los casos se destacaba el del cine Ambassador. Al revisarse las imágenes de video se comprobó que quien lo incendiaba era Arrativel.

En relación a la prueba de su presencia en Torres y Liva durante la noche del 15 de diciembre cuando se inició el fuego la fiscalía sumó un testimonio clave obtenido de la página web del diario LA CAPITAL, donde una lectora hizo un comentario preciso. Esa mujer luego declaró y confirmó haber visto minutos antes de que se propagaran las llamas a un hombre que arrastraba bultos y se detenía “a mitad de cuadra”.

También la DDI local fue encargada de hacer un relevamiento y análisis de las cámaras de seguridad de la zona y logró reconstruir el recorrido de Arrativel en las proximidades de la distribuidora.

En su único contacto con los funcionarios judiciales, el imputado mostró que su condición mental era inestable y de hecho se elaboró un informe en el que se determinaba que no podía afrontar un proceso judicial. No obstante ello, restaban las pericias psiquiátricas tendientes a establecer si en el momento del hecho comprendía sus actos. El 28 de enero pasado Arrativel fue sometido a los correspondientes estudios que por estas horas arrojaron los resultados que se esperaban.

Los pasos procesales que siguen son el pedido de la defensora oficial Victoria Sosa del sobreseimiento y de internación urgente en una institución neuropsiquiátrica, algo que probablemente acompañe la fiscalía. Pero todo ello deberá resolverlo la Justicia de Garantías y si es favorable el caso se cerrará.