Por Raquel Pozzi

Más allá de lo apocalíptico del título, en términos pragmáticos, el presidente de los Estados Unidos D. Trump ha planificado estratégicamente este desenlace fatal para las relaciones internacionales y para el pulso militar en la región. El asesinato del 2do. hombre más poderoso del estado persa, el general Qasem Soleimani a través de drones norteamericanos, demuestra la firme voluntad de desestabilizar militarmente la región. La provocación sistemática de D. Trump hacia la República Islámica de Irán atravesaba por los canales previsibles desde la tensión por el Pacto Nuclear, las sanciones comerciales o algunas escaramuzas que se gestaron en el Estrecho de Ormuz, pero nada hacía prever que EEUU tomaría esta decisión que generará sin lugar a dudas, altos costos en política exterior.

El presidente Trump hipotecó la tranquilidad en el mundo. En geopolítica los estados trascienden a los hombres, la figura de Soleimani está sellada junto al líder religioso iraní, el ayatolá Ruhollah Jomenei, y la muerte en Irán es sinónimo de mártir, por lo tanto esta acción irresponsable ha potenciado la figura de quien fuera el máximo líder de las fuerzas Quds. Sin embargo es preciso detenernos en algo que es interesante en términos de teoría política, el presidente norteamericano generó una figura “legal” al considerar como terroristas a la Guardia Revolucionaria iraní, en ese contexto, le sirvió como marco teórico para justificar esta acción.

En el S. XXI nada ha cambiado en término de política exterior, la pluma con que se conceptualiza “terrorista” viene del Norte, y esto demarca que las relaciones internacionales están estancadas desde el inicio de la Guerra Fría. No es posible saber cuáles serán las represalias que iniciará Irán, pero si es factible asegurar que nos esperan tiempos más violentos.

Sin tregua

La escalada de tensión tiene epicentro en la República de Irak, cuando cohetes iraquíes asesinaron a un ciudadano estadounidense y los servicios de inteligencia pro-iraní fueron asociados al hecho en sí. Las fuerzas militares iraníes tienen fuerte injerencia en Irak y la figura del general Qasem Soleimani está asociado no sólo como máximo líder del grupo de élite Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán sino también, por tener lazos -tejidos por Teherán- con la milicia libanesa de Hezbolá y el brazo armado palestino de Hamás. Estas alianzas fueron suficientes para los EEUU al considerar prioritario eliminar la máxima figura militar del estado persa, sin embargo, Q. Soleimani trascendía su posición de liderazgo militar en la República Islámica en Irán, también ayudó estratégicamente al presidente sirio Bashar Al – Assad a cambiar el curso de la guerra en Siria, lideró junto a Rusia la lucha contra el Estado Islámico, era una figura emblemática para la medialuna chií en la región y logró visibilidad pública por dirigir en el terreno de la guerra a las unidades Quds. Revisar los antecedentes o la carta de presentación de Qasem S. sólo tiene la intención de poner en conocimiento de quién se trata y tener un panorama más claro de los tiempos que se avecinan.

El presidente D. Trump tiene aliados muy fuertes en la región y muchos festejan este episodio sin considerar las consecuencias que generará a corto o largo plazo, no es posible saberlo. Aunque las fuerzas militares de ambos estados son asimétricas, ambos cuentan con aliados poderosos y esta declaración de guerra no resiste neutralidad. Aunque en Beijing se intente matizar y buscar acercamientos al igual que Francia, lo cierto es que Irán está enlutado bajo el manto de la furia y la venganza, y quienes conocen la historia persa podrá construir posibles escenarios. Difícil será pensar en una tregua, aunque los tiempos económicos y sociales en Irán son los peores, el milenario nacionalismo persa maquillará los malos tiempos internos para prepararse para la venganza, la advertencia ya fue emitida por el ayatolá Jamenei.

Paradojas
El asesinado Q. Soleimani fue clave en la cooperación con Washington de manera discrecional, en la lucha contra el Talibán en Afganistán en el año 2001, aunque las relaciones luego de la captura de Sadam Husseim se deterioraron, lo cierto es que Washington entrena a sus futuros enemigos y eso es lo paradojal. Ahora Trump considera este accionar como un logro para sacar mayor ventaja política de cara a las elecciones en EEUU en noviembre del 2020 pero también Irán tiene sus ventajas: unificar a los líderes políticos rivales chiitas ya que además del general iraní fue asesinado el comandante de la milicia iraquí Abu Mahdi al-Muhandis y por ende las poderosas organizaciones iraquíes sobre todo la “Organización Badr” conjuntamente con las Unidades de Movilización Popular iraquí han determinado unir fuerzas con Irán para demostrar que las relaciones entre Irak e Irán son históricamente buenas.

La Casa Blanca cree haber embanderado de mayor poder a los EEUU con este ataque quirúrgico, sin embargo, la declaración de guerra no es contra ninguna organización o grupo que tiene tácticas de guerrilla, es contra un Estado y esta situación es realmente grave. Lejos está la justificación teórica de haber restringido el poder expansivo de Irán en la región, al contrario, ahora ganará líderes y cobrará favores, por ello debemos estar atentos a los movimientos de sus aliados en la guerra en Siria, Líbano, Yemen, Irak entre tantos.
El 2020 será un escenario con hipótesis apodícticas como esta: “Los Estados Unidos acaban de declararle la guerra a la paz mundial”