Fray Darío Rubén Quintana (48) se consagrará hoy oficialmente como el primer obispo auxiliar en la historia de la Diócesis de Mar del Plata. Enviado por el papa Francisco a pedido del obispo Gabriel Mestre, el sacerdote habló con LA CAPITAL antes de la misa en la que se celebrará la ordenación episcopal.

A las 18 en la Catedral, con la participación de obispos de otras partes del país, integrantes de la familia de los Agustinos Recoletos -que integra el Padre Quintana- y la comunidad diocesana, el obispo monseñor Gabriel Mestre encabezará la homilía en la que asumirá formalmente su nuevo compañero para “pastorear mejor la Diócesis”, un pedido personal que le hizo al papa Francisco y que “generosamente nos ha concedido”.

Mestre espera que Quintana se vuelva un sostén para extender la presencia de la Iglesia en la amplia extensión de la diócesis y estrechar el vínculo con las nuevas autoridades municipales y provinciales, para intervenir en la lucha contra el hambre y la pobreza.

Hasta ahora, el padre Quintana se desempeñaba como prior de la casa de formación sacerdotal San Ezequiel Moreno, de la Orden de los Agustinos Recoletos. El Sumo Pontífice Francisco lo nombró en noviembre obispo titular de Bavagaliana y auxiliar de la diócesis de Mar del Plata.

Para Darío Rubén Quintana, sin embargo, Mar del Plata está lejos de ser un territorio ajeno o desconocido. Además de haber venido en reiteradas oportunidades encomendado por distintas tareas pastorales de su Orden, ha sido durante años un asiduo turista de la ciudad junto a su familia, parte de la cual es residente.

Pero a su vez, entre 2009 y 2002, fue prior de la casa Agustina Recoleta de Mar del Plata y párroco de Nuestra Señora de Fátima de la diócesis. Aquí se desempeñó también como miembro del Consejo Presbiteral de la diócesis. No obstante, ahora, el desafío parece mayor.

“El desafío es muy grande. Muchos me preguntaban en Buenos Aires cómo era volver a Mar del Plata, pero Mar del Plata es la sede, la diócesis abarca nueve partidos, con dificultades particulares, entonces el desafío es poder conocer a las distintas autoridades y trabajar juntos”, indicó en primer lugar, tras una reunión con Gabriel Mestre en el obispado de la ciudad.

Mestre y Quintana afirman mantener una “muy buena relación” atravesada por la confianza.

En ese sentido, lo une también a Mar del Plata una “muy buena relación” con el obispo Mestre. “Me sumo a la tarea de la Iglesia Diocesana que trabaja mucho y muy bien junto a Gabriel, a quien conozco hace muchos años y es una delicadeza espiritual para mi vida, y que además me da una gran confianza, algo que no siempre ocurre”, dijo.

“Contener es el desafío”, remarcó y en ese sentido reflexionó: “La iglesia está llamada a evangelizar y sostener la vida más debilitada, más frágil, en situaciones difíciles donde la pastoral tiene una tarea muy delicada sobre todo en estos tiempos”.

El padre Quintana confesó estar “ansioso” por sumarse a “la tarea de sensibilidad social que viene trabajando el obispado” para además, acompañar a Mestre en el vínculo con las nuevas autoridades municipales y provinciales.

“Estaremos trabajando juntos y a disposición de lo que surja en el día a día. Desde ya se está trabajando con muy buena predisposición y creo que el objetivo será continuar en esa buena sintonía con la sociedad”, agregó.

El padre Darío Rubén Quintana, perteneciente a la Orden de Agustinos Recoletos, nació el 4 de febrero de 1971 en la ciudad de Buenos Aires. El 28 de agosto de 1993 emitió su profesión simple en la Orden y el 17 de mayo de 1997 fue ordenado sacerdote. En 1996 consiguió el Profesorado de Teología en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires.

El Padre Quintana ya comenzó a tomar contacto con los fieles de la comunidad marplatense

En 1997 fue vicario parroquial de San José, en la diócesis de San Martín. De 2002 a 2003 fue delegado de los religiosos en la diócesis de San Martín. Luego, fue transferido a la arquidiócesis de Buenos Aires donde fue prior de la casa de la Orden de Agustinos Recoletos en Buenos Aires, párroco de Nuestra Señora de la Consolación y presidente del Secretariado de Apostolado Ministerial de la Vicaría de la Orden de Agustinos Recoletos en la Argentina, cargos que desempeñó hasta 2009, hasta que fue encomendado a realizar tareas en Mar del Plata.

Desde 2012 hasta 2018 fue vicario provincial de la provincia Santo Tomás de Villanueva de la Orden de Agustinos Recoletos. En la Conferencia Episcopal Argentina fue asesor de la Pastoral de Juventud y colaboró con el Equipo de Animación Sinodal de la arquidiócesis de Buenos Aires.