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Policiales 23 de diciembre de 2019

Las últimas palabras del pastor Hurtado antes de conocer su sentencia

El líder religioso acusado de captar a personas en condiciones de vulnerabilidad para explotarlas laboralmente y abusar de al menos de cuatro mujeres habló en el Tribunal Federal antes de que se conociera su sentencia: "Soy inocente, sería más fácil sentirme culpable de esos delitos para llevar la cárcel, pero no los encuentro en mi interior".

El pastor evangelista Isaías Hurtado, acusado de captar a personas en condiciones de vulnerabilidad para explotarlas laboralmente y abusar de al menos de cuatro mujeres, tuvo derecho a sus últimas palabras antes de que el Tribunal Federal de Mar del Plata diera a conocer su condena y aseguró ser “inocente” pero reconoció haber cometido “errores” y “equivocaciones morales”. “Pido perdón a todas las personas que se sintieron afectadas y perdono a todos por el daño que sufrió mi familia”, expresó.

Al mediodía se conocerá el futuro de Hurtado, que podría significar 35 años de cárcel, tal como lo pidió en su alegato el fiscal Juan Manuel Pettigiani, o la absolución, como solicitó su defensa. La decisión recae en los jueces Roberto Falcone, Mario Portela y Alfredo Ruiz Paz, quienes escucharon atentamente las palabras del pastor evangelista, líder de culto o hasta de secta, como se planteó durante el debate oral.

“Decir estas últimas palabras trae un manto sanador para todo los que estamos en esta fe. Y es muestra de la virtud humana pedir perdón y perdonar”, expresó Hurtado.

“Soy inocente, he cometido errores y he fallado”, expresó el pastor acusado de haber violado a fieles de su congregación y explotado laboralmente a otros y agregó: “Esto tiene que terminar en buen término. El fin fue hacer el bien, no hacer el mal. Jamás tuvimos una posición sectaria“.

Hurtado sostiene su inocencia, pero reconoce sus “errores” y “equivocaciones morales”. Es decir, admitió los hechos, pero no los figura como delitos. “Lamento no haber podido resolver esto antes, como mi paternidad. Creo que hubiesen pasado las mismas cosas, como mi quiebre matrimonial y el alejamiento de personas de la congregación por mi quiebre moral. Pero hubiésemos evitado este dolor, en esta instancia”, expresó Hurtado”.

“No le deseo el mal a nadie. Los bendigo a todos y sé que la gente que pasó por la congregación ha tenido una buena vida, no ha sido todo malo para la gente”, dijo el pastor que, desde su templo Monte Zion en Mar del Plata, habría aprovechado su situación de poder para captar personas en vulnerabilidad y explotarlas laboralmente.

“Soy inocente”, repitió tantas veces como pudo durante sus últimas palabras. “Pido perdón desde lo más profundo de mi corazón. Sería más fácil sentirme culpable de esos delitos para llevar la cárcel, pero no los encuentro en mi interior“.

“Fue muy difícil pasar estos años de encierro sin sentir que cometí esos delitos”, dijo el acusado y agregó: “En estos 3 años y 6 meses vi a mis hijos crecer y perdí mucho”.

“Fui un mal esposo, me equivoqué, pero sé que fui un buen padre”, expresó Hurtado, ante sus hijos que se encontraban presentes en la sala y su esposa, Patricia Padilla, que también está acusada y podría ser condenada a 10 años de prisión.

“Pido un manto de misericordia sobre toda para mi familia”, dijo Hurtado mirando a los jueces y la cara y agregó para que el Tribunal, que tiene una cruz en la pared detrás de los magistrados escuchara: “Amo a Jesucristo, al señor y es él quien juzga”.

“No entiendo cómo seguir si me condenan, no estoy preparado para eso. En mi caso, me levantaré diciendo que soy inocente de los delitos, pero sí culpable de mis errores”, finalizó el pastor Hurtado.