Por Marcelo Solari

Peñarol se afirmó en defensa desde el segundo cuarto y, con juego y carácter, consiguió una merecida victoria como local de Bahía Básket, por 86 a 74, en una nueva jornada de la Liga Nacional de Básquetbol.

El equipo bahiense no esconde su identidad. Se sabe a qué juega. O a qué intenta. Y durante el cuarto inicial, en buena parte logró llevarlo a la práctica. Intensidad, posesiones cortas y mucho tiro de tres puntos. Con alta eficacia, además (6/11 en triples).

No fue un mal cuarto ofensivo para Peñarol, más allá de que distriubuyó casi todos los puntos entre dos jugadores. Primero hizo daño Gabriel Belardo (11 puntos) y luego entró en sintonía Devin Thomas (otros 11).

El problema fue que no logró traducir esa productividad con una defensa confiable que frenara toda la artillería que desplegaban los dirigidos por José Luis Pisani. Los sureños repartieron entre más elementos las responsabilidades ofensivas. Y así dificultaron la tarea de Peñarol para hacers fuerte atrás. Aportaron Jamaal Levy, Jon Rodney Lynch, Fausto Ruesga o Travis Weatherington, marcando presencia cada uno a su turno y casi todos con algún tiro a distancia.

En el segundo cuarto -era necesario- se jugó a otra cosa. Esta vez, las defensas fueron más rigurosas, generaron errores o, al menos, tiros más incómodos. Fueron muy útiles Tomás Monacchi y Joaquín Valinotti para esa tarea de desgaste. Aparecieron opciones de contraataque de uno y otro lado, pero en ese contexto se sintió más cómodo el local, especialmente porque los tiradores rivales comenzaron a perder puntería (un riesgo calculado cuando se juega con ese método).

Parecía a punto de adueñarse también del resultado el “milrayitas” cuando un triple de Juan Cruz Marini estableció un nuevo margen de seguridad (37-42), a 2m30s para el cierre de la primera mitad.

De acuerdo al inicio del tercer cuarto, parecía que Peñarol se adueñaba del desarrollo. Otra vez con Belardo muy activo adelante se adelantó 52-46 en apenas tres minutos.

Pero Bahía Básket apeló a su habitual espíritu combativo, contoló mejor a Thomas y aunque no recuperaba la precisión del arranque con su tiro perimetral, siempre se mantenía al acecho.

Los 7 puntos de ventaja obtenidos en el cierre del tercer segmento suponían una renta vital, aunque no determinante. La cuarta falta de Ruesga también implicó una preocupación menos, aunque costaba asestar el golpe de nocaut.

La decisión de Tabárez indicó la manera de atacar el aro, pero del otro lado, un unipersonal del indomable Lynch le ponía un manto de suspenso a la definición (69-66) con poco más de 4 minutos por jugar.

De todas maneras, el propio Tabárez, de excelente segundo tiempo, y Thomas (volvió a su nivel, con 24 puntos y 10 rebotes) le bajaron la persiana al resultado con acciones de juego y de carácter. Costó, pero el “milrayitas” se llevó una victoria merecida. Y por cierto valiosa.

Peñarol (86): G. Belardo 20, S. Vaulet 7, P. Tabárez 26, M. Shaw 6 y D. Thomas 24 (FI). J. Valinotti 2, T. Monacchi 0, L. Gorosterrazú 1, J.M. Fernández 0. DT: Gabriel Piccato.

Bahía Básket (74): J.R. Lynch 24, J.C. Marini 5, J. Levy 11, D. Martin 9 y R. Paulichi 2 (FI). F. Ruesga 11, T. Weatherington 8, F. Filippa 0, E. Paz 2, F. Tolosa 2, F. Elías 0, P. Ianguas 0. DT: José Luis Pisani.

Estadio: Polideportivo Panamericano “Islas Malvinas”.
Arbitros: Diego Rougier, Sergio Tarifeño y Pedro Hoyo.
Parciales: 23-31, 43-44 y 60-53