Jugaron con fuego. Y provocaron un incendio.
No nos gustaban las caras, o las formas, o los manejos, o la forma de conducir. En realidad, lo que querían y quieren es la gran porción de la torta…
Pero había elecciones en AFA por estatuto, absolutamente reglamentarias, el próximo 30 de junio. Se metió el Gobierno nacional, manipuló a la Inspección General de Justicia, en todo trabajó el operador máximo Daniel Angelici, presionaron con la Súper Liga, “avivaron” a la FIFA y la Justicia Ordinaria y provocaron una crisis y una intervención que destrozó a la Selección Argentina de fútbol, subcampeona del mundo, hoy inmersa en un tremendo papelón.
Por esa inoportuna intervención de la IGJ, del Gobierno nacional y de una parte de los directivos, la Selección Argentina llegó a una final de Copa América sin conducción dirigencial, con la AFA acéfala.
En el medio se les fue hasta Messi. Les renunció el mejor futbolista del mundo. Y no se hacen cargo de sus irresponsabilidades. Se rasgan las vestiduras, y hasta el Presidente de la Nación pide que vuelva, pero fue uno de los responsables, como todos los anteriores mencionados, de que se vaya.
Y ahora, además, los clubes volvieron a las tristes prácticas anteriores a cuando cambió la historia César Luis Menotti, cuando la Selección no era prioridad para nadie. Otra vez estuvieron Angelici y Boca a la cabeza y se prendieron casi todos los “grandes” en esto de darle la espalda al equipo nacional, en este caso para los Juegos Olímpicos, hasta producir un vacío en el que el entrenador, Gerardo Martino, no juntaba un equipo de 11 para empezar a entrenar con vistas a la competencia en la que debe debutar el 4 de agosto en Río de Janeiro, en el Maracaná, ante Portugal.
El descalabro no da para más. Los que jugaron con fuego provocaron un incendio. Ahora tienen la obligación de apagarlo. Pero mientras esto se escribe, ya tendrían que haber tomado las resoluciones rápidas y contundentes para dejar atrás las irresponsabilidades en las que incurrieron y poner en marcha un proyecto en serio en favor de la Selección.

Urgencia, y un proyecto

Para temprano que tarde, ayer antes que mañana, antes de que esto termine de escribirse, los dirigentes del fútbol y los que se metieron en el fútbol hasta complicarlo más, tendrían que juntarse, darse cuenta del desastre que generaron, tendrían que firmar un compromiso urgente de todos los clubes para ceder los jugadores para la Selección para los Juegos Olímpicos sin condicionamientos y llamar a Gerardo Martino y mostrarle ese compromiso, para pedirle que revea la decisión tomada. Obvio que soy pesimista y que nada de esto ocurrirá.
Si eso se diera, inmediatamente deberían elegir un presidente de la AFA de consenso para elevar a la FIFA, la IGJ, la jueza Servini de Cubría y la mar en coche. Ni Angelici, ni Moyano, ni Tinelli, ni Tapia, ni Lammens ni D’ Onofrio. Si el más sensato y el que más avisó que esto se venía si no se ponían de acuerdo es el presidente de Lanús, Nicolás Russo, que además no tiene contras en el ambiente, pues desígnenlo ya y terminen con esta vergüenza.
Y a partir de ahí elaboren un proyecto que tenga a la Selección de Messi como prioridad 1. Y un proyecto integral, con una idea, no con un “bombero” coyuntural.
Es hora de que en el fútbol argentino se recurra de una vez por todas a los sabios. Si en Inglaterra, después de la caída ante Islandia, se pensó en Arsene Wenger, es porque para este tipo de situaciones y para iniciar un proyecto en serio se necesitan sabios y docentes. Vuelvan a las fuentes, vuelvan a Menotti. Y que él designe un entrenador de campo. ¿Menotti – Almirón, con Russo de presidente? . Por ejemplo. O Carlos Bianchi, con Eduardo Domínguez en el campo. O Alfio Basile, con “el Ruso” Ribolzi. O Pekerman (quien encabezó el último verdadero gran proyecto del fútbol argentino), con Hugo Tocalli. Un DT sabio, docente, y uno o varios entrenadores de campo reconocidos. Como muchas veces se hace en el básquetbol. Y con una idea integral.
Un proyecto como el que inició Alemania hace 12 años y que terminó en el título del mundo. En el comienzo de ese camino, los alemanes llamaron a Pekerman y le pidieron la idea. Julio Grondona le dijo, “está bien, pásensela, pero sólo la mitad…”. “Le dimos un cuarto de la idea, pero la hicieron completa”, confesó un íntimo colaborador de Pekerman. “Son alemanes”, agregó. Nadie se mete donde no debe ni sabe, añadimos nosotros. Arreglen este desastre. Tienen una oportunidad. Terminen de jugar con fuego, al menos en el fútbol.