“Tratábamos hacer de visitante lo mismo que de local”
Guillermo Narvarte contó los secretos de La Unión de Formosa.
-¿Le apuntaron a jugadores jóvenes?
-Buscamos jóvenes, con energía, con determinada proyección y sin un gran protagonismo en sus clubes anteriores. Por ejemplo, Konsztadt jugó finales con Obras y Peñarol. Pero venía de la mano de otros jugadores: en Obras, de la mano de Osimani o Juan Gutiérrez; en Peñarol, de Leo o Leiva. Lo mismo ocurría con Piñero, Elsener o Orlietti. Y la idea era encontrar tres extranjeros consustanciados, con cierta jerarquía y experiencia. Con la misma dinámica del resto del equipo en cuanto a energía, compromiso, ganas de ganar?
-Pero hasta que los encontraron sufrieron mucho?
-Sí, en ese momento, metido dentro del problema, parecía que una nube se había posado sobre el equipo y llovía nada más que sobre nosotros. Pero nuestros problemas con los extranjeros se terminaron en la fecha 14 y la serie regular tenía 56 cotejos. De modo que, incluyendo play-offs, no había pasado ni el 20% del certamen. Para un equipo nuevo, joven, con un perfil no muy alto, no estaba mal. Yo pretendía encontrar el equipo en enero y lo tuve en noviembre. En el 3-11 inicial tuvimos una serie de cinco o seis derrotas seguidas. Después, viendo la competencia, todos sufrieron rachas parecidas. Otros las vivieron cuando ya tenían un colchón. Pasa que el comienzo es siempre el comienzo. Pero hoy, con 56 partidos, no es razonable encender una luz de alarma en el partido Nº 15.
-Pero tampoco era lógico pensar que encontrar el equipo equivaldría llegar a la final de la Liga?
-No, se fue dando. Nosotros tocamos fondo en un partido que perdimos muy feo en Sunchales. Seguíamos para Paraná y Green venía en viaje para sumarse y yo decido cortar a Whiters. Veía que el grupo de nacionales cuando estaba en cancha competía de igual a igual. Necesitábamos a extranjeros que nos dieran el poquito que nos faltaba. Cuando llega Green y entrena en la noche previa al partido con Sionista se vio un cambio. Tenía a favor que habla español igual o mejor que nosotros porque venía de jugar ACB. Estaba formado en una buena universidad, como la de Utah. Enseguida nomás, en el restaurante, empezó a comunicarse con todos?No era el clásico extranjero que habla con el entrenador, con dos compañeros que entienden inglés y nada más. Al otro día jugamos con Sionista y se respiraba un aire totalmente distinto. Ganamos por veinticinco. Después fuimos a Concordia y también ganamos por un amplio margen, todavía sin Francis. Nosotros lo que logramos fue descontaminar al equipo, que tenía tipos nocivos. Pero el núcleo del equipo siempre fueron los nacionales.
-Ganaron mucho de visitante, ¿por qué?
-Tratábamos hacer de visitante lo mismo que de local. En definitiva, tuvimos identidad. Lo pusimos de manifiesto para jugar dónde sea. Con virtudes y errores, no negociamos la energía, la intención de ser dinámicos y agresivos con la defensa. En la vorágine de juegos nos pudimos sostener con buenos rendimientos individuales. Tuvimos partidos muy sólidos como visitantes…En algunos momentos no tuvimos tanta ciencia, pero siempre lo suplimos con mucha energía.
-Es incomprobable, ¿pero hubieran tenido más chances con Green?
-Con él y Konsztadt el equipo hubiera estado más largo y con más herramientas para la final. Aunque no sabemos qué hubiera pasado. No pudimos disimular la baja de Ale Konsztadt, no la pudimos esconder. A la baja de Green, entre Faca y el resto del equipo, la pudimos disimular. No la sufrimos tanto. La de Ale, que tuvo una temporada tremenda, sí. Gamboa había hecho un trabajo como sexto hombre muy bueno. El de sus 22 minutos por partido, jugaba pocos de base y la mayoría como escolta. En la serie final aumentó esa cantidad de minutos y la mayoría los tuvo que jugar de “1”. Las bajas nos limitaron.
-¿Cuál fue la reacción del equipo cuando se fue Green?
-Fue un cimbronazo y el shock duró tres días. Pero, ¿qué ocurrió? Nos tomó durante esos quince días de parate por haber clasificado directo a la semifinal de Conferencia. Dentro de todo, nos pudimos preparar para jugar sin él. Por eso lo pasamos mejor.
El actual calendario y sus condicionantes
-Después de todo el tiempo que estuviste afuera, ¿con qué Liga te encontraste?
-Sigue creciendo desde lo táctico y lo estratégico, en ese sentido siempre está al mejor nivel. Nuestra Liga tiene un gran nivel intelectual. Todos los entrenadores trabajan mucho, preparan a sus equipos a conciencia táctica y estratégicamente y todos tienen claro hacia dónde va el sentido del juego. En cambio, puede haber caído la calidad de ejecución. Y ese bajón, entre otras cosas, tiene que ver porque hay menos tiempo para entrenar. Cuando se jugaba viernes y domingo, los equipos tenían cuatro días para preparar el partido del viernes desde lo táctico y lo estratégico. En el del domingo tenía más que ver, en cambio, el impulso psicológico del último resultado. Hoy, en cambio, en una serie de tres afuera, hay que identificar cuál es el objetivo a buscar. Hay equipos que se van potenciando en una gira y otros que van cayendo. Por ahí un equipo pierde el primero y afronta los siguientes con una necesidad extra. Por ahí se gana el primero y aparece el conformismo. O, al revés, da confianza para ir a buscar algo más. En fin, hoy es todo mucho más complejo. No estábamos acostumbrados ni el público, ni los jugadores, ni los técnicos. Hoy, por ejemplo, con 56 cotejos de fase regular, hay partidos que pierden valor al jugar tanto. Por ejemplo, el partido Nº 30 o el Nº 25, se juegan por nada. Los equipos tienen más tiempo para recuperarse de una mala racha y tienen más dificultades para sostener una buena. Antes, con el formato de primera fase con arrastre de puntos y segunda fase de treinta partidos, siempre estabas jugando por algo. El partido Nº 25 o Nº 30 eran importantes. Hoy no.
-¿No te gustan tantos partidos?
-A mí me gusta jugar. Pasa que hay un montón de condicionantes que hay que tener previstos. El problema no es el número de partidos. Son las condiciones y la estructura que tenemos. Por ejemplo, para jugar 56 partidos hay que mejorar la estructura médica. ¿Por qué? Ahora se duplica el trabajo de un médico o un kinesiólogo. Antes, con una frecuencia de partidos más amplia, los períodos de recuperación eran más cómodos y el trabajo de los profesionales de la salud más liviano. Lo podías hacer con menos personal. Es como si tuvieras un restaurant con diez mesas ?que atendés con un mozo, un cocinero, un lavaplatos- y pasaste a tener cincuenta. Obviamente, necesitás uno o dos mozos más, otro cocinero, otro para que seque los platos?A lo mejor ahora un preparador físico no basta para atender todas las necesidades. Porque tiene que atender a los que están con trabajos de recuperación, pero también a los que están sanos. Y lo mismo la utilería. Se suma la Liga de Desarrollo. ¿Qué vas a atender? ¿Dos equipos con un solo utilero?
-¿Pero no se necesitan planteles más largos?
-Lógico. Sobre todos los equipos que juegan competencias internacionales. Les pasó a equipos argentinos de ganar los dos primeros partidos de un cuadrangular, clasificar y no poder “guardar jugadores” ?porque a los tres días debían volver a jugar por la Liga- por no tener personal para rotar en el último partido. Los equipos argentinos están en clara desventaja con los de otros países que tienen doce fichas mayores.
-Leo Gutiérrez sostuvo hace pocos días que los equipos en la Liga fueron irregulares debido al calendario. ¿Compartís?
-El calendario condiciona. Obliga a contar con mejores estructuras, a dosificar los minutos de los jugadores, a cambiar hasta estructuras de pensamiento. Nosotros somos muy de asumir cada partido como una final. Y la final es una sola. No tenemos todavía las herramientas para decidir que a un determinado jugador lo tenés que poner a descansar en tal o cual partido. Muy pocos equipos se pueden dar el lujo de hacer descansar a una figura y seguir siendo competitivos. La regularidad pasa por la salud de todos tus jugadores. Nosotros en la serie regular tuvimos el equipo completo en más del 90% de los partidos. Hay un montón de cosas y probablemente tuvimos suerte. Promedio de edad, factor de riesgo, etcétera?
La temporada de Facundo Piñero
Guillermo Narvarte no fue el único marplatense en el subcampeón de la Liga. El ex Quilmes Facundo Piñero fue una pieza clave en La Unión y tuvo un año de crecimiento personal.
-¿Cómo fue la temporada de Faca Piñero?
-Lo había dirigido a partir de 2005 en todo su ciclo de juvenil en la Selección. En el Sudamericano, luego en el Premundial de San Antonio en 2006 y finalmente en el Mundial de Serbia en 2007. Fue de menor a mayor, anduvo muy bien. Fue responsable directo del gran rendimiento del equipo en los play-offs. A mi entender, fue decisivo en la serie con Regatas. Va creciendo, logrando madurez, se está afianzando en su lugar, tiene cierta versatilidad. Jugó de “4” y de “3”, es muy bueno tácticamente, entiende bien el juego. No es un atleta, pero ha ganado oficio en la posición. Tuvo muchos partidos de más de diez rebotes… El tuvo un año de muy buena calidad de trabajo compitiendo en cada práctica contra Shaun Green. Vivió el proceso que alguna vez Ale Diez con Leo Gutiérrez. Todos los días se medía mano a mano contra alguien muy bueno. A la hora de jugar, de defender, de atacar, tuvo una gran oposición que lo hizo crecer. Y lo completa con su propia maduración personal. Fue papá, se está estabilizando, quiere crecer dentro de la Liga. Tuvo los mejores porcentajes de su carrera. Sobre todo tuvo madurez y está empezando a explotar los secretos de su posición.
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