Un detalle marca cómo quedaron los ánimos después de la sesión del martes, en la que Cambiemos avanzó con un llamado a licitación por el mantenimiento de las escuelas pese a la irrupción de cooperativas y la resistencia de la oposición: Sofía Badié, la presidenta del cuerpo, abandonó el grupo de whatsapp que tienen los consejeros.

La decisión describe los ánimos caldeados que hay en el organismo en el mes previo a su renovación. A partir del 10 de diciembre asumirán los cinco consejeros elegidos en las elecciones del 27 de octubre. Los resultados determinaron el ingreso de tres de Juntos por el Cambio y dos del Frente de Todos, en un cuerpo conformado en total por diez integrantes.

Por el oficialismo debutarán Carina Cermesoni, Marcelo Veneziano y Natalia Russo, mientras que por el kirchnerismo Eva Fernández renovará su mandato y lo acompañará Pablo Podestá.

Los tres de Juntos por el Cambio se sumarán a otros tres radicales que tienen mandato hasta 2021 (Claudia Píccolo, Bruno Sapere y Gabriela Viadas) para conformar un bloque de seis, es decir, con quórum y mayoría propia.

Los dos del Frente de Todos conformarán el único bloque opositor con otros dos que no pusieron sus bancas en juego: Alejandro Moviglia y Claudia Freije.

Una de las principales novedades es que Badié dejará el cuerpo. Otros dos oficialistas, Adriana Castelanelli y Gustavo Sasia, también terminan sus mandatos. Lo mismo que esteban Román, de Sumar.

Con la nueva composición se volverán a elegir autoridades y a distribuir las funciones internas. La principal incógnita es quién reemplazará a Badié en la presidencia. Eso sí: no hay dudas de que será un integrante de Juntos por el Cambio, ganador de las últimas elecciones.

“Acá lo más importante es que la Provincia tome la decisión de dotar a los consejos escolares de los recursos necesarios”, aseguró a LA CAPITAL Claudia Píccolo, que en 2021 cumplirá su tercer mandato en el organismo.

Eva Fernández es muy crítica del manejo que hubo en estos cuatro años del Consejo. “Las grietas en el interbloque oficialista generaron un desgobierno. Hubo dos tomas, seis meses de advocación y una intervención encubierta”, afirmó.

En el oficialismo, en cambio, rescatan las obras que se llevaron adelante y le adjudican al bloque kirchnerista un rol de agitador en protestas como la del martes, en las que los consejeros de Cambiemos sufrieron “insultos, agresiones físicas e impedimento para desplazarse”, según indicaron en un comunicado.

En el último período el Consejo estuvo marcado por la intervención (o avocación) iniciada el 16 de abril del año pasado y culminada casi seis meses después, el 28 de septiembre. La decisión la tomó el gobierno provincial tras detectar irregularidades administrativas en una auditoría, pero el proceso fue desprolijo y controvertido. Sobre todo, por las deficiencias que se generaron en el intento de reordenar el servicio alimentario.

Uno de los datos distintivos del nuevo escenario es que el municipio y la provincia tendrán signos políticos distintos. El oficialismo en el Consejo estará en línea con el gobierno municipal y la oposición acatará las políticas que apuntale el gobierno de Axel Kicillof. No es un dato menor en un cuerpo que está bajo la órbita de la provincia.

En el bloque del Frente de Todos saben que será fundamental esa articulación. “Vamos a tener un vínculo muy fuerte con Provincia. Esperamos trabajar de forma transparente, responsable, ágil y preventiva”, señaló Eva Fernández. “La cohesión es fundamental en la toma de decisiones”, acotó.

Píccolo es consciente del nuevo panorama y desliza públicamente una presunción: “No sé si no están generando este clima para que el próximo gobierno provincial intervenga el Consejo”.

La consejera radical recuerda su paso por la presidencia cuando la provincia era gobernada por otro signo político: “Presidí en los últimos años de la gestión de Scioli y me realizaron cinco auditorías: un récord. Fue una persecución política”, indicó.

Del futuro Consejo destacó la novedad de la incorporación de un secretario técnico ingresado por concurso. Se trata de Julián Chialva, que colaborará en la administración del organismo por cinco años; es decir, un año más que el mandato de los consejeros.

En cuanto a los cargos, el único interrogante para después del 10 no es la presidencia. También deberán establecerse las demás funciones. Hoy, la estructura tiene a Román como vicepresidente, a Castelanelli como secretaria y a Píccolo como tesorera.

Por su parte, Viadas preside la comisión de Servicio Alimentario, Sapere la de Infraestructura, Fernández la de Cooperación, Freije la de Salud, Moviglia la de Transporte y Román la de Recursos Humanos.