Grandes libros, pequeños lectores: La sopa en la mosca
por Carina Curutchet
La sopa en la mosca. Ejercicios creativos de escritura (Gabriela Hochman y Josefina Salazar, e ilustraciones de Tamara Conforti | La parte maldita | 2019) surge a partir del trabajo desarrollado por las autoras (ambas profesoras y licenciadas en Letras por la UBA) en su espacio de taller La sopa en la mosca, a lo largo de siete años. Como ellas mismas explican en la introducción, conciben la práctica de escritura como “una actividad que promueve la conjunción de voces, donde la experiencia literaria se acerca a la del juego, de la improvisación y del cruce de disciplinas” (p. 12).
El libro está organizado en cuatro módulos o ejes temáticos (“Prosa poética”, “Escribir el espacio”, “La voz del personaje” y “Una palabra lejana”), cada uno de los cuales es presentado en su correspondiente “Introducción”, para dar pie luego a una serie de actividades, descriptas como “estímulos, tanto para la producción creativa como para idear otras nuevas y originales consignas” (p. 14). Cada ejercicio tiene “instrucciones de uso” y algunos ejemplos reales de participantes del taller.
Como si esto fuera poco, en los recuadros “Potencia sopa” se comparten ideas que surgen de cada actividad y que pueden ramificarse en otras propuestas, mientras que la sección “Menú de conversaciones” nos invita a reflexionar sobre la potencialidad de las consignas, sobre distintas líneas de análisis y sobre posibles temas y áreas de interés para vincular con las propuestas realizadas.
Un potente marco teórico e interesantes lecturas literarias atraviesan este trabajo, ya sea a través de epígrafes o citas que se incluyen en cada capítulo, como en su sección “Textoteca”, que, tomando el término ya clásico de Laura Devetach, nos presenta los textos por los que las autoras se vieron acompañadas durante “la construcción de su camino lector” y que (algunos de referencia ineludible, otros clásicos y otros novedosos) seguramente también forman parte de la textoteca interna de los mediadores, talleristas y docentes a quienes va dirigido el libro.
Recomendado para todo aquel que quiera experimentar con la materialidad de las palabras y reflexionar sobre las prácticas de escritura creativa dentro y fuera de la escuela.
(*): Integrante de la ONG Jitanjáfora.