Un hombre de 50 años fue asesinado este jueves por la noche a tiros en el barrio San Jacinto y tanto la Justicia como la policía investigan el caso como un presunto ajuste de cuentas.

La reconstrucción del hecho indica que la víctima, identificada como Calixto Medeiro, se encontraba junto a un amigo en su casa de calle 433, entre 26 y 28, cuando alguien golpeó la puerta. Entonces, fue hacia la entrada y salió a la vereda, donde le dispararon por lo menos en dos oportunidades.

Así lo indicó el testigo a la policía, cuando en su declaración dijo haber oído dos detonaciones. Después de escuchar los ruidos, fue hacia la calle y observó a su amigo tendido en el suelo, mientras el o los agresores ya habían escapado.

Cerca de las 21.30, una ambulancia del SIES trasladó a la víctima al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), donde los médicos intentaron salvarle la vida pero no lo lograron. De acuerdo a la información que trascendió, los especialistas constataron que el hombre presentaba heridas de bala en la cabeza, el abdomen, un brazo y una pierna.
Ahora, será la operación de autopsia la que deberá determinar fehacientemente cuántos disparos recibió Medeiro y cuál fue la lesión que le causó el deceso.

Mientras tanto, personal policial de la comisaría decimotercera -con jurisdicción en la zona- y miembros de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local comenzaron a trabajar en el caso bajo las órdenes del fiscal Juan Pablo Lódola. En ese sentido, se efectuaron las primeras medidas en pos de determinar el móvil del ataque, e identificar y detener al o los autores del crimen.

Si bien no se echó por tierra aún ninguna hipótesis por el momento, fuentes consultadas por LA CAPITAL aseguraron que los investigadores prácticamente dan por descartada la posibilidad de que el homicidio se haya producido en el marco de un robo, debido a que no existen faltantes en la vivienda ni entre las prendas de Madeiro. Además, el testigo señaló en la declaración preliminar que fue una situación que duró pocos segundos y quien disparó escapó casi sin mediar palabra.

Es por todo eso que los pesquisas sospechan que se habría tratado de un ajuste de cuentas o una venganza, tal como ocurrió días atrás con Aaron Aquiles Andrada, el joven asesinado en El Boquerón en circunstancias similares. De todas formas, esa y otras cuestiones deberán ser materia de averiguación en las próximas horas, cuando la policía se concentre en determinar si existe personas con las que Medeiro -de quien anoche aún no había trascendido si contaba con antecedentes penales- estaba enemistado.