Juzgan al militar que embistió, arrastró más de diez cuadras y mató a un joven
Nahuel Barragán fue atropellado en diciembre de 2017 por Yonathan Maurette, quien desde entonces se encuentra detenido. El debate será desde este lunes en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1.
El suboficial del Ejército Yonathan Maurette (31) comenzará a ser juzgado desde este lunes en el Tribunal Oral N° 1 por haber atropellado a Nahuel Barragán (25) y arrastrado por más de diez cuadras debajo de su automóvil hasta causarle la muerte.
Del debate participarán los jueces Facundo Gómez Urso, Pablo Viñas y Ricardo Perdichizzi; el fiscal Rodolfo Moure; abogado de la familia de Barragán, Maximiliano Orsini y el defensor de Maurette, Gonzalo La Menza.
Mourette se encuentra alojado en la Unidad Penal 44 de Batán y llega al juicio imputado por “homicidio simple“, delito que tiene una pena en expectativa que va de los 8 a los 25 años.
En ningún momento se puso discusión que el subofocial del ejército fue quien atropelló y mató a Barragán, el debate se centrará en si la calificación es homicidio simple u homicidio culposo.
Es que el siniestro vial que protagonizó Maurette fue uno de los más estremecedores que ocurrieron en Mar del Plata en los últimos años: embistió a una persona, que quedó enganchada en la parte baja del auto y la arrastró por más de un kilómetro. Barragán murió por las múltiples lesiones posteriores al impacto, en ese arrastre en el que sufrió laceraciones, fracturas y fundamentalmente el estallido de su cráneo.
Para el fiscal Rodolfo Moure hay que entender el siniestro vial como un caso de “homicidio simple“, ya que, según consta en la causa, el cabo del Ejército conducía esa madrugada lluviosa del 3 de diciembre de 2017 a alta velocidad y en estado de ebriedad. Pese a todo, siguió camino hasta su vivienda donde detuvo el automóvil y se fue a dormir. Sólo la curiosidad de un vendedor de diarios permitió descubrir el cadáver de Barragán.
Esa sumatoria de infracciones, de imprudencias, tendrían que haber sido suficientes para que Maurette se figurara que podía matar a una persona y por eso el fiscal entiende que no se trata de un hecho culposo.
Por otra parte, el abogado defensor Gonzalo La Menza intentará exponer el hecho como un desafortunado accidente, que en el medio de una noche lluviosa, si bien con infracciones cometidas, no dejería de ser un homicidio culposo.
El caso
El domingo 3 de diciembre de 2017 a la madrugada Barragán perdió el control de su motocicleta en la que viajaba junto a su amigo Diego Parisotti. Iban por Colón y 190 luego de haber dejado a una amiga en su casa, pero los efectos del asfalto mojado y una mala maniobra los hizo derrapar y caer.
Esa circunstancia fue observada por el ciclista Mauricio Gómez, quien no dudó en detenerse y ayudar a ambos jóvenes. Parisotti ya se había levantado, pero Barragán seguía en el piso. En ese momento, un Peugeot 206 rojo los arrolló. “Sentí un impacto desde atrás y volé. Desde el piso veo un auto. Era raro, creía que se lo había llevado en el capot… el cuerpo tendría que haber estado a 30 metros a 50, o creía que se lo había llevado al hospital”, dijo Gómez en su declaración al día siguiente.
El auto rojo era el Peugeot 206 de Maurette que avanzaba a alta velocidad por la avenida Colón. Gómez, que estaba parado, sufrió el impacto del paragolpes y del parabrisas antes de salir despedido. Barragán al estar sentado al momento de la embestida quedó literalmente bajo el chásis del vehículo. “Vi cómo el cuerpo de Nahuel fue chupado por el auto”, dijo Parisotti.
El cuerpo de Barragán quedó enganchado en el Peugeot 206, que lo arrastró por la avenida Colón.
La investigación demostró que después del doble impacto y sin poder desconocer lo que había ocurrido (tenía el parabrisas roto) Maurette escapó y arrastró a Barragán por 11 cuadras, hasta detenerse en Remedios de Escalada al 1900. Allí dejó el auto, entró a su casa y se fue a dormir. Cuatro horas después el cuerpo de Barragán fue hallado, sin vida, por un canillita.
Ese mismo día Maurette fue detenido, según los policías que participaron del arresto se encontraba visiblemente alcoholizado, aunque luego el análisis de alcoholemia le daría negativo.
Sin embargo, el cabo del Ejército tenía un cuadro de intoxicación aguda: verborragia, vasodilatación facial, enrojecimiento pupilar.