Leandro se llamaba y con eso basta para empezar con su recuerdo. Porque un apellido no es relevante cuando el cariño reduce a una persona a un nombre, Leandro, la forma en la que lo conocían todos los vecinos de la Plaza Rocha.

En estos días se supo del fallecimiento de Leandro, el cuidacoches que durante 25 años trabajó en la cuadra de 20 de septiembre entre Luro y San Martín, frente a la plaza, y todos por allí se mostraron consternados. A tal punto que pegaron carteles en algunos de los árboles sobre los que Leandro solía apoyarse en los días de frío.

Leandro en una fotografía tomada durante la celebración del cumpleaños de uno de los vecinos de la cuadra.

“Adiós Leandro, te vamos a extrañar” dice una de las frases y luego un resumen de lo que significó para los vecinos. “Leandro EL ‘trapito’ de la cuadra, de la raza de los invisibles que dejan huellas, por cariñoso y buena persona. Por laburante, con frío, lluvia y calor… Custodio de la cuadra, siempre atento y gentil. Te vamos a extrañar en serio. Nora, Raúl y todos los alumnos de la escuela de ‘La Negra'”.

Fueron los mismos vecinos que se preocuparon al notar su ausencia dos días seguidos. “Era muy responsable y para él ir a la cuadra era su trabajo formal. Por eso que faltara, nos preocupó. El portero de uno de los edificios de 20 de septiembre fue hasta la pensión donde vivía y lo encontraron fallecido”, explicó Guillermo, otros de los vecinos.

“En la cuadra de 20 de setiembre entre la avenida Luro y la calle San Martin tuvimos un trapito …LEANDRO… Trabajó durante 25 años, con frío, lluvia, temporales, sol… Siempre atento. Gran persona. Los vecinos estamos todos muy tristes y nos gustaría hacerle un homenaje, que la gente sepa de él y que sepan que no todos los trapitos son abusivos o pendencieros”.