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Salud 20 de septiembre de 2019

Alzheimer: ¿qué es esta enfermedad y por qué es tan importante tenerla presente?

por Florencia Vallejos

Actualmente, en Argentina más de 500.000 personas tienen demencia. En un contexto mundial y nacional de aumento en la expectativa de vida, estos datos revelan la importancia de la toma de conciencia: a nivel global, cada 3 segundos se realiza un nuevo diagnóstico. Si los costos en salud asociados a la Enfermedad de Alzheimer (la causa más frecuente de demencia), fueran la economía de un país, sería la 18 economía del mundo.

La enfermedad de Alzheimer es una patología neurodegenerativa, crónica y lentamente progresiva que se caracteriza por una afectación de las funciones mentales superiores. Es consecuencia de la acumulación de sustancias tóxicas en el cerebro (proteína B-amiloide y proteína TAU), que desencadenan procesos de alteración en la conectividad neuronal y muerte neuronal. Según la localización de estas sustancias, se presentan diferentes síntomas.

En su forma típica y en estadios iniciales, las manifestaciones se caracterizan por fallas en la memoria de episodios más recientes. Es decir, estas personas presentan dificultades para generar recuerdos nuevos, mostrándose más repetitivos en sus preguntas, olvidando conversaciones o eventos vividos. También aparecen dificultades para orientarse en lugares previamente conocidos y dificultades con el lenguaje y la resolución de problemas. Estos cambios pueden acompañarse de síntomas conductuales, como falta de iniciativa, irritabilidad, cambios en el carácter o aislamiento, entre otros.

Las síntomas suelen preocupar más a los familiares o al entorno que al propio paciente. Con el progreso de la enfermedad, empeora el deterioro cognitivo y comienzan a aparecer otros, como dificultades para realizar actividades motoras aprendidas previamente. Esto impacta de forma progresiva en la capacidad de la persona de funcionar de forma independiente, requiriendo con el tiempo asistencia y supervisión por terceros de forma permanente.

Es importante destacar que la enfermedad de Alzheimer no es el resultado del envejecimiento normal, sino que forma parte de un envejecimiento “patológico”. Hoy se considera que la causa de esta enfermedad es multifactorial, es decir en donde intervienen diversos factores para su desarrollo. Dentro de estos la edad es el principal factor de riesgo: a partir de los 65 años se sabe que la prevalencia de esta afección en su forma esporádica se duplica cada 5 años. Si bien tanto la edad como los factores genéticos se consideran factores de riesgo no modificables, existen otros factores ambientales y de salud que podemos modificar para disminuir el riesgo de presentar síntomas. En este sentido, hay evidencia de ciertas conductas y cambios de hábitos que pueden ayudar a mantener un cerebro saludable a lo largo de la vida y prevenir así el deterioro cognitivo. Estos son: controlar los factores de riesgo cardio-cerebro-vasculares (hipertensión arterial, diabetes, sedentarismo, alteraciones del colesterol, tabaquismo, obesidad); realizar actividad física aeróbica; comer saludablemente, mantenerse socialmente activo; evitar o tratar la depresión, disminuir el estrés y dormir adecuadamente (al menos 6 horas por día).

La enfermedad de Alzheimer no solo afecta al paciente sino que genera gran impacto en los familiares, que suelen ser los principales cuidadores de estas personas, estando expuestos a presentar síntomas de depresión o ansiedad debido a niveles elevados de estrés del cuidador.

Los costos en salud de la Enfermedad de Alzheimer son más altos que los del cáncer, ACV y problemas cardíacos, pero los fondos destinados a tratamiento e investigación son menores que para estas últimas.

(*): Integrante del departamento de Neuropsiquiatría del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO).



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