Mar del Plata como uno de los escenarios preferidos de la gobernadora Vidal
por Gerardo Gómez Muñoz
Hasta el 11 de agosto era una de las plazas emblemáticas de María Eugenia Vidal, para brindar una imagen de claro dominio territorial que afianzara no sólo su reelección sino que también reforzara los planes de la Rosada.
En esa tesitura no se ahorró esfuerzo ni publicidad ni los fondos requeridos para instalar a Guillermo Montenegro, un hombre de innegable acogimiento de Mauricio Macri y de Horacio Rodríguez Larreta, el imaginario triunvirato neoliberal de la próxima década al menos.
No fue el más golpeado por la avalancha, que ni en pesadilla se habían imaginado, los presumidos transformadores del caprichoso gusto electoral de millones de argentinos agobiados y olvidados. Cayeron aplastados por la implacable realidad los analistas y encuestadores ni gurúes al estilo Durán Barba ni de la escatológica Lilita Carrió se imaginaron lo que se les venía encima. Ha quedado en pie Montenegro y si antes fue uno de los preferidos por Vidal que hoy, exhorta a sus intendentes a ganar. Y se verá acá, más adelante. Ella reconoce los hechos y en la intimidad que el próximo ciclo no será de gobierno sino de trabajo político. Y estará el siempre amigo Rodríguez Larreta, para pelear por todos los honores en 2023. El triunfo en Mar del Plata es casi indispensable, porque Montenegro ha sido siempre del palo, porque la plaza cuenta con un padrón abundante y otras ventajas estratégicas.
La sociedad con la UCR tambalea después de una campaña donde el socio no fue honrado sino vapuleado, impiadosamente y muy seguido por el pecado de su pertenencia a los últimos treinta años de la política, en los que durante 22 años fue gobernada por Roig, Aprile y Katz.
Después de la reunión con los intendentes y otros funcionarios que no fue sólo para lamerse las heridas, quedó en claro que la reelección con casi 20 puntos de desventaja sea tarea al alcance. Por los trascendidos, “Mariú” dejaba ver que el objetivo inmediato es recuperar terreno en municipios del conurbano que se han perdido, tales los casos de nada menos que La Plata, Morón, Quilmes, Lanús, 3 de Febrero, San Martín, etc., hasta la coqueta Pilar.
Nuestro distrito tiene una valoración y no sólo porque el electorado sea el tercero en su cuantía sino por su resonancia mediática. Además de la endeblez -sólo reconocida en círculos muy discretos- de la alianza con los radicales, se presenta el crecimiento del Frente de Todos y en particular de La Cámpora, con la candidata más votada para intendente, Fernanda Raverta. Además de esa pertenencia constantemente es aupada por Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Axel Kicillof y toda la dirigencia nacional y provincial del kirchnerismo-peronista y otros partidos que adhieren al Frente de Todos.
La madre de las batallas
Montenegro no dejó margen para las dudas. En lo que puede considerarse el recomienzo de su campaña, ha declarado que el verdadero duelo en este espacio es “Montenegro versus La Cámpora“, prácticamente un campo binario muy apetecido por el macrismo que, tal afirman los “los analistas” que han reaparecido, es el meollo del enfrentamiento, pese a la afirmación de los muchachos del café sabiondos de todas las ciencias que reniegan del macrismo exasperado porque “después del once ya no garpa”.
Y los radicales son gente de mucha historia y consecuentemente de imborrable memoria y después de la desazón, las heridas siguen doliendo. Vilma Baragiola que trabajó sin descanso y sin el parque ni la parafernalia de sus adversarios internos, ni siquiera fue a saludar, ni llamó a felicitar a Montenegro. Macri al menos “pour la galerie”, al día siguiente mandó saludos a Fernández, que lo había vapuleado.
Desdeñoso, un dirigente de relieve consultado acerca de la declaración de Carlos Katz que apareció convocando al deber de la UCR de aceptar el triunfo del PRO, se limitó a decir “y qué va a considerar el hermano del Ruso si puede mojar una concejalía”. El tono no dejaba margen para otra pregunta. Interrogado un segundo sobre la proclamación de Esquivel titular de la agrupación “Radicales de Pie”, no fue menos directo “vamos…, qué radical serio no sabe de las aventuras del querido negro Esquivel en las internas de hace una década cuando amenazando con el enfrentamiento, arreglaba las diferencias, levantaba la ignota lista y no jorobaba más”.
Claramente, la procesión va por dentro y Baragiola no dice ni “mu” y se dedica a lo suyo y ahora más familiera que nunca, pero no dejará la política.
El radical Alejandro Vicente, secretario de Gobierno de Arroyo afirmó que “no hay ninguna posibilidad de acercamiento porque no lo quisieron antes en Cambiemos del que era integrante”.
Es particular el caso de Guillermo Sáenz Saralegui, presidente del Concejo Deliberante, adherido a Pichetto y que había votado al candidato del Consenso que lidera Roberto Lavagna, ahora anticipó que votará Montenegro.
Este último con las pilas recargadas desde La Plata, no cesó en su tarea de sumar. Y hay varios que se mueven con contactos particulares como el senador Lucas Fiorini que con su equipo recluta (Beneito, Carranzio, los Abonjo, etc,), en ciertos sectores del peronismo -campo del que procede- y en el vecinalismo. También se observa que crece la actividad del ex concejal Juan Anastasía con veteranos compañeros de esa vertientes y con el vecinalismo de reconocida militancia desde la época del padre.
En las cercanías de Montenegro se comenta con entusiasmo el contacto productivo que se está produciendo de radicales dispuestos a cumplir con el mandato de las PASO, de peronistas que no se alienen a aceptar a La Cámpora y de gente que no quieren desperdiciar su voto con Arroyo que “ni llega a lograr un concejal”.
Y ni qué decir el entusiasmo por la movilización del sábado “porque dejamos en claro que estamos de pie”, con entusiasmo reforzado. No acepta la observación acerca del enojo radical que “cumple con su compromiso” y hasta se agranda asegurando que se acercan muchos que dicen provenir del pultismo.
El dilema radical
Hasta la tarde del domingo costaba reconstruir, debido a la disparidad de datos vinculados a la actitud que el Frente para el Cambio adoptará de cara a los comicios de octubre. El nuevo panorama es en algunos casos de devastación por la avalancha de votos opositores del Frente de Todos, como se observa en el conurbano y en diversa medida en toda la provincia.
La discreción y el escamoteo de datos precisos fue cediendo a través de redes y sitios de información. Apabullante fue el aporte de Infobae que no se ahorró datos ni la calificación de virtual enfrentamiento de la gobernadora y de su equipo con el entorno -especialmente Durán Barba y Marcos Peña-, del Presidente.
La exhortación a pelear los territorios, no vaciló en pregonar el “corte de boleta”, para conservar el voto municipal. No solo se habla de la certeza de que Mauricio Macri no alcanzará a poner en riesgo la victoria de la fórmula FF y la misma sensación tienen y la expresan los equipos de María Eugenia con respecto a la gobernadora. Esta reveló el agravante de que se le niegan fondos indispensables para realizaciones y emprendimientos, en tiempos de urgencias.
Las gárrulas mesas cafeteriles, habituales apostaderos radicales comenzaron a aportar reservados datos y reflexiones, tales como “a Montenegro por su destrato no le debemos nada, a Mariú, sí la votamos porque la acompaña como vice nuestro presidente Daniel Salvador. En la 5a. Sección tenemos lo nuestro”. Otro cantar es cuando se habla de la Rosada, “allá arriba, los únicos con quienes dialogan los funcionarios son con el Gordo Negri y la impresentable y ahora vocera política Lilita, ¡por favor!”. Alguno alegaba como telón final “¿y acá qué hacemos?, nos quedan Montenegro, Pulti y Raverta”. Uno, maligno al mango, mientras salía, riéndose, acotó como refiriéndose a papelones ajenos: “Y no se olviden que queda Arroyo”…
Raverta y Pulti
Quienes prefieren entrar en consideraciones mayores no encuentran todavía -sino en la diversidad natural de los corazones y cerebros humanos- cómo a estas alturas -Gustavo Pulti y Fernanda Raverta- no están en una oficina y con sus asesores directos, elaborando un plan de gobierno para Mar del Plata. Uno aportando su experiencia de dos veces jefe de gobierno eficiente y la dama su militancia incansable, su capacidad de sembrar estructuras de formación y crecimiento político.
Se podría argumentar que los dos y tal vez con similares derechos querían lo mismo y, hoy, ya parece claro que el más irreductible, Pulti, parece haber sido el menos prudente o el más ambicioso. En política aunque a veces no tenga la razón, felizmente, sigue ganando el que sume más votos, según la pragmática y la bendita democracia como lo registra la historia.
La cuestión final parece haber estado definitivamente en quién primero y quién segundo. La avalancha de los votos puso delante de todos y venciendo al verdadero adversario, a Raverta. Con otro aporte, la claridad con que, desde hace años, supo ver “el signo de los tiempos”.
Algún crédulo de las virtudes de la política y la democracia todavía sigue soñando en el recóndito de los intercambios reflexivos… “Che, y no habrá alguno de arriba, que convoque y diga: no puede ser que arriesguen que el gobierno quede en manos del adversario, en lugar del acuerdo, sin renunciamiento mentiroso, pero con mirada hacia la gente y a la esencia de la política que es la búsqueda del bien común”….
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