Fútbol de lunes, esa invitación que los clubes aceptan por cortesía
Una programación que le complica la vida a los hinchas. De haberse jugado sábado o domingo, al primer triunfo de Aldosivi del torneo hubiesen ido muchos más. En España la Justicia intervino en la cuestión en el marco de una fuerte ofensiva para devolver al fútbol a sus días originales.
Gonzalo Verón supera a Bruno Bianchi. Detrás, la raleada platea descubierta. El marco hubiera sido mejor de haberse jugado en fin de semana.
por Sebastián Arana
Al común de los mortales, de tanto en tanto, el curso de los acontecimientos los pone ante situaciones poco gratas que deben afrontarse, aún a disgusto, con la mejor cara posible. ¿Quién, en la vida, no asistió alguna vez a una reunión social a la que no quería ir sólo por cumplir con una instancia superior, llámese familia, patrón, Dios o lo que fuese?
Los clubes de fútbol profesional están unidos a los designios de la televisión por una cadena de oro. Pero, cadena al fin. Y si la televisión dice que hay que jugar el lunes por la noche, allá vamos a abrir el estadio.
Al marco de anoche de Aldosivi-Atlético Tucumán le faltaron acaso un par de miles que gustosos hubieran ido si se hubiera jugado en domingo o, en el peor de los casos, en sábado. Como antes, cuando los días del fútbol eran los del fin de semana porque no había que ir a laburar.
En silencio, por obligación, los clubes ponen su mejor cara de ocasión y aceptan el claro perjuicio de jugar como local los lunes en dos horarios igualmente inconvenientes. El de las 19 es mortal para el que trabaja hasta tarde y el de las 21 lo mismo para el que tiene que madrugar al día siguiente para ir a su empleo o llevar al colegio a sus hijos.
Ni que hablar -esta vez no fue el caso- si toca una de esas noches crudas, bien características del invierno local. Mar del Plata, en este sentido, no es Córdoba, no es Rosario, no es La Plata, no es Tucumán, ni tampoco Santa Fe. Ciudad de identidades difusas, de futboleros de doble camiseta, acá se tienen que alinear todos los planetas para que la concurrencia al estadio sea buena.
Ahora, ¿en todas partes es así? Casi. Pero a principios de este mes, un juez de Madrid le dio parte de razón a los reclamos de la Real Federación Española de Fútbol, que pretendía que el fútbol no se moviera de los fines de semana, y prohibió que los lunes se programaran partidos de La Liga profesional, aunque sí los viernes.
El fallo, básicamente, tiene que ver con un largo y áspero conflicto personal entre Luis Rubiales, presidente de la RFEF, y Javier Tebas, presidente de La Liga y aquí profeta inspirador de la Superliga Argentina de Fútbol, cuyo estatuto es “calcado” al de la española.
Sin embargo, los hinchas de los equipos “chicos” españoles hicieron tronar sus voces de descontento contra la gestión de Tebas. Deportivo Alavés, por caso, tuvo que pagar multas por la exhibición que sus aficionados hicieron de pancartas “anti TV”. Y en otras ocasiones las propias cámaras “censuraron” los reclamos realizados en pleno partido.
La Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español (FASFE) impulsó campañas públicas de firmas para que los partidos se jueguen únicamente en sábado y domingo. “Así -razonó en su momento Emilio Abejón, secretario general de FASFE- se afecta a los hinchas a los que nos gusta ir de visitantes, al importante sector que va con sus hijos a la cancha y a la gente que trabaja. Y las aficiones españolas fundamos y financiamos a nuestros clubes”.
La batalla entre el negocio y estas razones afectivas es tremendamente desigual. Pero, quién sabe, tal vez todavía haya tiempo de evitar una derrota completa.