La inflación llegó a los servicios fúnebres: el precio de la muerte
Algunos materiales que requieren los ataúdes son importados, cotizan en dólares y aumentaron un 12% en las últimas semanas. En Mar del Plata, un velatorio con lo básico cuesta por lo menos 20 mil pesos.
Foto archivo.
La inflación pasa factura incluso después de morir. Poca noción se tiene en general no solo de los costos sino de todo lo que hay que pagar después del fallecimiento de una persona. La mayoría descubre el detalle de los servicios y sus respectivos valores recién al momento de enfrentar la pérdida de un ser querido. En tiempos de crisis, se multiplican las opciones de pago y muchos simplifican al máximo la calidad del servicio con tal de poder costearlo, antes de empezar a hacer el duelo.
Hoy, un servicio fúnebre cuesta como mínimo 20 mil pesos, pero se eleva a 24.000 si el cuerpo es cremado y aumenta a 36.000 si es guardado en un nicho, considerando el servicio más básico en cada caso.
En Mar del Plata, el pico más alto de los casi 700 fallecimientos que se registran por año se produce durante los meses más fríos (entre mayo y agosto) y la mayoría corresponde a adultos mayores. Si bien todo mundo es consciente de que la muerte llegará algún día, solo una minoría prepara su bolsillo con antelación para ese momento.
En buena parte de los casos es la familia la que se hace cargo, aunque también las organizaciones sindicales cubren los sepelios, mientras que en el caso de PAMI, a los adultos mayores se les hace entrega de un “subsidio de alivio” cuyo monto compensa apenas una mínima fracción del monto total.
Entre lo esperable y lo imprevisto, la muerte llega y tiene un costo, o varios. Y los últimos movimientos de la economía provocaron incrementos en ese sentido, aunque por ahora las principales casas velatorias vienen absorbiendo los aumentos para no trasladarlos a la gente. De hecho, el lunes posterior a la reciente corrida del dólar luego de las elecciones primarias, varios de estos materiales -muchos de ellos importados- experimentaron un aumento de entre el 10 y el 12%.
El post mortem, en dólares
Al morir, el servicio fúnebre es el primer paso y el más básico no baja de los 20.000 pesos en las casas velatorias debidamente habilitadas, con vehículos autorizados, personal registrado, salas abiertas y acondicionadas las 24 horas y un servicio digno, algo que no todas las empresas del rubro de la ciudad (más de 20) alcanzan a cubrir.
Aquellos ataúdes preparados especialmente para guardar el cuerpo dentro de un nicho, llevan adentro una caja metálica de origen importado y por ende es adquirida a valor dólar.
Asimismo, los materiales que requieren los ataúdes, como el estaño que permite sellar dicha caja metálica o bien el formol que necesitan las válvulas, también son productos importados y cotizan en dólares.
La madera que se emplea para la fabricación de algunos ataúdes también se importa, en algunos casos de países del Mercosur y en otros, de Estados Unidos.
“Algunos de estos materiales han experimentado un incremento de entre el 10 y el 12% desde el lunes posterior a la corrida del dólar. Pero por el momento nosotros venimos absorbiendo ese aumento para no trasladarlo a las familias”, explicaron a LA CAPITAL Leandro Mersari y José Cimaldo, presidente y empleado -respectivamente- de la casa velatoria Sampietro, que presta servicios fúnebres en Mar del Plata desde 1887.
Leandro Mersari, presidente de Casa Sampietro
Sampietro -bendecida en el último tiempo por el obispo Gabriel Mestre-, junto a Casa Tomasini, Casa Piovano y Pérez Caruso, representan a una asociación del rubro que “garantiza valores acordes a un servicio digno”, aclararon. Y en la misma línea advirtieron que si bien existen empresas que ofrecen servicios “un poco más accesibles” y “la gente es libre de elegir”, no todas cumplen rigurosamente con los requisitos que exige la ley.
La inflación, sin embargo, también impacta puertas adentro de la economía de las casas velatorias, que deben sostener una infraestructura, salarios y costos para brindar los servicios.
El precio del último adiós
Un servicio fúnebre que comienza con el retiro del cuerpo por una clínica, un domicilio u otro lugar, continúa con el acondicionamiento del cadáver y la sala velatoria, el traslado al cementerio en un coche fúnebre y la documentación por defunción, tiene un costo actual que ronda los $20.000 en la ciudad.
De ahí en más, todo se encarece en función del material y el servicio. Por ejemplo, un servicio para nicho incluye otro tipo de ataúdes que llevan adentro una caja metálica de origen extranjero y por ende el costo es mayor. En este caso, el valor parte de los $30.000 en adelante.
Muchas familias eligen contratar un servicio más amplio y completo. Varía el modelo de ataúd, la cantidad de vehículos que participan del traslado al cementerio, incluye servicio de cafetería, un mejor acondicionamiento de la sala velatoria y el cortejo puede incluir una misa. Cada elemento contratado encarece el costo y de lo más básico crece a $40.000, $60.000, $80.000 y más, hasta alcanzar el valor más alto, denominado “servicio presidencial”.
Los traslados fuera de la ciudad también encarecen el presupuesto.
La cremación, en tanto, es un proceso que la familia costea luego de manera independiente en el cementerio, donde los costos para “descansar en paz” continúan y también se incrementan.
Actualmente, las principales casas velatorias de la ciudad cuentan con una amplia variedad de medios de pago. Según pudo saber LA CAPITAL, la mayoría opta por abonar los servicios con tarjeta de crédito o en efectivo, dependiendo el caso. “Ocurre que a veces el familiar directo no tiene el dinero, pero llegado el momento del fallecimiento varios familiares o gente cercana colaboran para cubrir el servicio”, comentaron desde otra casa velatoria.
— Sepelio para afiliados, jubilados sin respaldo
Según fuentes de los principales gremios con presencia en la ciudad, como el Sindicato de Empleados de Comercio, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), la Unión Obrera Metalúrgica y el Sindicato de Camioneros, entre otros, desde hace años la mayoría de las organizaciones sindicales “cubre la mayor parte del costo de sepelio” de sus afiliados e incluso, en algunos casos también el traslado y determinados costos extra.
No obstante, existe un fuerte y recurrente problema con los afiliados al PAMI. Ocurre que Anses solo entrega a la familia del jubilado o pensionado fallecido un “Subsidio de Sepelio”, también llamado de “Contención Familiar”, cuyo monto es de apenas 6.000 pesos, cifra que se encuentra congelada hace más de cinco años y que, en vista de los valores actuales, no alcanza a cubrir ni siquiera el servicio fúnebre más básico.
– Parcelas, nichos y crematorio: el costo de “descansar en paz” en los cementerios
– La ornamentación: el precio de lo simbólico
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