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Policiales 13 de agosto de 2019

Nancy Segura: entre un femicidio o un accidente, la explicación de los peritos

Un ateneo compuesto por seis profesionales expusieron lo realizado durante la autopsia y la reconstrucción fáctica.  Los peritos oficiales concluyeron que se trató de un homicidio, mientras que los de parte convocados por la defensa, apoyaron la hipótesis de un accidente.

En la segunda audiencia del juicio contra Pedro Rafael Inglera por la muerte de Nancy Segura, un ateneo compuesto por seis profesionales -peritos oficiales y de parte- respondió a las preguntas del fiscal Fernando Castro y del abogado defensor Eduardo Toscano que refuerzan o refutan la principal hipótesis acusatoria: que se trató de un femicidio.

El juicio, del que participa la jueza del Tribunal Oral en lo Criminal N°3 Mariana Iriani, lo resolverán doce jurados populares -con seis suplentes que también estuvieron presentes y que son parte del proceso- y que, al tratarse de un caso en el que la condena puede ser la de prisión perpetua, es necesario el voto unánime para una condena.

Además del imputado Inglera, el abogado Toscano y el Fiscal Castro, la sala de audiencias se dividió claramente en dos: de un lado los familiares del acusado de un brutal femicidio y del otro familiares y amigos de Nancy Segura, que también estuvieron acompañados de los padres de Lucía Pérez, quienes todavía reclaman Justicia por la muerte de su hija, al sostener que se trató de un femicidio. 

La audiencia fue particular, independientemente que en cada juicio por jurado, abogados y fiscales demuestran un histrionismo distinto a lo que sucede en los juicios con un tribunal técnico. 

En este caso, hubo preguntas eternas del abogado defensor Toscano en las que, envuelto en su retórica, la jueza Iriani tuvo que intervenir para solicitarle al letrado que fuera concreto y que preguntara puntualmente algo, sin incluir alegatos o influir en los testigos.

Además, el mismo imputado, Inglera, interrumpió a los testigos en más de una ocasión y aportó información, hasta que la jueza Iriani le recordó que “todo lo que diga puede ser usado en su contra”.

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El cuerpo habla, pero muchos lo interpretan

El primer profesional en exponer fue el médico forense de la Policía Científica, perito oficial que realizó la autopsia a Segura, quien, ante las primeras preguntas de Castro explicó que en su informe había visto claramente lesiones de golpe -posiblemente de puño- en la cara y hematomas en el cuello, posiblemente por haber sido ahorcada con las manos.

La lesión fatal que marcó el perito oficial fue una herida penetrante hecha con un arma blanca en el intercostal izquierdo. Para graficarlo, el perito sacó una regla y la ubicó en su cuerpo para mostrar cómo se dio la herida, de un grosor de unos 2,5 centímetros y de 18 centímetros de profundidad. 

El médico defendió con argumentos su informe de autopsia y, explicó, que sería imposible pensar en una auto lesión, ya que por el ángulo y el lugar, “un suicida” no podría auto apuñalarse en el costado.

Luego, Toscano llamó al jefe del cuerpo de médicos forenses de la Policía Científica, quien hizo una evaluación diferente y sostuvo que la lesión no fue desde el intercostal, sino más abajo y a la altura del estómago, por lo que el abogado entendió que, de ser así, la hipótesis de una auto lesión es posible.

Otro de los puntos que cuestionó el médico forense fue el tiempo de sobrevida de Nancy Segura, quien murió a las 3 horas de haber recibido la herida. Ante este punto, el profesional consideró que con una herida semejante en la arteria aorta, la víctima tendría que haber fallecido en menos de una hora.

Ante esta situación, el fiscal Castro le preguntó al profesional si la atención de los médicos del HIGA pudo haber estirado la sobrevida de Segura a las tres horas, el médico forense concluyó que sí.

El siguiente testigo fue un médico cirujano con 50 años de experiencia convocado por Toscano, quien estuvo más ocupado de dar su hipótesis de cómo fueron los hechos en vez de atender a las preguntas de las partes, por lo que su exposición finalizó entre sus especulaciones y algunas afirmaciones científicas, que lo hacían asegurar que la herida se debía a un accidente y no a un claro intento de homicidio.

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La reconstrucción de los peritos

Un grupo de tres profesionales de la Policía Científica-dos licenciados en criminalística y un médico forense- expusieron la secuencia fáctica que realizaron en base a las 310 fojas que cuenta la causa.

El objetivo de esta secuencia fáctica fue responder una pregunta concreta realizada por el fiscal Castro: si los hechos pudieron suceder como en su momento dijo Inglera, es decir, si la muerte de Seguro pudo ser accidental o si, por el contrario, se trató de un femicidio.

Los profesionales explicaron que el hecho ocurrió el 19 de junio, pasada la medianoche, en una esquina del barrio Playa Serena, una zona de calles de tierras con pastizales, en la trotadora de una casa.

Allí, por lo que se infiere según la causa, Inglera y Segura discutieron y la mujer resultó herida con un cuchillo. Luego el hombre la subió a su moto y la trasladó a una salita de salud, pero por la gravedad de las heridas tuvo que ser llevada al Hospital Interzonal, donde finalmente falleció.

Para los profesionales, la etilogía de lo ocurrido es claramente homicida y no accidental. Según el informe que realizaron, la mecánica no coincide con lo que Inglera aseguró en su declaración indagatoria, ni con lo que el abogado Toscano pretende demostrar.

“Sí la herida fuera accidental y propia tendría que haber ingresado por estómago y habría causado otras heridas. Ciertas heridas son más sensibles, como los cortes en las muñecas, el cuello o en el caso de la cultura japonese, la práctica del harakiri en la panza”, dijo el profesional y explicó que, por los informes de la autopsia, lo que se puede concluir es que Inglera golpeó en el rostro a Segura, la tomó del cuello y la apuñaló.

“No se pudo haber producido de otra forma que no sea homicida”, concluyeron los peritos oficiales.

“Solo hubo un forcejeo”, interrumpió Inglera al perito y se paró para explicar dónde fue el hecho, por lo que los miembros del servicio penitenciario tuvieron que escoltarlo hasta el medio de la sala, donde el imputado explicó que la discusión se dio en la trotadora de la casa y luego llevó a la víctima en moto.

“Ella se me cae de la moto para adelante y yo la abracé”, dijo Inglera y su abogado Toscano le dio sentido a esas palabras para explicar que así se produjeron los hematomas que Segura presentaba en la cara y en el cuello, no en una agresión si no en un desesperado intento por salvarla.

Inglera interrumpió en otras ocasiones a los peritos y ante el llamado de atención de la jueza, explicó que lo hacía porque le “interesa lo que van diciendo”. Claro que le interesa, de lo que dicen los jurados tienen que juzgar si le otorgan la prisión perpetua o no.



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