por Daniela Mozetic

El radicalismo se planteará su propio desafío para el segundo semestre: mayor participación en el Gobierno, presencia territorial y más visibilidad de sus principales dirigentes, en un primer paso hacia la construcción electoral que deberá realizar hacia 2017.

“Tenemos que involucrarnos un poco más, la gente no sabe a dónde vamos”, reconoció uno de los máximos dirigentes partidarios en diálogo con DyN, luego de los primeros seis meses de gobierno que sirvieron para realizar un diagnóstico de la herencia recibida y poner en marcha las nuevas gestiones.

Si bien el radicalismo logró representación en la conformación del gabinete nacional de Mauricio Macri y tiene referentes en muchas áreas de gobierno, algunos de sus dirigentes reconocen que se descuidó la actividad partidaria en los últimos meses.

Para eso quieren retomar actividades en las distintas provincias, sostenidas en gran parte por los gobernadores Alfredo Cornejo (Mendoza) y Gerardo Morales (Jujuy), el titular del Plan Belgrano, José Cano y las autoridades del Comité Nacional y los bloques legislativos.

Esa fue una de las iniciativas que se plantearon la última semana en una reunión que compartieron los jefes de los bloques legislativos Mario Negri y Angel Rozas, Morales, el auditor Alejandro Nieva y Cano, y prometen que habrá agenda partidaria al menos cada 15 días.

En este esquema, anticipan que Ernesto Sanz tendrá un “rol fundamental” porque tiene trato directo con el presidente Mauricio Macri y afirman que el objetivo en el mediano plazo es “fortalecer Cambiemos, sostener fuerte al Gobierno con una estrategia territorial”.

Es que en la UCR hay referentes que sostienen que “hay gente que quiere empujar al Gobierno”, no solo del Frente para la Victoria sino de algunos sectores del peronismo bonaerense y del sindicalismo que pone algunas trabas a iniciativas del oficialismo.

El jefe partidario José Corral participa todos los martes de la reunión que comparten radicales y macristas en la Casa Rosada para analizar las cuestiones de agenda más inmediatas pero en la mesa chica le reprochan que “no reafirma la identidad del partido”.

Corral, que debe repartir su tiempo entre el Comité y la intendencia de Santa Fe, es señalado como un jefe “de transición” que sirvió para el reacomodamiento del partido en su nuevo rol de socio oficialista pero después de mitad de año intentarán darle una base de apoyo más sólida para que no se diluya la relevancia radical.

Otro de los dirigentes consultados por esta agencia reflexionó sobre la necesidad de que “el radicalismo empiece a sentirse parte del proyecto, en el marco de consolidar Cambiemos” y prepararse para la elección de mitad de término que tendrán que enfrentar el año próximo.

Si bien en el Gobierno nacional todavía esquivan las especulaciones sobre el 2017, los radicales no pierden de vista que su presencia en la mayoría de las provincias será fundamental si Cambiemos quiere exhibir un triunfo luego de los primeros dos años de gestión de Macri.

DyN.