Próximo a festejar su cumpleaños N° 93 el próximo jueves, River de esta ciudad disfruta de un muy buen momento. El club que nació en 1926 como Deportivo Moral se las ingenió para crecer sostenidamente en los últimos años pese a la crisis que golpea a todas las instituciones barriales.

Alejandro Yapuncic, su presidente, explica este presente feliz en una charla con LA CAPITAL. “El club está bien en lo que se ve y en lo que no. En los últimos años techamos el gimnasio principal, hicimos una cancha de fútbol de césped sintético, construimos vestuarios en dos plantas en el gimnasio cubierto, montamos un gimnasio de sobrecarga pegado a la utilería, hicimos ‘dormis’ con cincuenta cuchetas, renovamos la confitería y equipamos el espacio de artes marciales a la altura de los mejores”, sostiene.

“Pero lo mejor -amplió- es que económicamente está saneado. River no tiene deudas, pero entendimos que un club tiene que sostenerse como cualquier empresa privada o comercial que no puede dejar de pagar tarifas y servicios”.

Consultado sobre cuál fue la receta, Yapuncic recordó: “En mis primeros dos años de presidencia, no quise meterme en lo deportivo. El objetivo fue hacer un relevamiento del predio, chequear los contratos con los distintos concesionarios. La idea era tener conciencia sobre lo que administrábamos y generar nuevos recursos, pero sin abandonar el perfil social. Después si nos metimos en lo deportivo”.

La historia empezó como Deportivo Moral en Alberti y Neuquén. Fue River dos años más tarde cuando el equipo de fútbol se unió con el de Casa Muñoz. Con el tiempo se compró una sede en Bolívar al 4600 y a fines de los años ’70 se mudó al actual predio de Juan B. Justo y Bronzini.

“Le decían la Pradera porque no había más que las plantaciones de eucaliptos”, contó el presidente.
El fútbol es el nervio motor de la vieja Pradera. “Logramos algo muy bueno que es tener bajo una misma coordinación el fútbol convencional, el futsal y el femenino. Y suplimos bien la salida de un gran coordinador como Matías Hondeville. La estructura estaba bien y lo mejor era continuarla con gente afín al proyecto como Eugenio Ramajo y Leandro Merlos”, afirmó Yapuncic.

Son tantos los chicos que tarde a tarde pasan por River que se construirá una tercera cancha de césped sintético, esta vez sobre la avenida Juan B. Justo. Y el club se vio obligado a alquilar la villa Don Bosco para mandar a entrenar allí a distintas categorías de lunes a viernes de 13 a 18.

Por otro lado, una de las buenas noticias de los últimos tiempos es el regreso del tenis. “Reinauguramos dos de las cuatro canchas; en el espacio que ocupaban las otras dos irá la nueva cancha de césped sintético”, contó el presidente.

Tenis, taekwondo, hockey, patín artístico y una nueva disciplina como el roller derby son las otras propuestas que tiene River. “Vinieron treinta chicas con esa idea y tienen un entusiasmo bárbaro. Con el perfil que queremos, con ganas de involucrarse en el club. No queremos que nuestros deportistas paguen la cuota y se vayan. El club es de todos”, resume el presidente.

Tal vez por eso se viene un festejo especial. El jueves habrá una reunión íntima. Pero la idea es una celebración en setiembre con una gran Jornada Deportiva con exhibiciones de todas las disciplinas de este club que, pese a la crisis, tiene muy buenos motivos para festejar.