CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Cultura 15 de julio de 2019

El desafío de “tomar la palabra, para no ser dichos por el discurso de otros”

Docentes escribieron una antología de microrrelatos. Contiene escenas, anécdotas o casos que interpelan en las aulas y permiten construir conocimiento y se ampara en la idea de "tomar la palabra para hacer visible la vida en las aulas". Lo editó el colectivo Encuentro Docente Fuenteovejuna.

por Paola Galano
@paolagalano

Más de cincuenta autores y autoras de diversos lugares del país, docentes, docentes en formación, jubilados, jubiladas e ilustradoras e ilustradores participaron de “Lo bueno, si breve…”, un libro de microrrelatos sobre la formación docente que viene a poner en primer plano “la voz narrativa” de maestras y maestros argentinos.

Editado de manera independiente, el libro nació a partir de la iniciativa del colectivo Encuentro Docente Fuenteovejuna. No es casual el momento en que sale a la luz: son moneda corriente las escuelas sin gas, el frío en las aulas, estudiantes que enfrentan el día escolar tapados con frazadas y sin alimentos, edificios escolares sin mantenimiento, desfinanciación de la educación y una crisis en el sector que lleva décadas y que se agudizó el año pasado por el cierre de los institutos de formación docente que se llevó adelante en la ciudad de Buenos Aires.

Frente a este contexto, quienes trabajan en los Institutos de Formación Docente y participan del colectivo necesitaron decir, contar experiencias y relatar ambientes de trabajo, en primera persona.

“Compartíamos la visión de que se avecinaban tiempos difíciles para la educación superior y decidimos que la participación, el encuentro, el debate y las acciones compartidas eran fundamentales para hacer oír nuestra voz y defender la educación pública y los saberes que se construyen en los institutos superiores”, contaron Carola Hermida y Claudia Segretín, integrantes de este colectivo y quienes tuvieron a su cargo varios roles.

Ambas se encargaron de armar las bases de la convocatoria para que participaran los y las docentes, trabajaron en la compilación, en el ordenamiento interno del libro a partir de un índice, en la compaginación de las ilustraciones y en las decisiones acerca de los paratextos.

“Con el proyecto de la Unicaba (Universidad para docentes de la ciudad de Buenos Aires) en avance y el telón de fondo de la denuncia y la resistencia de los colegas de los veintinueve institutos de Caba, pero también en el escenario de una creciente campaña de desprestigio de la docencia y de la educación pública, iniciamos diferentes acciones destinadas a poner en reflexión y debate y también visibilizar los saberes que se construyen en nuestros institutos”, siguieron Hermida y Segretín.

“Sentíamos que debíamos ser resistentes al modelo educativo que ya mostraba todas sus cartas. Frente a esto se imponía ser confrontativos pero también propositivos e intervenir con diferentes gestos y propuestas en la esfera pública. Así, con un grupo de docentes del Nivel Superior de Mar del Plata, nucleados en el encuentro que dimos en llamar Fuenteovejuna, llevamos a cabo distintas acciones. Una de esas iniciativas, la más original, ardua y satisfactoria acaso, fue la producción de esta antología de microrrelatos”, siguieron sobre cómo apareció el libro.

Entrevistadas por LA CAPITAL, Hermida y Segretín recordaron las palabras de la especialista en educación Silvia Duschatzky, quien afirma que “cuando las condiciones de época son variables, el sedentarismo no puede ser nuestra única variante”. La académica “formula la noción de errancia como un posicionamiento del docente que lo vuelve reconocedor y creador de ocasiones. Y de ahí la idea de tomar la palabra para hacer visible la vida en las aulas de la formación y de la coformación”.

Recientemente presentado en Mar del Plata, el libro ya está en librerías, se obtiene por medio de la red social Facebook o vía mail (e correo [email protected]).

Encuentro Docente Fuenteovejuna

– ¿Por qué la decisión de hacer textos breves, en la forma de microrrelatos?

– Propusimos textos breves para invitar a compartir breves escenas, anécdotas o casos que cotidianamente nos interpelan en las aulas a los docentes y nos permiten reflexionar y construir conocimiento, si nos permitimos objetivar estas experiencias, convertirlas en escritura, compartirlas e interrogarnos a partir de ellas. A su vez, el microrrelato es un formato amigable para escritores no profesionales y nuestra intención era que todos pudieran participar y contar su historia.

– ¿En qué clase de lector o de lectora pensaron al momento de idear este libro?

– Tal vez el lector privilegiado sea el vinculado con la educación. Imaginamos que los docentes del nivel superior encontrarán en este libro anécdotas y relatos potentes para iniciar una clase, para invitar a reflexionar a partir de ellas, pero esta antología aspira también a un público más amplio… Todo docente tiene en su haber experiencias de aula, de patio de escuela, de residencia, de contextos educativos no formales que dicen mucho y más allá de la anécdota si se las pone por escrito y se las revisita como un capital pedagógico.

– Si bien relatan experiencias personales de docentes vividas en las aulas ¿hay un componente ficcional?

– Los textos en muchos casos parten de experiencias personales vividas en las aulas o en espacios de educación no formal, pero siempre que hay relato, que hay escritura, se introduce la ficción, porque para narrar una historia hay que introducirla, hay que darle un cierre, hay que ordenarla o desordenarla, hay que crear suspenso o humor, y entonces, el texto se entrama en la ficción. Y en ese entramado fue fundamental la tarea del comité editorial.

– En este momento de precariedad del sistema educativo, ¿qué aporta “Lo bueno, si breve…”?

– Esta publicación nace de la necesidad de interpelar el discurso dominante acerca de la falta de calidad de la educación pública, de la formación docente y de los docentes mismos a quienes se pretende asociar en el imaginario social sólo a la puja salarial y lejos del debate pedagógico. Por ese motivo nos hizo evidente lo mucho que había para decir, si los docentes y los docentes en formación nos atrevíamos a tomar la palabra, en calidad de autores, para no ser dichos por el discurso de otros. En los microrrelatos de este libro también están los indicios de ese descarte: el hambre o el abandono de los chicos en las escuelas, la incertidumbre del que comienza, la deserción, el deterioro o la falta de los espacios educativos, la hiperbólica perversidad del interventor de turno, las múltiples brechas… Pero también están los enigmas de la infancia, las escuelas habitables, la clase de la que salimos felices, las ceremonias vinculares que nos hacen más humanos, el tiempo del juego, los sueños que se cumplen. El aporte fundamental es que en todos estos microrrelatos está la mirada y la voz del maestro, en primera persona, iluminando desde la escritura y la reflexión aquel fragmento de la escena que el discurso dominante oculta, que la estadística no refleja, que el deterioro real y el caos del sistema educativo opacan: el intersticio en el cual y pese a todo seguimos enseñando y seguimos aprendiendo. Es la presencia redoblada del maestro, en las escuelas y en la voz narrativa, lo que hace la diferencia y la buena y esperanzadora noticia que este libro viene a dar.

– Desde que se dio la presentación oficial el martes pasado ¿qué recorrido imaginan tendrá el libro?

– Desde que llegaron los primeros textos y empezamos a leer acusamos recibo del potente recurso didáctico que constituían y de las ganas de disponer de los mismos rápidamente, para retomarlos en nuestras clases. Así que, en primer lugar, imaginamos que muchas clases de la formación docente comenzarán compartiendo la lectura de alguna de estas narraciones. Luego, esperamos que el libro llegue lo más lejos posible en el encuentro de sus lectores, individuales y colectivos. Se trata de una edición de autor, autofinanciada con mucho esfuerzo, por lo que su reimpresión o reedición dependerá de la demanda. Hemos participado en varios encuentros académicos de profesores del nivel superior de la provincia compartiendo la experiencia y esta antología ha despertado enorme interés en otros colectivos docentes y nos ha permitido tender puentes con ellos y comenzar a soñar con una red provincial de docentes de este nivel.

– ¿Cómo nació el colectivo Encuentro Fuenteovejuna?

– El Encuentro Docente Fuenteovejuna es un colectivo que nuclea a profesores de institutos superiores de formación docente de la región. No se trata de una agrupación gremial ni partidaria, aunque lo gremial y lo político nos atraviesa e interpela. Comenzamos a reunirnos en diciembre de 2015, ya que queríamos pensar y actuar -como diría Paulo Freire- con el otro y para los otros. En ese entonces compartíamos la visión de que se avecinaban tiempos difíciles para la educación superior y decidimos que la participación, el encuentro, el debate y las acciones compartidas eran fundamentales para hacer oír nuestra voz y defender la educación pública y los saberes que se construyen en los institutos superiores.



Lo más visto hoy