“Nos provoca temor la política migratoria, pero no dejaremos de salvar vidas”
Ricardo Sandoval es marplatense y capitán de uno de los barcos de la ONG Proactiva Open Arms, que se dedica a rescatar a refugiados que se lanzan al mar en búsqueda de asilo. "Carola Rackete hizo lo correcto: actuó ante una emergencia", señaló.
Ricardo Sandoval (39) trabaja desde octubre de 2017 rescatando refugiados en el mar.
Ricardo Sandoval no duda en manifestar su apoyo a Carola Rackete, la capitana alemana del Sea Watch 3 que fue detenida -y luego liberada- por entrar en el puerto comercial de Lampedusa, Sicilia, con 42 migrantes provenientes del norte de África y rescatados en el mar: “Hizo lo correcto, actuó ante una emergencia”, señaló el marplatense que, al igual que Rackete, es capitán de uno de los barcos que se dedican a rescatar refugiados en los mares Egeo y Mediterráneo Central.
En febrero de 2018, LA CAPITAL contó la historia de Sandoval, un marplatense que a los 39 años -hoy 40- decidió ser parte de la ONG Proactiva Open Arms, una organización que se dedica a brindar asistencia a las personas que se lanzan al mar por considerar esa la única manera de conseguir asilo y escapar de inhumanas situaciones como la guerra, el hambre y la miseria que les ofrecen en sus países de origen. Según la ACNUR (la agencia de la ONU para refugiados), de los 25,9 millones de refugiados que hay en el mundo, un 57% provienen de Siria (6,7 millones), Afganistán (2,7 millones) y Sudán del Sur (2,3 millones), con lo cual el trabajo de ONGs como Open Arms y Sea Watch es, lamentablemente, mucho y muy difícil.
“El panorama se puso muy duro poco después de la nota que hicimos el año pasado. Si bien ya se venía gestando este clima y sabíamos de las jugadas del gobierno italiano, hasta ese momento eran sutiles. Pero una vez que el ministro Mateo Salvini asumió el poder, lo que era sutil se convirtió en ridículamente alardeante”, aseguró Sandoval, quien contó que el año pasado él y su tripulación estuvieron 28 días retenidos en Sicilia acusados de de tráfico de personas y asociación criminal. Si bien fueron liberados, la causa judicial arrastra consecuencias hasta hoy: nunca pudieron volver a Malta, su puerto base.
Sandoval se fue de Argentina en el año 200. Buscaba nuevas oportunidades laborales, en medio de la crisis que anticipó el 2001.
“Salvini cerró los puertos de Italia a todos los barcos que rescatan inmigrantes y comenzó una campaña de demonizacion de todas las ONGs que nos dedicamos a salvar vidas en peligro”, aseguró, al tiempo que señaló que “van inventando leyes sobre la marcha y las organizaciones no sabemos cómo seguir”.
“Con respecto a la detención de Carola Rackete, de Sea Watch, yo creo que hizo lo correcto: actuó ante una emergencia en el mar, pidió coordinación a los responsables de la zona donde se desarrolló el rescate y ellos no se hicieron cargo”, señaló Sandoval. “Pidió ayuda a los demás países cercanos responsables de sus respectivas zonas y tampoco ofrecieron ayuda”, agregó.
El barco estuvo alrededor de 17 días a la deriva en alta mar con 42 personas a bordo, entre las que había dos mujeres embarazadas, dos bebés y cuatro niños sin sus padres. “Estoy dispuesta a ir a la cárcel y voy a defenderme en la Corte si es necesario, porque lo que estamos haciendo es correcto”, publicaba en las redes sociales la capitana, mientras no recibían la autorización para amarrar en el puerto de Lampedussa. Dos semanas después, y tras decidir entrar a puerto por la necesidad de asistencia médica para muchos de los tripulantes, Carola fue detenida por “resistencia o violencia contra un buque de guerra”, cuyo delito implica una sentencia de tres a diez años de prisión, además de tener que pagar más de 300.000 euros en multas.
Carola Rackete, capitana de Sea Watch al momento de su detención.
“Para estos casos hay una cosa que pueden hacer los capitanes, que es declarar el “estado de emergencia”, y ella lo hizo, pidió ayuda a Italia y a todos los países cercanos, pero se lo negaron, por lo que decidió entrar y poner a salvo a todos”, explicó Sandoval.
Y concluyó: “A los capitanes por supuesto que nos genera inseguridad y temor la política migratoria que hay y las medidas adoptadas por los gobiernos europeos. Pero no dejaremos de salvar una vidas por eso, debemos seguir luchando para salvaguardar los derechos de los seres humanos en la mar y sobre todo de los vulnerables, que son precisamente quienes más lo necesitan”.
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