Realizaron la inspección ocular del centro clandestino en el Faro
Allí funcionaba la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina (ESIM). Tres exdetenidos volvieron a la sala donde estuvieron secuestrados y encapuchados por distintos periodos de tiempo, acompañados por los jueces, fiscales y defensas.
Tres exdetenidos recorrieron las instalaciones del Faro.
Tres exdetenidos desaparecidos que participaron de la inspección ocular del Faro Punta Mogotes ordenada por el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata, en el marco de la Megacausa Subzona 15, reconocieron que una de las construcciones de ese predio fue lugar de cautiverio para al menos menos una decena de personas secuestradas en la última dictadura cívico militar.
Según informó el sitio fiscales.gob.ar, estuvo presente el fiscal Juan Pablo Curi, la auxiliar fiscal María Eugenia Montero con su equipo de trabajo, los jueces Alfredo Ruiz Paz y Roberto Falcone y abogados de las defensas, que recorrieron en esta oportunidad sólo una de las construcciones ubicadas sobre la derecha, en el ingreso al predio donde funciona actualmente el Sitio de la Memoria Faro, y supo ser parte de la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina (ESIM).
Dentro, Pablo Mancini relató que en esa sala de pocos metros cuadrados había –mientras duró su cautiverio de más de dos meses- diez detenidos, aunque llegaron a ser 12 o 14. Allí se habían dispuesto una decena de sillas donde ellos permanecían todo el día sentados e incluso dormían. Luego de algunas semanas recibieron colchones, pero su situación se mantenía: estaban esposados, atados de pies, con tapones en los oídos, algodones y vendas en los ojos y capuchas. La oscuridad era total. De hecho, las ventanas que hoy existen en el lugar suponen que no estaban o se encontraban tapiadas. “Yo estuve detenido 6 meses, tengo más de 60 años, pero los peores 20 días de mi vida los pasé acá”, cuenta Alberto Pellegrini, sobreviviente de este centro clandestino de detención. Salió con flebitis en las piernas, ampollas en las nalgas y le supuraban los ojos.
Hasta allá había sido llevado, como sus compañeros de cautiverio, desde la Base Naval y allí los devolvieron: las dos dependencias, además de Prefectura Naval, formaban parte del circuito criminal que fue operado bajo la órbita de la Armada.
Las 24 horas del día, relataron junto a su compañero Carlos Mujica, hacía mucho frío y sonaba un tocadisco “a todo volumen”. La música que sonaba la recuerdan con desprecio. “Acá no se escuchaba nada (justamente por las canciones que sonaban repetidas una tras otra), salvo el día que se rompía el tocadisco”, mencionó Mancini. Esto le permitió escuchar que estaban cerca de una ruta por la velocidad en que pasaban los autos, una vez escuchó a lo lejos a una mujer gritar, e incluso le pareció oír un ruido que asimiló luego con la rotación del faro: “era una secuencia muy especial”, dijo.
Si bien ellos no fueron sometidos a otro tipo de torturas esos días o semanas o meses que allí permanecieron, Mancini contó que una noche los ataron con esposas a la espalda, a la tarde habían recibido patadas sin ningún sentido, y él sintió cómo violaban a una compañera que estaba a su lado. “Este lugar nos parecía más grande, pero estábamos pegados”, sostuvo. Cinco en una hilera, otros cinco al lado.
Al salir de este lugar, por una antesala donde ubicaron a los guardias y la mesa donde eran llevados de a uno a comer, la comitiva se dirigió a otra habitación ubicada del otro lado de esa construcción. Hasta allí llevaron a Mancini, a quien le hicieron firmar varios papeles –que nunca supo qué eran dado que en ningún momento le quitaron la capucha-; y en otra ocasión a Pellegrini a quien le tomaron una fotografía. “Abrí los ojos un segundo”, le dijeron.
El Tribunal Oral Federal de Mar del Plata juzga a 43 personas acusadas de haber cometido crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura cívico militar en la Subzona 15 en perjuicio de 272 víctimas.
Todos estos hechos fueron investigados en el marco de las causas “Cueva 2”, “Base 5” y “Subzona” y “Base Naval”, pero por disposición del Tribunal Oral Federal de Mar del Plata, se dispuso la acumulación de las mismas para realizar un único juicio, en el que se determinará la responsabilidad de diez miembros del Ejército, dos de la Fuerza Aérea, veinticinco de la Armada Argentina, cinco de la Prefectura Naval y un oficial de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
De los 43 imputados, 11 ya cuenta con condenas previas por delitos de lesa humanidad como el exsubjefe del GADA 601, Jorge Luis Toccalino; el exsubjefe de la Subzona 15, Virton Modesto Mendiaz; el exjefe de la Base Naval y Comandante de la Fuerza de Submarinos, Juan José Lombardo; el exjefe de operaciones del GADA 601 Alfredo Manuel Arrillaga; el exjefe de la Prefectura, Juan Eduardo Mosqueda y el exjefe de Contrainteligencia de la Base Naval, Julio César Fulgencio Falcke, entre otros.
— Casi 300 víctimas por delitos de lesa humanidad
A los imputados se los acusa distintos crímenes de lesa humanidad en perjuicio de 272 víctimas, 97 de las cuales participarán en un debate por primera vez. Entre los casos emblemáticos se encuentran los de los actores Gregorio Nachman y Antonio Luis Conti -secuestrados el 19 de junio de 1976 junto a otros compañeros de militancia- y la desaparición del conscripto Marcelo Reinaldo Hartung Flores, ocurrida el 17 de julio de 1978 cuando salía del cuartel Grupo de Artillería de Defensa Aérea 601 (GADA 601).
También, durante el juicio, se tratará el caso de Cecilia Viñas, quien fuera detenida –embarazada- la noche del 13 de julio de 1977 junto a su esposo Hugo Reinaldo Penino en el departamento donde vivían en la Ciudad de Buenos Aires, para ser llevada a la Base Naval de Mar del Plata, desde donde meses después la trasladaron a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde tuvo a su hijo, que fue apropiado.
A los 43 imputados se les acusa haber participado en distintas privaciones ilegítimas de la libertad, torturas y homicidios, mientras que a 29 de ellos, además, se les imputa haber conformado una asociación ilícita. Además, había otras seis personas imputadas, pero no comparecerán al debate ya que tres de ellas fallecieron, y las restantes fueron declaradas incapaces para intervenir en el proceso.