La Justicia liberó a un joven que mató a otro en una fiesta
El mismo fiscal que detuvo a Dante Sánchez por el asesinato de Alexis Buceta decidió no pedir la prisión preventiva. El panorama de la acusación cambió con los testimonios y la labor forense. Si bien disparó cuatro veces, Sánchez habría actuado en defensa suya y de su hermano, ambos heridos durante la pelea.
Alexis Buceta, el joven asesinado en el barrio Libertad.
por Fernando del Rio
En la madrugada del 25 de mayo, en un domicilio del barrio Libertad, se celebraba un cumpleaños. Varios jóvenes giraban alrededor de la posibilidad de divertirse, algunos con la más básica de las ofertas: tomar algunos tragos y conocer gente. Otros, tal vez, con intenciones más criminales. Entre todos ellos, mezclados, estaban Dante Sánchez (21) y Alexis Buceta (30).
Sánchez es un joven que, pese al entorno tóxico de un sector de la barriada, pese a ciertos efluvios marginales, no poseía hasta hace unas semanas acusaciones penales de ningún tipo. Alexis Buceta, en cambio, había cumplido ya una condena de 6 años y 6 meses de prisión por robo agravado y portación ilegal de arma.
Aquella madrugada del 25, Sánchez enfrentó con un revólver calibre 45 a Buceta, de quien aseguran que tenía una pistola calibre 9 milímetros. Sánchez recibió un balazo, su hermano dos y un amigo de ambos, otros dos. Cinco heridas, las mismas que sufrió Buceta. Buceta pudo ser trasladado al HIGA pero murió en la madrugada del domingo.
En las últimas horas, el fiscal Fernando Castro decidió no mantener en prisión a Sánchez, al considerar que actuó en el marco de una supuesta legítima defensa no sólo de él sino también de su hermano.
Aunque el proceso continúa -Castro debe establecer con seguridad que no hubo exceso en el accionar defensivo- la Justicia de Garantías dio la orden para que Sánchez recuperara su libertad. En la tarde del miércoles, a las 19, dejó el penal de Batán donde estuvo detenido desde hace algunas semanas.
Sánchez no podrá regresar al barrio, para evitar nuevos conflictos que, incluso, lo puedan tener a él como víctima.
Lo primero que resuena, lo que se evoca al conocer el detalle de lo que pasó en el barrio Libertad, es una historia de ficción. Tal vez un policial coreano, en el que siempre hay una escena en la que todo se desmadra en un segundo. Una locura de pólvora y sangre.
La trama de un crimen
En la noche del sábado 24 de mayo alguien celebraba su cumpleaños en una vivienda próxima a la esquina de Stróbel y 226, pleno corazón del barrio Libertad.
Sánchez, que vive a 20 cuadras, había ido a otro lugar previamente y hacia las 4 de la mañana asistió acompañado de su hermano y otros amigos al cumpleaños. Alguno de todos ellos se había enterado. En el lugar también se encontró con otras personas conocidas. De acuerdo a la versión que pudo reconstruir el fiscal Castro y que sustenta sus decisiones, Buceta era el ex cuñado de quien cumplía años y usaba un automóvil marca Volkswagen.
Pese a la prohibición de venta de bebidas alcohólicas (esa contravención en un barrio que suele verse castigado por los “points” de estupefacientes, resulta una normalidad aceptada por todos), el hermano de Sánchez, apodado “Píldora”, y un amigo se fueron en busca de una botella de “Dr. Lemon”. Lo hicieron en una motocicleta y en el trayecto al kiosco habrían tenido un incidente con Buceta. Al parecer, según consta en el expediente judicial, los ocupantes de la moto y los del auto Volkswagen discutieron por esas pequeñeces viales que en ciertos ámbitos suponen desmesuradas afrentas y que pueden desatar un infierno. De hecho lo desataron.
La referencia de lo que sucedió surge de la declaración de Sánchez, de la de su hermano, sus amigos, del acompañante de Buceta y de algún otro observador no demasiado comprometido. Los conocidos de Buceta aportaron otra mirada que, al no coincidir en absoluto con la labor pericial de la Policía Científica, perdió algo de consistencia.
De todo ello se desprende que al coincidir los de la moto con los del auto frente a la casa donde se llevaba adelante la fiesta de cumpleaños se inició la pelea. Para el fiscal, es posible que haya sido Buceta quien la comenzara, disparando contra Dante Sánchez, que no había intervenido en la discusión de tránsito pero que estaba junto a su hermano.
Dicen los allegados a Buceta que todo el grupo de Sánchez llegó al cumpleaños solo para perpetrar el ataque.
A las 4.30, aproximadamente, empezaron los disparos. Sánchez fue el primero en ser herido, en una pierna, y se fue a proteger detrás de un automóvil. A pesar de ser un joven sin antecedentes y haberse mantenido al margen de problemas penales en ese grupo de amistades y vecinos, evidentemente mamó la cultura de la resolución de conflictos por la vía violenta. Porque aquella noche, en ese momento al menos, de algún lado obtuvo un arma.
¿Por qué tenía un arma? Sánchez fue sincero en su declaración: “De pelotudo que soy”. Una pistola calibre 45 con la que acertó el primer tiro: le dio a Buceta.
Otros disparos impactaron en un vehículo que estaba estacionado y las detonaciones, junto al temor, causaron las corridas de todos, sin embargo no todos pudieron hacerlo a tiempo. El hermano de Sánchez, el verdadero objetivo de Buceta dentro de la hipótesis fiscal, fue herido de dos balazos. Un amigo identificado como Alan Ordóñez también recibió dos disparos de la pistola 9 milímetros, uno de ellos que le destrozó el reloj y según él le salvó la vida.
Al ver esta situación Dante Sánchez salió de donde estaba y disparó varias veces contra Buceta, quien buscó refugio debajo de un camión. Luego se sabría que Buceta recibió cuatro disparos de calibre 45 y uno de 9 milímetros, por lo que no se descarta que pudiera haberse autolesionado. Dante Sánchez se acercó a Buceta, le arrancó el arma de las manos y le pegó un culatazo en la cabeza. Luego rescató a su hermano “Píldora” y se dirigió al auto Volkswagen, donde, tras romper un vidrio, arrojó las dos armas.
Buceta fue internado en el HIGA y a pesar de la gravedad de las lesiones sobrevivió un mes. Mientras tanto Sánchez fue detenido y todos los demás protagonistas de la demencial pelea convocados a declarar, incluso el ex cuñado de Buceta que iba en la moto durante el incidente inicial.
Días atrás Buceta murió y la causa por tentativa de homicidio mutó a homicidio.
Para el fiscal Castro hay elementos que justifican el accionar de Sánchez y contemplan su sobreseimiento por la legítima defensa propia y de terceros. Por eso pidió su libertad pero, como paso previo a la desvinculación definitiva, ordenó algunas medidas más para descartar que haya sido excesivo. A Sánchez le jugó a favor su ausencia de antecedentes. Eso sí, apenas se resuelva su responsabilidad en el homicidio de Buceta, lo acusarán de la tenencia ilegal de arma de guerra.
— Dos historias para un drama
Dante Sánchez sufrió una herida en una pierna, su hermano dos y su amigo otras dos. En la secuencia dramática frente a la casa donde se festejaba un cumpleaños, Sánchez disparó contra Alexis Buceta varias veces.
Algunas de las personas cercanas a Buceta, entre ellas su ex cuñado y cumpleañero, dejaron entrever que había una enemistad previa. Sin embargo, los relatos de una pelea de momento, ocasional, terminaron por imponerse en la hipótesis del fiscal Castro.