El presidente Mauricio Macri afirmó hoy que “esto no es relato, no es sarasa, es verdad” al hacer referencia a que “112 mil chicos en todo el país” participan en los Centros de Primera Infancia (CPI), y agregó que “juntos estamos cambiando la forma de hacer política”, en un acto en Parque Sarmiento para festejar los 10 años de la creación de esos espacios de atención a niños en situación de vulnerabilidad.

El programa -que tuvo su origen en la ciudad de Buenos Aires bajo la gestión del ahora presidente- sirvió de base para la instrumentación del Plan Nacional lanzado en 2016, que hoy cuenta con 1.643 Centros de Primera Infancia y que brinda atención a más de 112.000 niños registrados en todas las provincias del país.

“Debo confesar que siento que es el logro más trascendente que he hecho como servidor público”, dijo Macri, que sostuvo que “no hay nada más importante que estos chicos tengan las mismas oportunidades que cualquier otro” en la vida.

Para Macri, desde sus inicios los CPI (ahora rebautizados Espacios de Primera Infancia o EPI) son espacios que “fabrican libertad”, empezando por los padres, para que puedan “estudiar o trabajar” mientras dejan a sus hijos al cuidados de las docentes.

Pero también destacó que el programa (que vio funcionar en Uruguay y luego replicó) ofrece estimulación temprana, nutrición y controles sanitarios “en esos años tan vitales” para esos chicos, para que después lleguen al sistema educativo “con las mismas capacidades que cualquier otro, para el día de mañana poder ser libres y elegir”.

“Esto no es relato, no es sarasa, es verdad”, dijo el Presidente sobre su programa para la primera infancia, y recordó que a los EPI concurren “112 mil chicos en todo el país”.

En otro momento de su discurso, rodeado de funcionarios, alumnos y docentes, el jefe del Estado bromeó con su esposa, Juliana Awada, presente en el lugar. “Y acá quiero confesarle a Juliana, que hoy me acompaña, la hechicera, que en esos diez años yo he tenido muchos amores que están acá”.

Entonces señaló a las referentes de las primeras organizaciones civiles que trabajaron junto a él para abrir los primeros CPI. “La ves a María, Nidia, Susana, Ana”, las fue nombrando una por una. “Han sido pasiones que, en muchos casos, arrancaron del prejuicio, porque al principio tenían miedo”, aseguró Macri.

El primer mandatario destacó el trabajo de su gabinete de entonces, pero consideró que sin ellas “nada de esto hubiese sido posible, porque ellas están ahí, todos los días, poniendo su corazón, poniendo su liderazgo en función del amor por estos chicos, en función del futuro de cada uno de ellos”.

Pero el Presidente sostuvo que este programa “no es lo único” que su gobierno hizo para combatir “la pobreza y la desigualdad”. Así enumeró la llegada a los barrios más postergados del asfalto, para que puedan salir “llueva o truene” a estudiar o trabajar.

En la misma línea mencionó el programa El Estado en Tu Barrio, que facilita trámites y documentación en los barrios marginados y que para el Presidente “llegó a cientos de miles de argentinos donde antes el Estado no llegaba”, pero sí “llegaba el puntero, que lo obligaba a hacer otras cosas que no correspondían”. Y agregó que su gestión llevó agua potable a más de un millón de personas y cloacas “a más de un millón y medio”.

Finalmente, Macri consideró que “la política puede estar al servicio de la gente”.  “Estamos cambiando la forma de hacer política en la Argentina, y la estamos cambiando juntos”, concluyó el mandatario, que estuvo acompañado por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, y la ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, entre otros funcionarios.

El primer CPI, denominado “Pulgarcito”, abrió en Barracas en el año 2009 y hoy suman 76 en la ciudad, a los que asisten más de 11.000 niños en situación de vulnerabilidad social, en su gran mayoría residentes en barrios del sur.

Se trata de espacios donde personal especializado trabaja en la estimulación temprana de niños de entre 45 días y dos años y en el fomento de hábitos saludables en aquellos de tres a cuatro años.

En esta línea, brindan elementos básicos para satisfacer las necesidades fisiológicas, afectivas, psicomotrices y lúdicas, y de recreación y socialización, junto con contención y asistencia a las familias.