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Policiales 18 de junio de 2019

Drogas y calle: condenan a pareja por robar a un amigo

Un hombre de 26 años y una mujer de 36 fueron encontrados culpables por haber asaltado en junio de 2018 a un hombre con quien tenían una relación basada en el consumo de cocaína.

Damián Gabriel Paredes tiene 26 años y una vida en la calle, entre robos, problemas con la policía, trabajos informales, noches en pensiones baratas y consumo de cocaína. Patricia Noemí Harman tiene 10 años más que él y una vida similar, salvo que ella encontró en la prostitución en esquinas de la zona de la vieja terminal su actividad para sobrevivir a la pálida del día a día.

Paredes y Harman se conocieron a finales de 2017 y tuvieron un vínculo inmediato que giraba principalmente en torno al consumo de cocaína y la difícil situación de quienes están fuera del sistema y tienen que sobrevivir en la calle.

Harman solía pararse por las noches en la esquina de Gascón y Lamadrid, allí, acompañada de mujeres trans, buscaba clientes y justamente allí conoció una madrugada a un hombre, conocido como A., que no estaba interesado en servicios sexuales, sino en conseguir cocaína.

De verlo regularmente, Harman inició una amistad con A., quien la invitaba a su casa, según ella para consumir cocaína, según él para que se resguardara del frío.

Con el tiempo, Harman le presentó a su amigo a un joven que había conocido en la calle, Paredes, y los tres comenzaron a relacionarse. A. luego diría que a esta pareja les regalaba ropa para que no sintieran frío en la calle. La pareja, en cambio, declararía que recibían ropa y otros artículos, pero para venderlos y conseguir drogas para consumir entre los tres.

La madrugada del 21 de junio de 2018, A. volvía a su casa de Lamadrid y Falucho y vio que Paredes estaba sentada en el hall de un edificio. Como pensó que su amiga estaba descompuesta o le había pasado algo -ya que no estaba en la esquina a la espera de un cliente como solía estar-, se acercó para ayudarla y en ese contexto fue sorprendido por Paredes.

Según relataría la víctima a la policía, Paredes lo arrinconó contra un edificio y le puso un cuchillo en la garganta. Mientras intentaba defenderse, otro hombre se acercó y también le puso un cuchillo en el cuello. Entre los dos le quitaron el celular y se fueron corriendo. Luego, Harman se paró y se fue caminando en dirección a donde se había ido Paredes.

La víctima de haber sido asaltada por sus propios amigos caminó hasta la esquina, donde se encontraba el grupo de mujeres trans, y les pidió un celular para llamar a la policía, lo que finalmente hizo y denunció el robo.

Media hora después, un patrullero interceptó en Luro y Marconi a Harman y Paredes, gracias a que el celular de la víctima tenía GPS y pudieron seguir todo el recorrido que hicieron. Finalmente los policías detuvieron a la pareja.

El juicio: dos versiones contrapuestas

Paredes y Harman llegaron a juicio en el Tribunal Oral 2, imputados por “robo doblemente agravado por su comisión en poblado y en banda y por la utilización de arma blanca”.

Durante el juicio, que estuvo a cargo del juez Néstor Conti, la víctima expuso su versión y, aseguró que si bien no conocía al otro hombre que lo asaltó, al día siguiente del hecho se le presentó y le pidió “disculpas” por haberlo robado. Según aseguró A., el hombre era conocido en la calle como “Tucu”.

La defensa de los imputados puso en tela de juicio la acreditación del robo y señaló que la prueba traída al debate no permitía acreditar que los hechos se dieron como los describió la víctima.

A su turno, Paredes explicó su versión de lo ocurrido en la madrugada del 21 de junio del año pasado y le dijo al juez que “últimamente” había estado “perdido” por las drogas y que, en ese contexto, había conocida a Harman y a A.

Paredes explicó que la relación que tenía con la víctima era por las drogas, compraban cocaína juntos y consumían los tres en su departamento. Según esta versión, la víctima les daba a él y a Harman elementos para vender y poder así comprar drogas.

Paredes aseguró que el problema de aquella noche fue porque el día anterior la víctima le había dado un bolso con ropa para vender y que él se lo quedó, no le dio la plata y, cuando se la reclamó se ofendió y, “por bronca”, lo golpeó y le quitó el celular.

Esta versión fue similar a la que aportó Harman, quien aseguró que no existió ningún cuchillo ni otra persona involucrada.

La condena

Para el juez Conti no quedaron dudas de que la versión “verdadera” era la que aportó la víctima, “no sólo por sus dichos, sino por la corroboración de los mismos que se puede hacer a partir del resto del plexo probatorio”.

Para el juez, quedó en evidencia que los imputados se aprovecharon de la relación previa con la víctima, quien se acercó a Harman para asistirla al asumir que tenía un problema y fue sorprendida por Paredes. “Lo engañaron y lo sorprendieron, lo redujeron montando esa improvisada puesta en escena, para lo cual contaron con la colaboración de un tercer sujeto”, consideró el juez.

“Paredes, con acuerdo previo de Harman, engañó a quien había sido generoso con él para robarle, poniéndole un cuchillo en el cuello”, concluyó Conti.

Con estos argumentos, el juez encontró culpables a Gabriel Paredes y a Patricia Harman por ser coautores de robo doblemente agravado por su comisión en poblado y en banda y por la utilización de arma blanca. A Paredes lo condenó a 6 años y 6 meses de prisión, mientras que a Harman a 5 años y 6 meses.

— Atenuantes, agravantes y pedidos para la fiscalía

El juez Néstor Conti no encontró eximentes a la hora de fijar una sentencia, pero sí atenuantes y agravantes para la situación de Paredes y Harman.

Conti entendió como atenuantes la difícil historia de vidas de ambos, su adicción a las drogas de larga data que “como en muchos otros casos, llevan a estas personas a vivir en situaciones como las que ambos describieron”.

Como agravante, el juez mencionó el conocimiento previo de los imputados con la víctima, que “les sirvió para engañarlo y reducirlo fácilmente para robarle el celular”.

Además, el juez consideró que Paredes era reincidente por su prontuario policial y condenas anteriores en este tipo de delitos.

Por otra parte, el magistrado instó al Ministerio Público Fiscal a que profundizara la investigación para hallar a la tercera persona que participó del robo, a quien la víctima mencionó como “Tucu”.

Finalmente, Conti también recomendó al Ministerio Público Fiscal a que llevara a cabo una investigación para constatar si efectivamente las mujeres trans que frecuentan la zona de Lamadrid y Falucho venden estupefacientes mientras ofrecen sus servicios sexuales.



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