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La Ciudad 19 de mayo de 2019

Como antes: una carrera de carritos a rulemanes, en familia y sin tecnología

Se trata de una iniciativa del Oratorio Juvenil Pequeño Mundo de Mar del Plata que viene creciendo en los últimos años. El 25 de mayo habrá una nueva edición para vivir la adrenalina en familia y despegarse de los dispositivos electrónicos.

Una tabla, dos ejes de madera, cuatro rulemanes ensamblados y una soga serán lo indispensable para participar de una nueva edición de una carrera de carritos a rulemanes que organiza el Oratorio Juvenil Pequeño Mundo en Mar del Plata, una actividad que crece año a año y que busca despegar a los más chicos de la tecnología y acercarlos a compartir un divertido momento en familia.

En cada edición la carrera convoca a decenas de niños y familias. Ese día, el frente del oratorio ubicado en Matheu 3349 se convierte en un circuito de carrera donde el límite de la adrenalina y la velocidad está sesgado solo por la imaginación.

Este año la carrera ya tiene fecha, será el próximo 25 de mayo a partir de las 10. Joaquín, uno de los jóvenes a cargo de la organización de la actividad, le contó a LA CAPITAL que los preparativos avanzan a buen ritmo y que “la carrera de este año es como siempre: los chicos tienen que ir de a parejas, pueden participar chicos o chicas desde 6 a 13 años y pueden traer su propio carrito”.

Claro está que el carrito es mucho más que eso. Lo que para las nuevas generaciones podría ser una antigüedad, para muchos las tablas y ejes con rulemanes dejaron una huella imborrable en la memoria, con la combinación de impulso, velocidad, adrenalina y la risa ante los “despistes”. El carrito podía -y todavía puede- transformarse en el vehículo que la imaginación construyera. Y creatividad para idear mundos y situaciones de juego es algo que claramente no falta en la mente de un niño.

Carritos a rulemanes

Pero además, los organizadores de esta actividad apuntan a que el “vehículo” sea motivo de encuentro entre padres e hijos para diseñarlo y construirlo en familia, para luego ponerlo a andar.

Ese momento de interacción y de una ingeniería doméstica con valor agregado por el nexo que implica, es la esencia misma de la carrera, que se corre de a dos: uno se sienta y el otro empuja.

“Este año la idea es que las parejas vengan disfrazadas”, sumó Joaquín al hablar de la particularidad que el oratorio juvenil Pequeño Mundo le agregó a la nueva edición de la carrera de carritos a rulemanes.

Despegarse de la tecnología

El celular, la tablet, los videojuegos, la computadora y todos los dispositivos electrónicos ocupan hoy un lugar y un tiempo importante en la vida de gran parte de los niños.

La carrera de carritos a rulemanes apunta también a despegarse de la tecnología, al menos por un rato, para compartir en familia la preparación del carro o bien el momento de dejar todo en la pista, con los más pequeños al “volante” y alguien dando impulso desde atrás.

Carritos a rulemanes1

“Pensamos en algo sano y al aire libre que permita despegar a los chicos de la tecnología y compartir un momento diferente”, explicaron desde el Oratorio.

Asimismo, aclararon también que aquellas familias que no cuenten con los medios para poder elaborar sus carritos, podrán acceder a algunos ya preparados que tienen disponibles los jóvenes organizadores. La participación en la carrera tendrá un costo mínimo para cubrir los gastos de la organización.

 



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