La explosión y ninguneo del delantero Mauro Zárate contra los hinchas y su exclub Vélez tras la clasificación a semifinales con Boca en la Copa de la Superliga engloba un trasfondo de meses de acumulación de cuestiones extrafutbolísticas, después de que el jugador decidió alejarse de Liniers y desembarcar en La Bombonera.

No para justificar la reacción del delantero, pero sí para contextualizar, Zárate vivió meses agitados que incluyeron amenazas a sus hijos y esposa, peleas internas con sus familiares directos, y los insultos de todo un estadio el domingo pasado en el “José Amalfitani”, cuando regresó por primera vez tras el desplante ocurrido en el inicio de la temporada.

En aquel momento, cuando los hinchas del “Fortín” tildaron de “traidor” a Zárate por faltar a su promesa pública de no jugar en ningún otro club de la Argentina que no sea Vélez, recibió cualquier tipo de amenazas, incluso contra sus hijos.

También motivó un enfrentamiento, que se volvió público, en el seno de su familia, incluso con su hermano y exrepresentante Rolando Zárate lanzando durísimos estados de Whats App tras las declaraciones de Mauro a la televisación oficial.

“Lo más triste de la traición es que nunca proviene de tus enemigos”, “con los Judas no se pelea, ellos se ahorcan solos”, “la sangre te hace pariente pero la lealtad te hace familia” y “la traición, el engaño y la mentira es tu forma de ser”, puso “Roly” en distintas imágenes ilustradas.

La relación entre los hermanos Zárate se rompió cuando Mauro decidió irse a Boca, algo que Rolando, identificado con Vélez pero con pasado también en River, consideró una “traición”, como la mayoría de los hinchas del Fortín.

El septiembre del año pasado, en declaraciones al programa radial Vélez y Su Mundo, Roly había dicho: “Mi viejo siente vergüenza de ir a ver a sus nietos a la Villa Olímpica. Su felicidad era ir a ver al Vélez de Mauro. Tiene 80 años, como familia hicimos todo para que siga en el club. Pero no puedo decidir por él, tiene 31 le erró feo”.

El espiral de violencia que rodeó el caso Zárate incluyó amenazas a la familia del jugador, un recibimiento hostil en el “José Amalfitani” el domingo pasado y una revancha picante en La Bombonera.

Todo con el corolario de las picantes declaraciones post partido de Mauro Zárate, que encendieron las redes sociales y a los hinchas de Vélez.

“Pasó el equipo grande”, cerró su intervención luego de haber festejado muy efusivamente el penal convertido por Julio Buffarini que le dio la clasificación a semifinales de la Copa de la Superliga.