Lady Gaga se robó el show en la gala del Met en Nueva York
La actriz y cantante estadounidense no decepcionó y con pestañas doradas kilométricas y una peluca rubio platino, lució no cuatro atuendos espectaculares.
Lady Gaga posa en la alfombra roja de la Gala Met de 2019 celebrada en Nueva York. Foto: EFE | Justin Lane.
NUEVA YORK, Estados Unidos.- ¿Quién mejor que Lady Gaga para desafiar, escandalizar y arrancar una sonrisa el lunes en la famosa gala del Museo Metropolitano de Nueva York?
La actriz y cantante estadounidense no decepcionó y con pestañas doradas kilométricas y una peluca rubio platino, lució no uno sino cuatro atuendos espectaculares, robándose la escena en la mayor fiesta anual de la moda.
El primero fue una suerte de chaqueta-globo aerostático fucsia de Brandon Maxwell con una cola de ocho metros que era sostenida por un cortejo de hombres en tuxedo con paraguas negros. Como una estríper, Lady Gaga se fue transformando en la alfombra rosa hasta que solo quedó en ropa interior negra y brillante, medias de red y vertiginosas botas de plataforma.
La cantante Katy Perry brilló literalmente, con una suerte de vestido-disfraz de candelabro repleto de cristales colgantes.
¿Un enorme disfraz de corazón, o su propia alfombra roja? La estrella del rap Cardi B lució un ajustado vestido carmesí de Thom Browne que acentuaba sus curvas, con 30.000 plumas y brillos en el pecho y una inmensa cola circular tipo acolchado, que requirió más de 2.000 horas de trabajo a 35 personas.
La actriz Lupita Nyongo, con un gran peinado afro, parecía que saldría volando del Met con unas mangas de mariposa fluorescentes.
La cantante Janelle Monae sorprendió con una vestido negro, rosa, blanco y rojo que recordaba a una pintura cubista, con un ojo egipcio tapándole un seno y una torre de sombreros superpuestos que parecían a punto de caerse.
Co-anfitriona de la fiesta anual de la moda, Lady Gaga es quizás quien mejor encarnó el tema de la gala este año: el “camp”.
Y no estamos hablando de campamentos a la luz de las estrellas.
¿Camp?
Cada año, la gala que reúne a la crema y nata del mundo del entretenimiento, el arte y las finanzas de Estados Unidos se inspira en la exposición más esperada de la primavera boreal en Nueva York, este año titulada “Camp: notas sobre moda”, destinada a financiar la velada.
¿Pero qué es “camp”?, se preguntan todos. Y nadie sabe a ciencia cierta.
“Camp” es una sensibilidad, una estética exuberante, exagerada, caracterizada por la ironía, el humor, el pastiche, el artificio, la teatralidad y la exageración, resume el Met. El “camp” combina con indiferencia cultura popular y elevada, original y réplica.
Y en la gala, hubo excesos de dorado, flecos, pieles, plumas, pelucas y mucha inspiración en la estética “drag” y en leyendas como Cher y David Bowie.
“Camp” es por ejemplo una magnífica capa de piel sintética con cola, con los colores del arco iris, diseñada por Christopher Bailey para Burberry, que puede verse en la exposición del Met que se inaugura este jueves, donde hay más de 250 objetos que representan la estética, desde el siglo XVII hasta el presente.
La gala, que se celebra el primer lunes de mayo de cada año y es conocida también como “los àscar de la costa este”, está abierta a solo 550 elegidos que pagan 35.000 dólares cada uno, o hasta 300.000 por una mesa.
La papisa de la moda Anna Wintour, la jefa de redacción de la edición estadounidense de Vogue, tiene la última palabra sobre cada invitación, y ha transformado la gala desde que asumió sus riendas en 1999, logrando recaudar desde entonces casi 200 millones de dólares.
Este año, Wintour dirige la gala junto a Lady Gaga, el cantante británico Harry Styles, la tenista Serena Williams (que vistió un espectacular Versace amarillo huevo y zapatillas de tenis Nike haciendo juego) y el italiano Alessandro Michele, director creativo de Gucci, la marca que auspicia la exposición junto a Condé Nast, editor de Vogue.
En inglés “camp” puede usarse como un verbo, un adjetivo o un sustantivo. Su traducción al español es esquiva: ni “afeminado” ni “afectado” o “exagerado” abarcan todo su concepto.
Camp “es la libertad de ser como uno quiere”, dijo Michele en la presentación de la exposición a la prensa.
“Un modo de disfrute”
El “camp” reaparece en momentos de inestabilidad social, política y económica, como en los años 1960 o la era actual, cuando la sociedad está polarizada, porque “es por naturaleza subversivo” y “confronta y desafía el status quo”, dijo a su vez Andrew Bolton, curador del Instituto de Vestimenta del Met y de la exposición.
El concepto de “camp” es sumamente “elusivo”, sus ejemplos infinitos, y como dijo el historiador cultural Andy Medhurst, tratar de definirlo es “como intentar sentarse en la esquina de una habitación circular”, explicó.
La escritora y filósofa Susan Sontag fue la primera en reflexionar seriamente sobre el “camp” en un ensayo en 1964.
“El gusto camp es sobre todo un modo de disfrute, de apreciación, no de juicio. El camp es generoso”, escribió Sontag.
“Camp es un sitio de debate más que de consenso”, pero “al final, el propósito del camp es poner una sonrisa en nuestros rostros”, concluyó Bolton.
AFP-NA