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Arte y Espectáculos 6 de junio de 2016

“La invasión”, de Luzparis, un disco con la experimentación de fondo

Siete canciones forman parte del nuevo material de esta emblemática banda de la ciudad. Diego Montoya, guitarrista y voz líder, cuenta cómo la banda trabajó los conceptos del disco.

“No quisimos hacer un disco para músicos”, define Diego Montoya, integrante de Luzparis, banda que acaba de lanzar digitalmente su tercer disco, “La invasión”. “Nosotros nos enroscamos mucho, pero quisimos que no se note ese enrosque, fue un proceso de trabajo largo sobre el disco”, sigue el artista, que integra Desde el Mar, sello autogestionado de Mar del Plata que avaló este lanzamiento.
Cerca de tres años, entre composición, preproducción y grabación, les llevó esta flamante placa, que se puede escuchar por diversas plataformas en la web, y que apuesta a un sonido más pop, aunque sigue dando lugar a la experimentación, acaso el sello distintivo de este emblemático grupo.
Esta vez, esa búsqueda sobre el propio material sonoro estuvo “puesta en otro lado”, cuenta el guitarrista. “En la canción clásica encontrás detalles que están de fondo, en una segunda escucha notás que hay algo diferente”.
Después de las experiencias en sus otros dos discos, “Con el ruido de la lluvia” (2007) y “Tierra de conejos” (2010), los Luzparis sienten que aprendieron más sobre la música y sobre la propia experiencia colectiva en una banda que ya tiene quince años de vida.
“Estamos más grandes”, apunta Montoya, quien participa de la agrupación junto a su hermano Rubén (guitarra, teclados, voz y violines), Matías Arano (bajo y percusión), Matías González (batería) y Hernán Légora (guitarra y teclados).
Y ese estar “más grandes” supone haber crecido: pasaron los 30, redefinieron los mapas de sus vidas y comprendieron que los conceptos generales que se plantean a priori, al momento de gestar un disco, a veces suelen ampliarse, una vez que el disco está terminado y circulando por los oídos de sus muchos oyentes.
Así les pasó con “La invasión”. “Pensamos en un disco de ciencia ficción, lejos de la realidad, pero en el proceso eso fue cambiando, había letras que no estaban terminadas y el disco terminó englobando un concepto más amplio de invasión. Tiene que ver con la religión, con la política, con lo social. La invasión pasa por todos lados”, explica Montoya.
Verdadero laboratorio representó, esta vez, el estudio de grabación. Letras a medio terminar, composición a las que les faltaba una vuelta de rosca, instrumentaciones no del todo definidas… esas cuestiones las terminaron de cerrar en el estudio, sin temor a dejarse llevar por el impulso de la creación colectiva y el espíritu colaborativo. Aprovecharon el hecho de tener a su disposición el estudio Una Nube, en Santa Clara del Mar y a cargo de uno de los integrantes.
“No siempre te podés dar esos lujos. Fue una buena decisión terminar de cerrarlo en el estudio. Hay bandas que no se ven en diez años y de pronto deciden hacer un disco en el estudio”, compara.
Lo que queda ahora es empezar a tocarlo en vivo, en recitales previstos en varios puntos del país. En septiembre llegarán a Córdoba y Rosario, luego vendrá “una gira por el sur” y antes, en julio, desembarcarán en Capital Federal. Para Mar del Plata se guardan la preparación de un espectáculo de mayor envergadura, en el que puedan participar los músicos amigos de “Tía flaca” y “Morbo y Mambo”, bandas que tuvieron intervención en las siete canciones que integran “La invasión”.
“Que sea un disco que no ayude a llegar a más ciudades del país o a volver” a los sitios ya visitados, deseó el guitarrista.



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